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El horrendo documental sobre los nazis que fue censurado

Foto de archivo de la entrada al campo de concentración nazi de Auschwitz en Polonia. (Foto AP/Archivo)
Foto de archivo de la entrada al campo de concentración nazi de Auschwitz en Polonia. (Foto AP/Archivo)

A inicios de 1945 la humanidad apenas comenzaba a emerger, exhausta, de cinco años de guerra. El terror y la muerte habían atravesado el planeta. No obstante, los aliados descubrirían a finales del invierno y la primavera un episodio aún más horripilante: los campos de concentración construidos por la Alemania nazi.

Sucesivas generaciones han visto fotografías y películas que revelan la dimensión del genocidio.  Pero el más completo material fílmico sobre aquellos primeros días, cuando británicos, franceses, estadounidenses y rusos liberaron a los sobrevivientes, permaneció hasta ahora oculto por la censura y el olvido. La cinta completa y un documental que cuenta la historia recorrerán este año canales de televisión, festivales y salas de cine alrededor del mundo.

La diplomacia vence a la historia

En abril de 1945 la División de Guerra Psicológica de la Fuerza Aliada Expedicionaria encargó la realización de un documental que compilaría imágenes tomadas en los campos de exterminio. El filme serviría para demostrar la increíble crueldad del régimen fascista alemán, en particular a los civiles de ese país, la mayoría de los cuales afirmaban ignorar la existencia de esas prisiones.

Los civiles alemanes fueron obligados a recorrer los campos para presenciar el horror nazi (Wikimedia Commons)
Los civiles alemanes fueron obligados a recorrer los campos para presenciar el horror nazi (Wikimedia Commons)

El productor de la cinta, el británico Sidney Bernstein, explicó entonces que su objetivo era conmover a los alemanes y probarles que compartían la responsabilidad del genocidio con los nazis y la SS, el cuerpo militar encargado de la administración de los campos.

Las difíciles condiciones de la guerra primero y después retrasos en la recolección y edición del material estancaron el documental. En julio los estadounidenses decidieron retirarse del proyecto. Meses después exhibirían su propia versión bajo el título de “Los molinos de la muerte”, dirigida por Billy Wilder.

En el verano la cinta tomó nuevo impulso. Ese momento coincidió con la llegada al equipo del director de cine Alfred Hitchcock. Pero en septiembre aún no estaba terminada y para esa fecha el clima político en Europa había cambiado.

La versión oficial asegura que las autoridades británicas desplegadas en Alemania se opusieron al estreno del documental. A juicio de los militares, esas imágenes hundirían más en la apatía a los germanos, una reacción contraproducente a los esfuerzos por embarcarlos en la reconstrucción del país.

Sin embargo, otras hipótesis apuntan a la política de Londres hacia los judíos. El gobierno del Reino Unido trataba de resistir entonces la presión de los grupos sionistas para obtener un territorio propio en Palestina. La exhibición pública de un filme sobre el Holocausto, sin dudas, inflamaría aún más a los israelitas.

Una tercera explicación, según el documentalista André Singer, sería el interés de los británicos por convertir a los alemanes en aliados, ante la influencia de la Unión Soviética en Europa del Este. Singer dirigió el documental “Night will fall”, que relata la historia del filme original.

Esta fue la única participación de Hitchcock en un documental.
Esta fue la única participación de Hitchcock en un documental.

Cinco de los seis carretes del “Estudio documentado de los campos de concentración alemanes” (German Concentration Camps Factual Survey) permanecieron en las bóvedas de Museo Imperial de la Guerra (IWM), en Londres, entre 1952 y 1980, cuando un investigador norteamericano los redescubrió.

El horror de Hitchcock

Según cuenta el diario inglés The Independent, el famoso director británico llegó a Londres para ayudar a su amigo Bernstein en el montaje. A pesar de su reputación como creador de películas de horror, las imágenes de los campos de concentración lo conmovieron al punto de tener que ausentarse de los estudios durante una semana.

Hitchcock contribuyó a dar coherencia y verosimilitud visual a los materiales incluidos en el filme. Aunque trabajó durante varias semanas, no cobró por esa colaboración.

Críticos de cine han advertido que el estreno de la versión completa y restaurada del “Estudio documentado de los campos de concentración alemanes” encenderá la polémica. Aunque muchas personas han visto imágenes de los campos de concentración, la cinta británica no deja de ser perturbadora.

El guión original concluye con una alerta a la humanidad: "A menos que el mundo aprenda las lecciones que esas imágenes enseñan, la noche caerá. Pero, por la gracia de Dios, nosotros los sobrevivientes, aprenderemos". La historia de genocidios ejecutados después de 1945 testimonia más bien el olvido de aquella horrorosa lección.