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Lactancia materna, ¿asunto de Estado en Venezuela?

La controvertida reforma aspira a estimular la lactancia materna (La Nación)
La controvertida reforma aspira a estimular la lactancia materna (La Nación)

El parlamento de Venezuela iniciará este martes la discusión de una reforma a la Ley de Promoción y Protección de la Lactancia Materna. El tema, a primera vista ajeno a la intensa contienda política en ese país suramericano, ha abierto un nuevo frente entre el gobierno y la oposición. Mientras algunos acusan al oficialismo de querer desviar la atención de los problemas reales, otros señalan la medida como un ejemplo de los excesos coercitivos de Miraflores.

El nuevo proyecto legislativo, impulsado por la bancada del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), introduce cambios a una ley vigente desde 2007. Aunque aquel texto ya garantizaba el derecho de madres y niños a la lactancia materna, esa prerrogativa sería reforzada ahora con duras sanciones contra centros de salud y profesionales del sector sanitario.

¿Biberones prohibidos?

El detonante de la polémica sobre la reforma fue la declaración de la diputada Odalis Monzón sobre la prohibición del uso de “teteros y biberones”. En entrevista al programa Toda Venezuela, de la oficial Venezolana de Televisión (VTV), la parlamentaria se refirió a esa restricción como parte de una campaña estatal para “garantizar que todo niño y niña tenga el derecho de recibir la leche materna directa de su madre”.

Monzón, vicepresidenta de la Comisión de Familia de la Asamblea Nacional, aseguró que la lactancia materna contribuye a la soberanía alimentaria y a la salud de los infantes. La legisladora acusó a las compañías transnacionales de atentar contra el amor entre madres e hijos al comercializar fórmulas que sustituyen la leche materna y subrayó la inclusión en la reforma legal de sanciones para contrarrestar esta tendencia.

Críticos del chavismo han señalado la contradicción entre el discurso de Monzón sobre la soberanía alimentaria y la persistente escasez de productos básicos en los supermercados del país. El presidente Nicolás Maduro ha acusado a la oposición y a las empresas privadas de conducir una “guerra económica” contra la Revolución Bolivariana, el proyecto político de su antecesor Hugo Chávez.

En otras declaraciones a la prensa venezolana, Monzón descartó la desaparición de los biberones de los supermercados, pero advirtió que no podrán ser publicitados, una restricción similar a la vigente sobre el tabaco. Según la diputada oficialista, los cambios a la Ley aprobada en 2007 han sido propuestos por las madres y las organizaciones de mujeres, preocupadas por el alto número de lactantes enfermos.

Un reporte del diario venezolano El Universal excluyó también la prohibición de los teteros como parte de la reforma. De acuerdo con ese periódico, la nueva legislación cuenta con 33 artículos que, entre otras medidas, disponen el castigo a la promoción de estos utensilios para la lactancia artificial, así como el uso de alimentos procesados sustituyentes de la leche materna en centros de salud públicos y privados. Las multas por infracción podrían ascender hasta unos 321.000 bolívares (más de 51.000 dólares estadounidenses) y la suspensión del ejercicio de la profesión médica durante 120 días continuos.

Promover, no prohibir, pide la oposición

La Red de Promotoras de Lactancia (Lactivistas) calificó las palabras de Monzón de “totalmente erróneas” y muestra del desconocimiento de la diputada sobre el tema. En su cuenta en Twitter, esta agrupación de páginas personales en Internet se pronunció a favor de la educación sobre el tema y criticó al gobierno por no difundir de manera correcta el valor de la lactancia materna.

A juicio de Ignacio de Abasolo, fundador de Lactivistas, las autoridades venezolanas no han cumplido con lo establecido por el artículo 3 de la Ley de Promoción y Protección de la Lactancia Materna, que consagra el derecho de los ciudadanos a “recibir información oportuna, veraz y comprensible, así como a ser educados, sobre el inicio, mantenimiento y beneficios de la lactancia materna.”

“No hay cuñas, propagandas, ni menciones a los centros de lactancia que existen. Tampoco se forma al personal médico como consejeros certificados que puedan asistir a la madre”, afirmó Abasolo en declaraciones al diario El Nacional.

Desde la bancada opositora, la diputada Dinorah Figuera fustigó el énfasis de la propuesta oficialista en las sanciones, en lugar de fortalecer la promoción de salud. “Debe ser una ley que promueva, no que prohíba; que estimule y ampare a las madres”, sostuvo Figuera.

“Están acostumbrados a ser coercitivos y aplicar la guerra a lo privado en nombre de la soberanía”, alertó la legisladora del partido Primero Justicia, quien condenó a la administración chavista por no haber aplicado la ley vigente desde 2007. Figuera acusó a Monzón de haber “matado” la reforma con sus declaraciones.

Las noticias sobre la renovada ley han recibido una oleada de comentarios en los medios venezolanos, en los cuales algunos ciudadanos han manifestado su inquietud por la intrusión del Estado en decisiones familiares. “¡Dios mío, la alimentación de mi hijo no puede estar determinada por una ley!”, expresó una comentarista en el diario El Universal.

Lactancia materna, recomendada por la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna como forma de alimentación exclusiva hasta el medio año de vida. Las estadísticas de ese organismo multilateral sitúan en apenas 40 por ciento la proporción de menores de seis meses alimentados solo con leche materna en el mundo. En Venezuela esta cifra no alcanza el 30 por ciento. Alrededor de un millón de niños podría salvarse en el planeta si sus madres siguieran este consejo de salud.

Según la OMS, la lactancia materna aporta todos los nutrientes necesarios para los recién nacidos. Además, contiene anticuerpos que protegen a los lactantes de enfermedades como la diarrea y la neumonía, las más letales entre los pequeños durante los primeros meses de vida.

La lactancia materna también beneficia a las madres, pues “reduce el riesgo de cáncer de mama y ovario en fases posteriores de la vida”, apunta la OMS. Asimismo, las mujeres que amamantan a sus hijos recuperan con mayor celeridad su peso anterior al embarazo y evitan en cierta medida la obesidad.