Greenpeace vende la casa de Papá Noel

La mudanza de Papá Noel (Santa Relocation Project/ Facebook)
La mudanza de Papá Noel (Santa Relocation Project/ Facebook)

Quizás este año hayamos presenciado la última travesía de Papá Noel desde el Ártico. El célebre personaje de las Navidades, que carga en su trineo los juguetes de millones de niños en el mundo, podría perder su casa en el gélido Norte a causa del calentamiento global. La noticia la ha difundido la organización ecologista Greenpeace, a cargo de la venta de esa mítica propiedad.

Según los anuncios publicados en las ediciones de la web Craiglist en Miami, Nueva York y Los Ángeles, “debido al alto costo de los seguros por inundación”, la familia de Santa Claus no podrá sostener por mucho tiempo más la reparación de la vivienda. El precio propuesto: 404.040 dólares. “Compre a su propio riesgo. A menos que detengamos el calentamiento planetario, usted no la disfrutaría por demasiado tiempo”, advierte.

¿De qué se trata esta disparatada venta de la mansión de Papá Noel? Greenpeace ha apostado por el humor para hacernos reflexionar sobre las amenazas que ensombrecen el Ártico. El “Proyecto La Reubicación de Santa” aspira a reunir tres millones de firmas antes del 11 de febrero de 2013, para demandar a los líderes mundiales la firma de un acuerdo que prohíba la exploración petrolera y la pesca industrial en esa región. Hasta el cierre de este texto el número de rúbricas superaba las 2,2 millones.

La casa de Santa Claus (Santa Relocation Project/ Facebook)
La casa de Santa Claus (Santa Relocation Project/ Facebook)

De acuerdo con Greenpeace, en las últimas tres décadas el Ártico ha perdido el 75 por ciento del hielo oceánico, un cálculo elaborado a partir de las mediciones en verano, cuando las temperaturas suben y las masa helada de repliega. Esa desaparición de los hielos ha despertado el interés creciente de las compañías petroleras, mineras y de pesca.

En septiembre pasado la transnacional de la energía Shell suspendió sus operaciones en las aguas de Alaska. La empresa fue incapaz de cumplir las medidas de seguridad exigidas por las autoridades estadounidenses para dar luz verde a la prospección petrolera en el área. Sin embargo, los directivos de la compañía advirtieron que reiniciarían los trabajos en 2013. Shell ha invertido más de cuatro mil millones de dólares en este proyecto.

El Servicio Geológico de los Estados Unidos calcula que el Ártico contiene unos 90.000 millones de barriles, un volumen suficiente para satisfacer las demandas globales de hidrocarburos durante apenas tres años.

Pero, ¿por qué más allá de la simpatía hacia el desventurado Santa Claus debería interesarnos lo que ocurre en el Ártico, tan distante de las tierras cálidas del Sur? Este enorme escudo de hielo cumple una función esencial en el mantenimiento de la vida en la Tierra como la conocemos. Al reflejar una cantidad importante de la radiación solar, funciona como un controlador de la temperatura, que de lo contrario ascendería a niveles fatales.

Por otra parte, bajo la capa congelada duermen millones de toneladas de gas metano y dióxido de carbono, dos de los principales causantes del efecto invernadero. Las consecuencias de la liberación masiva de estas sustancias impactarían en todas las regiones del planeta, sin importar cuán lejos estén del Polo Norte.

La ausencia de Santa Claus durante las fiestas de Navidad entristecerá seguramente a nuestros hijos. La destrucción del Ártico desterrará para siempre cualquier esperanza de un futuro habitable en el planeta.