El mendigo que murió por salvar a una rehén que estaba retenida en Brasil

El hombre no dudó en enfrentarse con el secuestrador y en el forcejeo recibió un disparo que resultó mortal.

Momento en el que el secuestrador retiene a la joven
Momento en el que el secuestrador retiene a la joven

Simplemente observando los hechos, esta podría ser una historia de violencia más de las decenas que suelen ocurrir en Brasil prácticamente a diario. Pese a su potencial económico y sus enormes posibilidades de futuro, lo cierto es que el país se ahoga en una espiral de violencia y delincuencia que muestra su peor cara año tras año. Por eso pueden pasar desapercibidas cosas que merecen la pena ser contadas. El asesinato de Francisco Erasmo Rodrigues, un mendigo de 61 años, no puede ser una de ellas.

Para conocer los detalles de esta historia hay que trasladarse a uno de los lugares más turísticos de una de las ciudades más populares del país: la Catedral de Sao Paulo. Un sujeto, que ya ha sido identificado como Luiz Antonio da Silva Rodrigues, ingresó armado en el templo sagrado y tomó como rehén a una mujer que se encontraba allí, Elenilza Mariana de Oliveira, de solo 25 años.

Estaba siendo perseguido por la policía y pensó que si salía con la muchacha no iba a levantar las sospechas de los agentes, pero el plan del secuestrador, que ya tenía antecedentes por robo, lesiones y tráfico de drogas, no salió de la manera esperada.

Varios testigos se dieron cuenta de la situación y la policía cercó la catedral, mientras que el hombre apuntaba con la pistola a la joven. En ese momento apareció Francisco Erasmo, que no dudó en empujarle en un momento de descuido y así lograr que Elenilza pudiera escapar sana y salva y sin ningún tipo de herida.

Pero desgraciadamente la historia no pudo tener un final feliz para todos porque el secuestrador terminó disparando y matando al hombre que se acababa de convertir en un héroe, al no dudar en arriesgar su vida (y perderla) por salvar a la rehén,

Brasil se ha acostumbrado a vivir con la violencia y la delincuencia por culpa de los más de 56.000 homicidios –un promedio de 154 por día- que se produjeron en 2012, según el Mapa de la Violencia 2014 y publicado en el periódico O Globo, el más popular del país. Hay unas 26 víctimas por cada 100.000 habitantes mostrando que aún queda un largo camino por recorrer en defensa de la seguridad y la paz en las calles.

Más allá del esperanzador futuro al que puede tener acceso el país, es fundamental que la gente pueda mejorar sus condiciones de vida y no estar temiendo por perderla a cada momento.

Javier Taeño (@javiertaeno)