La esmerada preparación para Mulay Hassan, el heredero del trono de Marruecos

Mulay Hassan, el heredero del trono marroquí (Getty)
Mulay Hassan, el heredero del trono marroquí (Getty)

Ni la extrema juventud del heredero ni la buena salud del actual monarca hacen pensar en un hipotético cambio en la Corona en los próximos tiempos, sin embargo Marruecos lleva ya años preparándose para cuando este acontecimiento ocurra. Buena prueba de ello es la esmerada educación que está recibiendo el príncipe Mulay Hassan, de solo 11 años, pero que ya tiene un papel más que importante en los actos a los que acude su padre, Mohamed VI.

Y es que el rey ha decidido que el niño se implique en los asuntos de la Familia Real y que aparezca en público a menudo para que el pueblo le vaya conociendo y así el día en que él falte, no haya nadie que cuestione al heredero porque ya se ha ganado el respeto y el cariño de la población en los años anteriores.

Pero claro, hay ocasiones en las que la sobreexposición del niño puede llegar a traer problemas. El último ejemplo lo tenemos en Nueva York hace pocos días, cuando el joven comió en un restaurante de postín de la ciudad acompañado de varios adultos y varios chicos de su edad.

Lo más sorprendente de la velada sin embargo, fue el enorme séquito de guardaespaldas que le acompañaban, hasta 20 en un local selecto que apenas tiene una docena de mesas y que despertó de inmediato la curiosidad y la sorpresa de los presentes.

Mulay Hassan (i) junto a su padre y su tío durante un discurso a la nación en 2011 (AP)
Mulay Hassan (i) junto a su padre y su tío durante un discurso a la nación en 2011 (AP)

Mulay Hassan aún no tiene ninguna función especial, aunque sí es cierto que ha estado presente junto a su padre en actos tan importantes como los aniversarios de la Independencia del Reino o la Coronación. Siempre con gesto serio y formal, perfectamente engalanado para la ocasión y siguiendo el protocolo tal y como tenía que hacerlo.

El príncipe, que algún día se convertirá en Hassan III, va a tener que hacer frente a graves problemas en el país. Hay una población muy desfavorecida que sigue pidiendo reformas que les equiparen con el resto, están los problemas territoriales, con la cuestión del Sáhara Occidental siempre presente en el horizonte y hay una serie de desafíos, como la turbulenta relación con España, que requieren de mucha diplomacia. Toda preparación para afrontarlos va a ser más que necesaria.

Publicado originalmente en Gaceta Trotamundos