Anuncios

El misterioso cuadro colgado en el Pentágono que resultó ser una broma

De todos es sabido que la sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, más conocida como 'el Pentágono', es uno de los lugares más seguros que existen en el planeta. Un lugar desde donde se controla la seguridad militar de todo el país y en el que trabajan aproximadamente 25.000 personas (entre civiles y militares).

Con estas premisas, pensar que alguien pueda realizar algún tipo de acto vandálico, atentado o una simple broma en el interior de sus instalaciones, es prácticamente imposible. Pero no lo será tanto cuando, a lo largo de siete meses, en uno de los numerosos pasillos que hay dentro del Pentágono, estuvo colgado un cuadro que no pertenecía a ningún héroe del ejército, como consecuencia de un momento de diversión de un militar de alta graduación que trabajaba en aquel lugar.

[Relacionado: El Pentágono no cree fiable el relato del nuevo libro sobre la muerte de Bin Laden]

Aunque esta historia es un hecho reciente y tan solo han pasado unos meses desde que se descubrió, hemos de viajar en el tiempo hacia tres décadas atrás para comprender mucho mejor el porqué de este divertido y curioso relato…

Tras graduarse en la escuela naval en 1982, el alférez Eldridge Hord decidió tomarse una fotografía con su uniforme de gala y regalársela a sus padres. Visitó a un fotógrafo al que le gustaba experimentar con las texturas, los colores y utilizar una serie de filtros que le confirieran a sus fotos una imagen retro, como si de un antiguo retrato se tratase.

El resultado fue espectacular, tanto que el propio fotógrafo decidió quedarse algunas copias para exponerlas en los escaparates de sus negocios.

El alférez Hord, al que todos sus amigos y compañeros llamaban "Tuck" obsequió a su familia con uno de esos retratos y continuó con su carrera militar, la cual lo llevó a diferentes destinos alrededor del mundo, hasta que en 1997 le llegó la oportunidad de incorporarse en las oficinas del Pentágono.

Con motivo de su cumpleaños, en 2004 los familiares y amigos de Tuck le organizaron una fiesta sorpresa, a la que su hermana se presentó con una de las copias del retrato que se había realizado en 1982.

Algunos de sus compañeros de oficina decidieron llevarse el retrato de casa de Hord y colgarlo por sorpresa en el despacho que éste tenía en el Pentágono, donde por aquel entonces ocupaba el cargo de Director de una división que coordinaba la logística militar entre los EE.UU. y países aliados.

Eldridge Hord fue destinado en el año 2005 a una base naval estadounidense en un atolón del Océano Índico, pero su retrato quedó a buen recaudo de sus compañeros y amigos del Pentágono, quienes a modo de homenaje llevaban consigo en todos los actos y fiestas que se celebraban allí, a pesar de su tamaño de un metro de altura.

El cuadro fue dando tumbos a lo largo de los siguientes años, hasta que, el 29 de julio de 2011, al teniente coronel Bangsboll (antiguo compañero y buen amigo de Tuck) decidió colocarlo en algún lugar más destacado de las instalaciones y encontró un pasillo poco transitado en el que colgaban otros retratos de insignes hombres de mar, cuyas carreras en el ejército habían sido heroicas.

Bangsboll mandó realizar una placa metálica en la que ponía "Alférez Chuck Hord. Marina estadounidense, hacia 1898. Perdido en el mar, 1908". Evidentemente le había cambiado el nombre e inventado una historia que le confiriese al retrato cierta credibilidad.

A las seis y cuarto de la mañana de aquel día de julio colgó el retrato y allí estuvo sin que ninguno de los 25.000 trabajadores del Pentágono se diera cuenta de que se trataba del cuadro del bueno de Tuck.

Siete meses después, un periodista del 'The Wall Street Journal' que había asistido a cubrir una noticia en la sede del Departamento de Defensa reparó en el retrato y le llamó la atención el 'moderno corte de pelo y peinado' del sujeto, algo totalmente fuera de lo común en una imagen de alguien que había vivido un siglo atrás, por lo que formuló una pregunta a los representantes del Pentágono, quienes al darse cuenta lo descolgaron rápidamente.

Como respuesta enviaron un escueto email que decía: "Hay un proceso de aprobación para los retratos del Pentágono y esta bella imagen no la ha pasado :)"


Fuente: Yahoo! España
El misterioso cuadro colgado en el Pentágono que resultó ser una broma