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La guerra se hace virtual en Venezuela

Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, los líderes herederos del chavismo (Infobae.com)
Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, los líderes herederos del chavismo (Infobae.com)

Venezuela se desliza desde una polarizada democracia hacia el autoritarismo a juzgar por los últimos incidentes en la Asamblea Nacional. La contienda entre chavistas y opositores al gobierno de Nicolás Maduro, que transciende los muros del parlamento y las manifestaciones callejeras, se ha intensificado también en las redes sociales, donde los representantes del oficialismo han publicado un “manual” para el uso de Twitter.

Desde el ascenso al poder del fallecido presidente Hugo Chávez en 1999, la sociedad venezolana ha sentido los efectos de una creciente confrontación ideológica entre partidarios de la “revolución bolivariana” y seguidores de la oposición. Ese antagonismo se ha expresado con particular agudeza en la utilización de los medios de comunicación por ambas partes. El gobierno de Caracas ha recibido frecuentes críticas por el control estatal de la prensa.

Escena de la disputa en la Asamblea Nacional (Infobae.com)
Escena de la disputa en la Asamblea Nacional (Infobae.com)

Del boicot a la trifulca en la Asamblea Nacional

Durante los 14 años de gobierno de Chávez, la oposición adoptó varias estrategias para enfrentar al líder izquierdista. En 2005 los principales partidos contrarios al proyecto socialista --Acción Democrática, COPEI y Proyecto Venezuela-- decidieron boicotear las elecciones legislativas. Como resultado de esa ausencia, el parlamento se mantuvo bajo la hegemonía chavista hasta los comicios de 2010. Entonces la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) consiguió 65 escaños, una treintena menos que el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), a pesar de que la diferencia de votos entre ambas organizaciones fue inferior al uno por ciento.

La elección de Nicolás Maduro como presidente el pasado 14 de abril reavivó las tensiones en la Asamblea Nacional venezolana. Ante la negativa de los representantes de la MUD de reconocer el resultado de la votación, el presidente del órgano legislativo, Diosdado Cabello, ha prohibido el uso de la palabra a los parlamentarios opositores.

Este martes diputados chavistas y de la oposición escenificaron una riña en la sede del parlamento. Según declaraciones del legislador Julio Borges a la televisora Globovisión, la gresca comenzó luego de que un grupo de opositores mostró una pancarta con la leyenda “Golpe al parlamento”. Minutos antes la bancada oficialista había aprobado una moción para retirarles el derecho de expresión a sus contrincantes, en respuesta al desconocimiento de Nicolás Maduro.

Por su parte, Cabello acusó a la oposición de preparar “un montaje” para propiciar la violencia en la Asamblea Nacional. En entrevista publicada por la estatal Venezolana de Televisión, el ex militar aseguró que los partidarios de Henrique Capriles “quieren poner la violencia de nuestro lado y la violencia está del lado de ellos”. Como resultado de la disputa, al menos siete legisladores recibieron heridas.

La elección de Maduro ha sido cuestionada por la oposición (EFE)
La elección de Maduro ha sido cuestionada por la oposición (EFE)

La “tropa” chavista en las redes sociales

Aunque Chávez calificó a Twitter de “herramienta del terror”, en 2010 abrió su perfil en esa red social. En pocos meses la cuenta de @chavezcandanga, gestionada por un equipo de unas 200 personas, había reunido a cientos de miles de seguidores. El 18 de febrero el líder venezolano transmitió su último mensaje, que llegó a más de cuatro millones de usuarios.

Poco después de embarcarse en la aventura tuitera, Chávez lanzó la Guerrilla Comunicacional, una organización de adolescentes y jóvenes que serían entrenados para librar “la batalla mediática”, según el anuncio del ex mandatario en su programa Aló, Presidente. Los integrantes de los primeros “comandos” fueron estudiantes de centros de educación media, de entre 13 y 17 años de edad.

En un comunicado, el no gubernamental Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (PROVEA) cuestionó el reclutamiento de menores con fines políticos. “Reconocemos el derecho que tienen los adolescentes de opinar con sentido político, pero eso es distinto a involucrarlos en la desgastante polarización que tanto daño ha causado a la sociedad venezolana, motivándolos a enfrentar a quienes tengan opiniones críticas al gobierno”, argumentó la organización.

Uno de los miembros de la Guerrilla Comunicacional, también conocida como la Tropa, publicó esta semana un “manual” con directrices sobre el uso de las cuentas en Twitter. La docena de recomendaciones incluye no seguir a ningún representante de la oposición –para evitar darles popularidad y posicionamiento—ni mencionar etiquetas (hashtag) opositoras; “hacer spam masivo a cuentas extremistas” e ignorar o bloquear a “los extremistas”.

Según reportes de Venezolana de Televisión, la Tropa ha posicionado etiquetas como #CaprilesVagoFascistayAsesino, promocionadas por Mario Silva, conductor del programa televisivo La Hojilla. En un artículo titulado “El Twitter Fascista”, Silva acusó a la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) de financiar “la guerra sucia a través de la red social Twitter”, durante la campaña electoral de octubre de 2012, en las cuales Chávez derrotó a Capriles.

Con más de seis millones usuarios de Twitter, esa red social se ha transformado en el campo de batalla preferido entre la propaganda oficialista y los ataques de la oposición al gobierno. Ambas partes cruzan con frecuencia amenazas como la escrita por Diosdado Cabello al candidato Henrique Capriles durante los disturbios posteriores a los comicios del 14 de abril: “Capriles fascista, me encargaré personalmente que pagues por todo el daño que le estás haciendo a nuestra Patria y a nuestro Pueblo”.

Otra dimensión de este enfrentamiento ha sido el hackeo de perfiles pro gubernamentales y opositores. En 2011 el grupo chavista de hackers N33 se atribuyó la autoría de ataques contra la identidad digital de críticos al régimen venezolano. La cuenta del presidente Nicolás Maduro fue hackeada el 14 de abril por militantes del grupo Lulz Security, cuyo líder fue detenido en Australia dos semanas después.

Organizaciones de derechos humanos han denunciado también cómo las autoridades venezolanas inspeccionan los perfiles de empleados públicos en las redes sociales para determinar su filiación política. La revelación de opiniones contrarias al oficialismo podría causar el despido de la persona señalada.

¿Quién censura a quién?

Nicolás Maduro se quejó el pasado martes de la censura que los medios de comunicación privados ejercen sobre el desempeño del gobierno. “El Gobierno Bolivariano está siendo objeto de una censura programada de medios de la burguesía”, afirmó el mandatario en una de las habituales cadenas de radio y televisión.

Durante su presidencia, Chávez manifestó con frecuencia su insatisfacción con respecto a la cobertura de la prensa no estatal, a su juicio parcializada a favor de los opositores. En las horas que duró el golpe de Estado de 2002, la televisión privada apenas mencionó las protestas populares que reclamaban el retorno del depuesto gobernante. En su lugar, estos canales transmitieron dibujos animados y películas.

Un reporte publicado en 2012 por el no gubernamental Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) asegura que el gobierno venezolano “ha bloqueado la cobertura crítica, cerrado emisoras, ha demandado a periodistas por difamación, excluido de eventos oficiales a periodistas incómodos, y acosado –con la ayuda de los aliados del gobierno y los medios estatales—a los periodistas críticos.”

La Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos, aprobada a finales de 2010, prohíbe la difusión de mensajes que “fomente zozobra en la ciudadanía o alteren el orden público”, “desconozcan a las autoridades legítimamente constituidas” e “inciten o promuevan el incumplimiento del ordenamiento jurídico vigente.” Grupos de defensa de la libertad de expresión y los derechos humanos han criticado esa legislación por su vaguedad, la cual serviría a potenciales acciones de censura por parte del Estado.