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El viaje no soñado de los retirados en Estados Unidos

Los workampers se mueven por EEUU en autocaravanas donde viven temporalmente o de manera permanente (timquijano - Flickr)
Los workampers se mueven por EEUU en autocaravanas donde viven temporalmente o de manera permanente (timquijano - Flickr)

Trabajaron durante décadas para disfrutar de un retiro apacible. Muchos invirtieron sus ahorros en fondos que prometían interesantes ganancias. Pero la realidad los alcanzó en el crepúsculo de sus años de vida laboral. Miles de adultos mayores en Estados Unidos han retornado al mercado de trabajo porque las cuentas no cierran, en un país que parece olvidar a quienes construyeron la riqueza de hoy.

La búsqueda de ingresos adicionales ha lanzado a las carreteras a un grupo de cincuentones y sesentones. Se mueven en autocaravanas hacia los lugares donde surge alguna oportunidad de ganar unos dólares más, sin importar su calificación o las condiciones del nuevo empleo. Los llaman "workampers", una definición que oculta, bajo el maquillaje aventurero, el drama de un creciente número de retirados en América.

Workampers, viajeros en busca de trabajo

De acuerdo con el sitio Workamper News, estos nómadas son “individuos aventureros, parejas y familias que han elegido un modo de vida maravilloso, que combina cualquier tipo de trabajo a tiempo parcial o completo con el camping en vehículos recreativos.”  No obstante, esa web reconoce que no todos lo hacen por el placer de descubrir nuevas regiones y experiencias.

Más de la mitad de los workampers trabajan para complementar su retiro, mientras el resto se emplea para mantenerse una parte del tiempo o a lo largo del año en sus casas rodantes. La mayoría encuentra posiciones en el sector turístico –hoteles, campamentos, parques temáticos, parques nacionales o estatales—aunque también hay oportunidades en otros sectores.

Amazon contrata miles de trabajadores temporales para cubrir la temporada alta (REUTERS/Phil Noble)
Amazon contrata miles de trabajadores temporales para cubrir la temporada alta (REUTERS/Phil Noble)

Uno de estos “empleos soñados” es en los almacenes de Amazon, una compañía que recluta a “flexibles y entusiastas campistas (RV’ers, en inglés) con una actitud dispuesta y positiva”. La gigante de la distribución al detalle online acude a los trabajadores temporales entre el otoño y la Navidad para cubrir la alta demanda antes de las fiestas de fin de año. El salario ronda los 10 dólares por hora.

En declaraciones al sitio Alternet, la periodista Jessica Bruder explicó que los anuncios de reclutamiento para los workampers disfrazan difíciles condiciones. “Gran parte del trabajo es duro y físicamente exigente. Varias personas que conocí abandonaron el programa de Amazon después de unas semanas porque sus cuerpos no podían soportarlo”, afirmó la reportera, quien acaba de publicar una investigación sobre el tema en la revista Harper’s.

En su opinión toda esa publicidad “se complace en la ilusión de que los adultos mayores estadounidenses son libres para retirarse y trabajar solo por placer, en vez de reconocer la realidad de que muchas personas necesitan seguir ganando dinero para sobrevivir.”

La debacle del retiro dorado

Estados Unidos se dirige hacia una crisis sin precedentes debido al envejecimiento de la generación más numerosa del siglo XX, los baby boomers. Casi al final de su vida laboral, la mayoría de los nacidos tras la Segunda Guerra Mundial han comprendido que no ahorraron lo suficiente para complementar las prestaciones de la seguridad social o sus pensiones. La Gran Recesión que sacudió al mundo a finales de la pasada década arrasó con las inversiones de muchos y los dejó en una inesperada intemperie financiera.

Los mayores de 60 recuerdan con nostalgia sus primeros años de trabajo. Entonces no pocas empresas ofrecían ciertas garantías, pensiones ventajosas y salarios suficientes para mantener un confortable estándar de vida. Ese mundo ideal ha desaparecido. El estancamiento de los ingresos se ha combinado con el incremento del costo de los cuidados de salud, lo cual ha erosionado la solvencia de millones que pensaban retirarse sin demasiadas inquietudes financieras.

Cálculos oficiales y estimaciones de fuentes académicas coinciden en pronosticar un aumento de la pobreza entre los mayores de 65 años hasta mediados de este siglo. En el peor de los casos, según las proyecciones del Supplemental Poverty Measure, de la Oficina del Censo, en 2040 la proporción de ancianos en situación precaria ascenderá de 10,4 por ciento actual a 17,9 por ciento. Esa cifra será aún mayor entre los afroamericanos, los hispanos y las mujeres.

La inflación de los costos de la salud ha sobrepasado los ajustes que ha hecho el gobierno estadounidense a la Seguridad Social. Una investigación del Employee Benefit Research Institute reveló el año pasado que el Medicare cubre alrededor del 60 de los gastos de salud entre los adultos mayores, quienes extraen el resto con sus ahorros, pensiones y las transferencias federales. En consecuencia, el endeudamiento entre los retirados crece a una velocidad superior a la de sus vecinos más jóvenes.

Esta matemática de la sobrevivencia empuja a muchos por debajo del umbral de la pobreza. Con el avance de la edad la capacidad de trabajar disminuye, los empleadores pierden interés y las enfermedades se hacen frecuentes. Al timón de una autocaravana, algunos encuentran alivio a sus estrecheces económicas; otros, al timón de sus vidas, intuyen que no les aguarda un dichoso destino.