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El hombre que inspiró a Arthur Conan Doyle para crear el personaje de Sherlock Holmes

Metódico, observador, analítico, ingenioso, perspicaz, irónico, agudo  y sumamente inteligente… Estos son algunos de los adjetivos que más se utilizan para describir a Sherlock Holmes, el detective de ficción más famoso del mundo y nacido de la magistral pluma de Arthur Conan Doyle.

La excelente habilidad que tiene el personaje para analizar y llegar a las conclusiones es, sin lugar a dudas, la condición principal que hizo que las novelas escritas a partir de 1887 triunfasen en todo el mundo.

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Pero Conan Doyle no creó de la nada a su personaje, ya que todas esas cualidades con las que lo dotó las presentaba alguien que fue sumamente importante en los años de estudiante universitario del  famoso escritor.

Joseph Bell fue profesor del novelista cuando éste cursaba la carrera de medicina en 1877, diez años antes de publicar su novela "Estudio escarlata" la primera en la que aparece Sherlock Holmes.

El doctor Bell destacaba por su habilidad en analizar todo cuanto lo rodeaba y a menudo ponía a prueba a sus alumnos sometiéndolos a interesantes ejercicios en los que tenían que averiguar todo lo que pudieran sobre diversos personajes que mostraba y sin dar apenas pista alguna.

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¿Cómo saber si un tipo era zurdo o estaba jubilado, había estado trabajando para el gobierno o había pasado por la prisión? Joseph Bell gracias a su innata habilidad de analizar, todos y cada uno de los detalles, era capaz de dar todas las respuestas sobre la personalidad de multitud de personajes anónimos.

Todo ello lo llevaron a ser considerado como uno de los pioneros dentro de la ciencia forense, en un momento de la historia en el que todavía no se contaba con esta especialidad dentro de las investigaciones criminales.

Gran parte de ese mérito se debía al entorno en el que se había criado, ya que descendía de una familia con destacados miembros dentro de la medicina; entre ellos su bisabuelo Benjamín Bell, uno de los médicos forenses más importantes del siglo XVIII.

Durante el periodo de tiempo en el que Conan Doyle fue ayudante de Bell en la Enfermería Real de Edimburgo, pudo observar cómo realizaba su trabajo de manera analítica, encontrando razonamientos lógicos a múltiples asuntos, hecho por el que a menudo era solicitada su ayuda para resolver algunos casos policiales.

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Todo esto le sirvió para tomar buena nota del carácter de su profesor y años después querer plasmarlo a través del investigador privado que tantísima fama le dio y cuyas novelas y relatos han sido leídos por millones de personas.

Pero Joseph Bell no era ajeno a la coincidencia de que, el personaje de Sherlock Holmes y él, existieran tantas cosas en común respecto a ambas personalidades, sobre todo en la forma de pensar y analizar cualquier tipo de hechos.

Esto le hacía presumir de tanto en tanto ante sus conocidos y alumnos, que observaban asombrados la similitud entre ambos personajes, el real y el de ficción.

Fuente: Yahoo! España
El hombre que inspiró a Arthur Conan Doyle para crear el personaje de Sherlock Holmes