La desesperante situación de los hispanos de la tercera edad en EEUU

Los hispanos son el grupo peor preparado para financiar el retiro (Paul Kline - Flickr)
Los hispanos son el grupo peor preparado para financiar el retiro (Paul Kline - Flickr)

Tristemente la noticia pasó casi desapercibida para los lectores latinos, ansiosos por conocer el anuncio de Barack Obama sobre la reforma migratoria. Hace un par de semanas un grupo de activistas viajó a Washington para reclamar la renovación de la Ley de Estadounidenses de Mayor Edad (Older Americans Act), una legislación que permite a muchos hispanos escapar del hambre.

Sin dudas las medidas tomadas por Obama tendrán un impacto enorme en la comunidad de inmigrantes latinos en Estados Unidos. Sin embargo, la situación de los ancianos de ese origen debería despertar también la solidaridad de todos sus compatriotas. Los hispanos de la tercera edad son los más pobres de la nación, por encima, incluso, de los afronorteamericanos.

Hambre y desconocimiento

"Algunos se alimentan de comida para gatos porque es más barata que la comida para humanos.” El testimonio, de una persona de Los Angeles, aparece en el informe sobre la situación de ancianos hispanos, publicado este mes por el Consejo Nacional Hispano de Personas Adultas Mayores (NHCOA).

"Los he visto comprarla y comerla. Se ocultan porque están avergonzados", concluye el relato. La historia ilustra el estado dramático que enfrenta uno de cada cinco hispanos de más de 65 años en Estados Unidos, donde la inseguridad, el hambre, los problemas de vivienda y salud constituyen la realidad cotidiana para ese grupo de la población.

El testimonio de un residente en Miami resume la pesadilla: “Nuestros ancianos no comen lo suficiente en el desayuno, ni en el almuerzo, y su dieta en general es insuficiente. Se van a la cama con hambre.” Más del 23 por ciento de los hogares hispanos sufrió inseguridad alimentaria en 2013.

Sin las ayudas sociales la mitad de los ancianos hispanos caería en la pobreza (EFE/Gary Williams)
Sin las ayudas sociales la mitad de los ancianos hispanos caería en la pobreza (EFE/Gary Williams)

Los diversos beneficios de la Seguridad Social evitan que más de la mitad de los ancianos latinos caigan en la pobreza. Muchos han llegado a la vejez sin los ahorros suficientes y ahora dependen de la ayuda del gobierno. El futuro tampoco se vislumbra mejor para el resto de la comunidad hispana.

De acuerdo con el reporte de NHCOA, este es el grupo étnico peor preparado para el retiro en Estados Unidos. Una encuesta citada por el texto revela que el 57 por ciento jamás ha calculado cuánto necesitará al dejar de trabajar, mientras el 70 por ciento no tiene un plan de inversiones a largo plazo. Más que la falta de fondos, el desconocimiento mina la tercera edad de los hispanos.

El difícil acceso a la información limita el acceso de los adultos mayores latinoamericanos a los programas de ayuda en Estados Unidos. Perdidos en el laberinto burocrático de los sistemas de servicios sociales y salud, tardan en encontrar el camino o desisten, porque en las oficinas del gobierno no hay suficientes agentes hispanohablantes. La discriminación, disimulada y en inglés, también les pone obstáculos.

Pobres entre los ricos

La extensión de la pobreza entre los hispanos de la tercera edad sorprende por el hecho de que, en general, los abuelos estadounidenses disfrutan de una vejez dorada. Según datos de la Oficina del Censo, en 2012 solo el 9,1 por ciento de las personas de más de 65 años eran pobres. Los blancos no hispanos encabezaban la lista de la prosperidad: apenas 6,8 por ciento subsistía en la penuria.

Los norteamericanos nacidos entre la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial conforman hoy el grupo más rico de Estados Unidos. De acuerdo con Businessweek, en 2013 las familias encabezadas por un anciano de 75 años o más tenían un patrimonio neto medio de 195.000 dólares. El monto para los hogares estadounidenses como promedio era de 81.200 dólares.

La llamada “generación silenciosa” aprovechó el despegue económico de la postguerra y se retiró justo antes de la Gran Recesión. Han sobrevivido para ver lo que antes parecía imposible: la pobreza abunda entre los menores de 35 años, mientras los de la tercera edad gozan de una merecida jubilación.

No obstante, la Seguridad Social aún garantiza que millones de estadounidenses cubran el mínimo de sus necesidades cuando les llega el retiro. Y ayudas como la Older Americans Act, que hoy distribuye 2.000 millones de dólares, marcarán la diferencia en las próximas décadas, cuando el número de ancianos represente alrededor de la quinta parte de la población de Estados Unidos.