El enorme coraje de amar, a pesar del cáncer

Jennifer y Angelo (Foto Angelo Merendino)
Jennifer y Angelo (Foto Angelo Merendino)

Angelo Merendino intuía, probablemente, que su amada Jennifer moriría al final de la angustiosa carrera contra el cáncer. Aunque en la plenitud de su amor recién casado se negara a creer en este destino y preguntara y preguntara ¿por qué? a quien nunca responde. Este fotógrafo estadounidense nos ha entregado el desgarrador testimonio fotográfico de la lucha contra esa enfermedad, pero no como un relato de la muerte, sino como una conmovedora historia de vida.

Angelo y Jennifer se conocieron en Cleveland. Luego ella consiguió un trabajo en Nueva York y se mudó. Aún ninguno de los dos sabía. No habían dicho una palabra. Angelo viajó varias veces a la Gran Manzana con la justificación de visitar a su hermano. Hasta que un día saltó por encima de la timidez y como un adolescente le dijo “estoy enamorado de ti”. Ella respondió sin vacilar: “yo también”.

Después vinieron los viajes de ida y vuelta a Cleveland, la mudanza, el anillo de compromiso, la propuesta de matrimonio, la boda… los meses de felicidad antes de la noticia. Solo cinco meses habían pasado del sí en el Central Park cuando Jennifer fue diagnosticada de cáncer de seno. Al teléfono, Angelo sintió que su vida se paralizaba. “Estamos juntos en esto, vamos a superarlo”, le dijo.

Jennifer durante el tratamiento (Foto Angelo Merendino)
Jennifer durante el tratamiento (Foto Angelo Merendino)

La fatalidad condujo los siguientes cuatro años. Jennifer empeoró, a pesar del tratamiento. En un momento comenzó a sufrir de dolor crónico. Angelo recuerda en su blog una noche en el hospital, cuando ella se aferró a su brazo y casi llorando le suplicó: “tienes que mirarme a los ojos, esa es la única manera de poder soportar este dolor”.

Las fotos de Angelo recorren en dramático blanco y negro el declive de Jennifer, desde la radiante imagen de dos jóvenes enamorados hasta la cama vacía y la piedra labrada con su nombre y una frase: “Lo amé todo.” Palabras de una confesión a su amado, casi un testamento de vida después de enterarse de que su hígado había sido alcanzado por la enfermedad y la muerte no tardaría en presentarse.

“Mis fotografías muestran la vida cotidiana. Ellas humanizan el rostro del cáncer, en la cara de mi esposa”, explica Angelo, cuyo testimonio en imágenes ha capturado la atención de medios de prensa y miles de internautas en las redes sociales. “Ellas muestran el reto, la dificultad, el miedo, la tristeza y la soledad que enfrentamos, que Jennifer enfrentó, mientras luchaba contra el cáncer. Lo más importante de todo, muestran nuestro amor. Estas fotos no nos definen, sino que en ellas somos.”

El drama de Angelo y Jennifer nos recuerda otra conmovedora historia conocida en febrero pasado: la fotografía de Deidre Sechi y Riley Nicolay, rapados por el cáncer que la afecta a ella, invencibles en su amor.

Según cifras del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, en 2009 más de 2,7 millones de mujeres atravesaban alguna de las etapas del cáncer de seno, desde el diagnóstico, el tratamiento hasta aquellas que habían logrado vencer a la enfermedad.