El drama de los niños sirios en Líbano, viven en la calle, sufren violencia y no van a la escuela

Niños refugiados sirios en Líbano (AP)
Niños refugiados sirios en Líbano (AP)

“Mi día favorito era cuando podía ir a la oficina de envío de dinero y se lo mandaba a mi familia en Siria”.

Quien relata estas palabras no es un trabajador cualificado, ni un expatriado que se gana la vida fuera de su país para mantener a sus parientes. Simplemente es un niño, un pequeño de 11 años llamado Mustafa que describe uno de los pocos momentos agradables de su vida como vendedor de flores en una calle del Líbano. Los demás suelen ser vivencias menos bonitas de escuchar, como por ejemplo cuando un borracho le apuñaló en el brazo con un cuchillo o cuando la gente se burla de él e incluso le golpea solo porque es más débil, solo porque está indefenso.

Es la dura vida por la supervivencia de cientos y cientos niños sirios que se ven obligados a tan temprana edad a tener que actuar como mayores. A ganarse la vida en vez de ir al colegio, mientras que en Siria continúa una guerra civil inhumana que cuenta por miles sus víctimas, entre fallecidos, desplazados internos y refugiados en países vecinos.

Una niña siria refugiada (AP).
Una niña siria refugiada (AP).

Al respecto, el documental Silvered Water, del director sirio Ossama Mohammed y que acaba de llegar a España, refleja perfectamente la crudeza y brutalidad del conflicto.

Y es que un estudio realizado por Save The Children, UNICEF, la Organización Internacional del Trabajo y el Ministerio de Trabajo del Líbano ha mostrado la vulnerabilidad a la que están sometidos estos críos y las dificultades que tienen para salir adelante. Los datos son contundentes.

De los 1.510 niños a los que encontraron en 18 regiones distintas del país viviendo en las calles –se cree que el número total de pequeños en esta situación es incluso el triple-, el 73% procedía de Siria. Y casi la mitad de los encuestados, el 42%, eran completamente analfabetos.

Una situación que desgraciadamente cada es más habitual, ya que cuanto más tiempo se extienda la guerra, más personas van a resultar afectadas. Aunque si por algo se está caracterizando el conflicto sirio es por la virulencia con la que está atacando a los más pequeños; 5,6 millones de ellos sufren dentro del país situaciones extremas como pobreza, desplazamiento y estado de sitio; y 1,9 millones viven refugiados en países cercanos, según otro informe de UNICEF.

Refugiados en el mundo en las últimas décadas (Ian Bremmer)
Refugiados en el mundo en las últimas décadas (Ian Bremmer)

Hablamos de una generación perdida, unos pequeños que han tenido que crecer deprisa para adaptarse a una situación en la que muchos otros no sobrevivirían.

En el caso de los niños que están refugiados en el Líbano la mayoría de ellos se dedican a trabajos humildes como la venta en las calles de productos como tejidos o flores, aunque la gran mayoría solo pueden optar por la mendicidad. Los ingresos son escasos, apenas 11 dólares al día tras maratonianas jornadas que mandan casi íntegramente a sus familias en Siria, tal y como lo hace Mustafa. No hay que olvidar que el perfil prototipo de estos pequeños es de entre 9 y 14 años (79%).

Demasiado jóvenes para otra cosa que no sea aprender en la escuela a leer, escribir y soñar con un futuro mejor. Un futuro que les ha sido arrebatado y que de momento no van a poder recuperar, pero con la esperanza en sus corazones de que algún día puedan empezar en su país y con sus familias una nueva vida. Ojalá puedan conseguirlo.


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