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Hitler y su presunto amor por una judía en la adolescencia

Tras el fallecimiento de su padre en 1903, un adolescente Adolf Hitler de 14 años se trasladó a vivir a Linz junto a su madre Klara Pölzl, que moriría cuatro años más tarde víctima de un cáncer de mama.

En esta ciudad austriaca Hitler conoció al que fue su mejor y más cercano  amigo durante la adolescencia y con el que compartió sus secretos más íntimos.

August Kubizek fue el inseparable compañero de paseos y largas charlas durante la estancia de Hitler en Linz. Con él compartió todos sus pensamientos en un momento en el que comenzaba a formarse ideológicamente, pero también fue el depositario del los íntimos sentimientos  que sentía el joven Adolf por una bonita muchacha llamada Stefanie Isak y a la que amaba secretamente.

Adolf fantaseaba con raptarla y lanzarse junto a ella desde un puente y así morir juntos. Todo un delirio de amor que, a tan temprana edad, ya dejaba entrever el enfermizo estado mental  del futuro genocida.

A lo largo de los siguientes cuatro años, Hitler, le ocultó a Stefanie cuáles eran sus verdaderos sentimientos hacia ella, observándola desde la clandestinidad y el silencio, sin tener jamás el valor de confesárselo.

Mientras miraba a su amor secreto, podía observar cómo jóvenes soldados se paraban a hablar con ella y ésta se mostraba feliz de ser cortejada. El origen humilde de Hitler lo hacía estar acomplejado y sentirse en inferioridad de condiciones frente a los elegantes militares y, sobre todo, a la buena posición económica de la familia de la joven.

Mucho se ha especulado sobre por qué nunca se atrevió a declarar sus sentimientos abiertamente a la joven. A través del libro que publicó en 1951 August Kubizek titulado "Adolf Hitler, mi amigo de juventud", se dejaba entrever la posible ascendencia semita de Stefanie Isak, cuyo apellido tenía claras raíces judías.

Eran años en los que Hitler comenzaba a formarse ideológicamente y en los que su odio hacia los judíos empezó a hacer acto de presencia en su carácter.

Con los años se supo que, a pesar de su apellido, Stefanie no era de ascendencia judía. Pero Hitler y su amigo Kubizek no lo supieron por entonces.

¿Influiría ese enfermizo amor secreto hacia Stefanie en su rechazo y odio hacia los judíos? Es una de esas incógnitas que la historia ha dejado en blanco, ya que la poca información que tenemos sobre la adolescencia de Hitler se basa en lo que escribió cuatro décadas después su amigo y confidente August Kubizek.

Fuente: Dailymail