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El sacerdote al que la Inquisición juzgó por tener superpoderes

La Inquisición española se dedicó a lo largo de cuatro siglos a perseguir, juzgar y condenar a todo aquel sospechoso de realizar fenómenos inexplicables y que estuviera fuera del aparente razonamiento católico.

Muchas son las señaladas como brujas que murieron tras ser torturadas o quemadas vivas. Pero sorprendente es cuando el acusado de practicar ritos satánicos y poseer poderes sobrenaturales es Pedro Ruiz Calderón, un sacerdote español que, en el siglo XVI, había sido enviado como misionero al Nuevo Mundo.

El religioso ejercía su labor evangelizadora en Nueva España (hoy México), pero al mismo tiempo era muy común verlo fanfarronear de la multitud de facultades paranormales que poseía, las cuales había aprendido gracias a haber descendido hasta el infierno y conocer al demonio.

Frecuentes eran sus intentos de demostrar que poseía el don de la invisibilidad y que era capaz de detectar cualquier tesoro que estuviese enterrado, así como una extraordinaria habilidad para seducir a cualquier mujer, convertir un metal en oro o predecir el futuro.

Todo esto lo llevó a ser denunciado por el Obispo de México, Fray Juan de Zumárraga, el más insigne inquisidor apostólico que ejerció con dureza su cargo en las colonias españolas y que se presentó como fiscal en la causa contra Ruiz Calderón, en el juicio que se llevó a cabo el 30 de enero de 1540.

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Muchos fueron los llamados a declarar durante la vista que señalaron al sacerdote como alguien que ejercía las llamadas 'artes negras', entre ellos, el que fue posteriormente conquistador de las Filipinas, Miguel López de Legazpi.

A pesar de los números testimonios que lo acusaban de jactarse de sus superpoderes, el tribunal acabó condenándolo a ser desterrado de vuelta a España y no poder ejercer el sacerdocio a lo largo de dos años. Una pena insignificante,  si tenemos en cuenta la proporción de evidencias, pruebas y cargos que se le imputaban.

Gran parte de la información al respecto se ha conocido recientemente gracias a las investigaciones realizadas por John Chuchiak IV, profesor de la Universidad Estatal de Missouri, quien ha transcrito un gran número de documentos relacionados con las actas del juicio y ha recreado todo el proceso inquisitorial.

Entre los documentos analizados destaca el momento en el que el acusado relató cómo, años atrás encontrándose al servicio del Virrey de Nápoles, tras recorrer 3.000 leguas por debajo de la superficie de la tierra (algo más de catorce mil kilómetros), accedió a través de una gruta hasta las entrañas del infierno y que fue en ese lugar, y tras encontrarse con el mismísimo demonio, donde aprendió todas las artes de la magia negra y el oscurantismo que dominaba.

La mayoría de las pruebas encontradas en los documentos dejan entrever que la condena aplicada a Pedro Ruiz Calderón fue más bien una llamada de atención y un castigo menor hacia un acto de fanfarronería por parte del acusado, quien podría tener en su conducta un ánimo de enriquecimiento o incluso de delirios mentales, que no cualquier tipo de poder sobrenatural que tuviese algo que ver con las fuerzas del maligno.

A pesar de esto, Chuchiak asegura que el sacerdote debía poseer la facultad de saber utilizar la hipnosis; algo que respondería al porqué muchas personas creyeran que realmente sí que tenía algún tipo de poder mágico.

Fuente: Yahoo! España
El sacerdote al que la Inquisición juzgó por tener superpoderes