La peor ola de refugiados está por venir

Expertos consideran que las oleadas de refugiados climáticos serán habituales en el futuro (EFE/Djordje Savic)
Expertos consideran que las oleadas de refugiados climáticos serán habituales en el futuro (EFE/Djordje Savic)

Quienes respiran con cierto alivio egoísta, pues creen que una crisis de refugiados como la actual en Europa nunca los afectará… deberían leer las noticias con menos optimismo. Aunque un océano y miles de kilómetros nos separen de África y el Medio Oriente, la estampida en esas regiones prefigura el futuro del planeta. Millones de desplazados, no por conmociones políticas, sino por el cambio climático.

Las guerras del clima

Al inicio la guerra civil en Siria parecía otra manifestación de la “primavera árabe”, un movimiento de protesta contra regímenes autoritarios que se había extendido desde Túnez hasta Yemen. Sin embargo, las razones del levantamiento contra Bashar Al-Asad trascendían el rechazo a un gobierno corrupto y represor. La gota que había colmado la paciencia de los sirios había sido, irónicamente, la escasez de agua por una sequía devastadora.

Entre 2006 y 2010 la falta de lluvias destruyó el 60 por ciento de la agricultura siria y mató al 80 por ciento del ganado. Como consecuencia, 1,5 millones de habitantes de zonas rurales huyeron a las ciudades, ya abarrotadas por una cifra similar de refugiados provenientes de la vecina Irak. En documentos oficiales desclasificados por Wikileaks, el gobierno de Damasco reconocía su incapacidad para manejar la situación.

El drama de los sirios comenzó a gestarse con una sequía devastadora (Foto AP/Manu Brabo, Archivo)
El drama de los sirios comenzó a gestarse con una sequía devastadora (Foto AP/Manu Brabo, Archivo)

Científicos estadounidenses demostraron, en un artículo publicado en marzo pasado, la influencia del cambio climático sobre la crisis que precedió a la guerra en Siria. Y si bien la sequía resulta un fenómeno natural en la zona, su inusitada severidad se entiende solo por el alza de la temperatura en el planeta.

Pero no solo en el Medio Oriente la ausencia de lluvias ha precipitado conflictos. En el Sahel, un cinturón al sur del Sahara que se extiende desde el Mar Rojo hasta el océano Atlántico, el cambio climático ha obligado a millones de agricultores, pastores y pescadores a establecerse en las ciudades superpobladas del oeste de África. La lucha por los recursos, en especial el agua, ha engendrado enfrentamientos armados. Un ejemplo ilustrativo, el Lago Chad, cuya dramática reducción ha disparado las tensiones en la confluencia de cuatro países: Nigeria, Chad, Camerún y Níger.

Los inútiles muros de la indiferencia

Un reporte publicado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos en 2003 auguraba que los países con capacidad para hacer frente al cambio climático tratarían de construir “fortalezas virtuales” para proteger sus recursos. La pretensión del gobierno de Hungría de construir un muro para evitar la entrada de refugiados confirma la hipótesis del Pentágono.

Muros y policías no bastarán para contener el alud de refugiados climáticos (EFE/Sandor Ujvari)
Muros y policías no bastarán para contener el alud de refugiados climáticos (EFE/Sandor Ujvari)

El informe vaticina que cuando “el hambre, las enfermedades y los desastres relacionados con el abrupto cambio climático golpeen, las necesidades de muchos países superarán sus capacidades. Esto creará un sentimiento de desesperación que podría traducirse en agresiones con el fin de recuperar el equilibrio.” Las guerras por recursos vitales podrían estallar en sitios ya explosivos como Rusia, la cuenca del río Danubio, en Europa, los límites entre Pakistán, la India y China. Incluso en zonas por el momento tranquilas, pero privilegiadas por importantes redes fluviales.

En América Latina un futuro foco de enfrentamientos sería el Amazonas. Además, el ascenso del nivel del mar afectará a las economías de los pequeños estados del Caribe, cuyos habitantes emigrarán hacia Estados Unidos o países vecinos de Centro y Suramérica.

¿Servirán de algo los muros ante el alud de refugiados climáticos? Días atrás en Alaska, el Secretario de Estado, John Kerry, advirtió a quienes solo ven en la crisis en Europa una consecuencia del extremismo en África y el Medio Oriente. “Esperen a ver lo que ocurrirá cuando se agudice la escasez de agua y comida, o cuando las tribus se enfrenten entre ellas por la simple supervivencia”, dijo.

Las naciones desarrolladas, causantes en gran medida del actual calentamiento global, deberían comprometerse, al fin, con una reducción significativa de los gases de efecto invernadero. Además, ayudar a los países en desarrollo a enfrentar las consecuencias de los continuos desastres naturales. De lo contrario, las marejadas de inmigrantes harán colapsar también a las economías avanzadas.

Se estima que alrededor de 28 millones de personas tuvieron que abandonar sus hogares entre 2008 y 2013 a causa de desastres ambientales. Para el año 2050 el número de refugiados climáticos podría superar los 200 millones.