Juzgaron a varios desconocidos antes de tiempo...Y su prejuicio tuvo una respuesta ejemplar

Aunque no nos guste reconocerlo, todos tenemos prejuicios. Un simple vistazo a la vestimenta de una persona, su color de piel o su edad nos sirven para que nos construyamos una imagen mental sobre ella. Y lo más normal es que estemos cometiendo un grave error.

Para luchar contra esta realidad, y de paso seguir en su línea de transmitir buenos valores, Coca-Cola ha llevado a cabo un experimento tan sencillo como efectivo. Han ‘encerrado’ a varios voluntarios en una sala, les han mostrado imágenes de diferentes personas y les han pedido a continuación que den su opinión sobre ellas.


El primero de ellos es un joven negro, con musculosos brazos y un pañuelo en la cabeza. El encargado de juzgarle es un señor mayor que se imagina que puede ser “un artista”, o “un gamberro que por las noches se dedica a delinquir”, “alguien que no integra en la sociedad”.

Los otros no salen mucho mejor parados. Un voluntario con chupa de cuero y poblada barba es percibido como “violento y agresivo. Y una anciana con frágil apariencia es calificada de mujer débil, poco activa, que le gusta tejer y chapada a la antigua.

Como era de esperar, estas tres personas son justo lo contrario: el primero de ellos es informático, el otro es monitor infantil y la abuelita es nada menos que una marchosa DJ. Para darle mayor énfasis a la ‘encerrona’, cada uno se lo explica directamente a las personas que les habían prejuzgado.

El mensaje que quiere transmitir la marca con esta acción es que tardamos pocos segundos en sacar conclusiones precipitadas sobre el prójimo, y que deberíamos dedicar algo más de tiempo a conocerles. ¿Conseguirán que la gente lo aplique en la vida real?

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