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La mujer humillada por niños en un autobús escolar se dedica a predicar la tolerancia

Karen Klein empieza las mañanas bebiendo café en la cocina de la humilde casa en la que lleva viviendo 46 años, de una taza con el logo del programa The Today Show al que fue invitada el año pasado cuando fue famosa. Su fama tuvo un deje de tristeza: ella era la protagonista de un vídeo de YouTube que se hizo viral, en el que vigilaba a los alumnos de un colegio de Nueva York mientras iban en el autobús escolar.

En el vídeo, los alumnos llevaban años insultándola llamándola "vieja", "gorda" y "fea" a gritos, junto con otros calificativos que hicieron llorar a esta mujer de entonces 68 años y que llevaba 20 trabajando en el autobús escolar a cambio de 15.000 dólares al año.

Tan fuerte fue la indignación de los cientos de miles de personas que vieron el vídeo que Karen se convirtió en una especie de estrella. Los programas de televisión quisieron entrevistarla e Internet organizó una colecta para que se cogiera unas vacaciones.

Ha pasado un año desde entonces. La colecta que organizó Max Sidorov, un canadiense de 25 años, movilizó a 32.000 personas de 84 países diferentes a entregar dinero. Un total de 703.873 dólares (536.000 euros). Klein podía haber abandonado su vieja casa en Greece (Nueva York) y comprarse una mucho mejor. Podría haberse ido al extranjero a vivir los años que le quedan de vida en el lujo desenfrenado.

Pero en su lugar, ha utilizado parte de ese dinero en crear una fundación contra el acoso. La Karen Klein Anti Bullying Foundation ha organizado conciertos y editado libros para reforzar el mensaje de la tolerancia cero contra los abusadores.

"Podría estar haciendo mucho más", admite Klein, que acaba de firmar un acuerdo para que el ballet de Moscú haga una gira por Estados Unidos y Canadá contra el acoso electrónico. "Pero la verdad es que no sé cómo", se lamenta. "Soy solo una señora mayor normal".

Parte del dinero (el que no ha ido destinado para jubilarse) ha ido a parar a amigos y familiares que, en opinión de Klein, lo necesitaban. "El resto está guardado", explica, con la idea de comprar, quizá, una furgoneta con la que viajar por Estados Unidos. Quiere volver a sus hobbies (costura, sobre todo), quizá comprar moqueta nueva para la casa y algún mueble. Pero con mucha calma: en marzo pudo por fin permitirse una operación a corazón abierto para que le pusieran un marcapasos.

"Otros lo cambiarían todo de forma dramática", ha explicado Amanda Klein-Romig, su hija. "Pero eso no es para ella; todo sigue más o menos igual. No está yéndose de viaje cada fin de semana a algún lugar exótico".

Sí ha viajado algo. Ha ido a Boston y a Toronto, por ejemplo, y a otras tantas ciudades, para promocionar su fundación. Ha estado en Nueva Jersey participando en un acto público contra el abuso y ha sido invitada a participar en el programa que la hija del senador John McCain, Meghan, protagonizará este verano. "He aprendido que hay mucha gente buena ahí fuera", comenta. "Y que hay que ignorar a la gente negativa".

También ha tenido que enfrentarse a las críticas, que le vinieron de parte de aquellos que consideraban que no estaba haciendo su trabajo aquel día (poner orden en el autobús) y que en realidad lo que quería era hacerse famosa con el vídeo. "¡Como si lo hubiera hecho a propósito!", cuenta. En realidad no supo que el incidente se había grabado hasta que llamó el director del colegio para el que trabajaba. "Ella no pidió esto", la defiende Amanda.

Klein ha vuelto a ver los chicos que la insultaron aquel día ("No tienes familia porque todos se mataron antes que estar cerca de ti", le dice un chico en referencia a un hijo de la cuidadora que se había suicidado el año anterior). La mayoría fue a verla con sus padres para disculparse. Otros tres mandaron disculpas por escrito, lo que para ella resta algo de validez al asunto.

"Espero que aprendieran una buena lección ese día", remacha. "Probablemente no lo hicieran. Podría haber sido una gran broma para ellos".

Fuente: Yahoo! España
La mujer humillada por niños en un autobús escolar se dedica a predicar la tolerancia