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Extravagantes estatuas alrededor del mundo

Si bien muchas estatuas conmemoran un momento histórico o son el homenaje a una vida extraordinaria, también existen otras quizás más extravagantes para celebrar mitos locales, hacer una crítica social o, simplemente, llamar la atención. Esta es la prueba.

Mano del Desierto (Atacama): Como si un gigante hubiera quedado enterrado con una tormenta de arena, dejando fuera solo su mano, así es la escultura del chileno Mario Irarrázabal construida a principios de la década de los 80 y emplazada en el desierto de Atacama, en un tramo de la ruta 5 Panamericana, 75 Km al sur de Antofagasta (Chile). cruz_fr/Flickr

Hombre emergiendo a la vida [o Monumento al ahogado] (Punta del Este): Hace ya tres décadas, la escultura de otros cinco dedos parcialmente sumergidos en la arena de la playa Brava —también obra del chileno Mario Irarrázabal— reposa en la orilla como una señal de aviso a los nadadores. Más conocida como “monumento de los dedos” o simplemente “los dedos” o “la mano”, se ha convertido en uno de los puntos de referencia más emblemáticos de Uruguay. jikatu/Flickr

Posankka (Turku): El nombre es un híbrido de las palabras finlandesas “cerdo” (possu) y “pato” (ankka); y Posankka es una escultura de 16 pies de altura de un pato de goma y un cerdo de mazapán. Creada para un proyecto de arte ambiental en toda la ciudad, es una idea original de Alvar Gullichsen que según él representa una crítica a la tecnología genética moderna, así como un homenaje a la tradición vanguardista de Finlandia. tabula_electronica/Flickr

Miguelín (Shanghái): Miguelín es un enorme bebé de 6,5 metros de altura, electrónicamente animado que respira, parpadea y duerme. Hecho de material reciclado y diseñado por la directora de cine y publicista catalana Isabel Coixet, el sonriente bebé de ojos azules atrajo a millones de visitantes al pabellón de España en la Expo 2010 en Shanghái. Por su popularidad, la pieza fue donada como pieza central al Museo de la Expo de Shanghái, inaugurado en mayo del año pasado, donde Miguelín es parte de la colección permanente. HeyItsWilliam/Flickr

Le Passe-Muraille (París): Caminando por Montmartre siempre alguien se sorprende al ver a un hombre saliendo de una pared. La estatua de bronce está inspirada en el cuento Le Passe-Muraille (El hombre que atravesaba las paredes) del escritor francés Marcel Aymé, sobre un hombre que descubre que tiene una habilidad sobrenatural, pero abusando de su poder queda atascado en el interior de una pared. witholeary/Flickr

Hanging Out (Praga): Esta pieza ha provocado el miedo en muchos transeúntes y más de una llamada telefónica a la policía. Pero lo que parece ser un hombre a punto de caer sobre los adoquines es en realidad una escultura de fibra de vidrio en tamaño natural del sicoanalista Sigmund Freud. Parte de una serie de estatuas instaladas alrededor de Praga por el polémico artista checo David Černý, Hanging Out se exhibió en Berlín, Estocolmo y Londres antes de encontrar su hogar en la capital de la República Checa. ohsarahrose/Flickr

Floralis Genérica (Buenos Aires): La gigantesca flor de acero y aluminio de 6 pétalos —cada uno de 13 metros de largo y 7 de ancho— y 4 pistones se abre todos los días al el amanecer y cierra cuando el sol se pone, en un proceso que dura 20 minutos imitando el movimiento real de una flor. Creada por el arquitecto argentino Eduardo Catalano e instalada en 2002 en la Plaza Naciones Unidas, Florales Genética es un poderoso y moderno símbolo de la tecnología y la naturaleza. Solo durante cuatro eventos especiales la flor permanece abierta toda la noche: 21 de septiembre (Día Internacional de la Paz), 25 de mayo (Revolución de Mayo), 24 de diciembre (Nochebuena) y 31 de diciembre (Fin de Año). N i c o_/Flickr

Sentados frente al mar (Puerto Montt): Mirando a la bahía del sur de Chile, descansa una pareja tan odiada como amada por los puertomontinos, pero indiscutiblemente la más fotografiada. Inspirada en parte por la canción Puerto Montt —el “himno oficial” del lugar interpretado por el grupo uruguayo Los Iracundos— la pieza es obra del escultor Robinson Barría y fue instalada con motivo del 149 aniversario de la ciudad chilena. Los enamorados están tan inmersos en su romance que al parecer ni les ha importado ser el objeto de deseo de los grafiteros. csaavedra/Flickr