Anuncios

El detalle que omitió una inmobiliaria en la venta de una casa

La casa en Thornton (Pennsylvania, Estados Unidos) tenía que servirle a Janet Miliken para mirar al futuro. Olvidar la muerte de su marido y continuar su vida con sus dos hijas adolescentes. En su lugar, esta mujer de 54 años que provenía del extremo opuesto del país, California, se dio de bruces con el pasado.

Pero no el suyo, sino el de la casa que acababa de adquirir en julio de 2007 por 610.000 dólares. Según descubrió a través de su nuevo vecino de al lado, su hogar había sido el lugar donde habían muerto dos personas: una asesinada y la otra, por suicidio.

[Relacionado: El misterio de la casa que hacía enfermar a sus inquilinos]

Había sido hacía poco más de un año: el 11 de febrero de 2006, el anterior propietario de la atribulada residencia había matado, supuestamente, a su mujer a tiros para luego dispararse en la cabeza en el dormitorio principal.

De ahí la casa fue a parar a un matrimonio, Joseph y Kathleen Jacono, que la compraron el 31 de diciembre de 2006 (irónicamente, en vísperas del día de Todos los Muertos) aunque sí sabían del asesinato/suicidio. Les costó 450.000 dólares. Cuando se la vendieron a la viuda Miliken, ocultándole el macabro incidente, se sacaron una buena tajada.

Por eso Janet les denunció, a ellos y a la agencia inmobiliaria por fraude y tergiversación. "Que una casa haya albergado un asesinato o un suicidio es, para el futuro dueño, tan dañino como una gotera o un defecto físico. Puede que más", explica Tim Rayne, el abogado de Miliken. "Los defectos físicos se arreglan; cosas como ésta nunca desaparecen".

Lo que no sabían es que lo que seguiría sería una batalla legal que cuestiona precisamente eso: ¿hasta qué punto debe revelarse un incidente que echa para atrás a muchos clientes, devaluando el producto, pero cuyas consecuencias en los dueños son impredecibles y difíciles de justificar ante un tribunal?

[Relacionado: Los Bates, la familia que compró una casa venenosa sin saberlo]

Dicho de otra forma: ¿qué precio jurídico tiene el evitar cosas como que las hijas de Miliken se enteraran por accidente (su madre aún no se había decidido si decírselo o no), la primera noche de Halloween que pasaron en la casa nueva, mientras intentaban superar la muerte de su padre?

Esa decisión forma parte de la ley estatal (cada Estado puede opinar de una forma u otra con independencia de los demás) y precisamente, en Pennsylvania es donde menos claro está. Así se lo recordó el juez a Janet tras la primera vista, sobreseyendo el caso. Desde entonces, la viuda ha ido recurriendo las diferentes sentencias favorables a los Jaconos hasta llegar el Tribunal Superior de Pennsylvania, máxima autoridad estatal, que es ahora quien tendrá que tomar la decisión última.

"El asunto es interesante pero no vale la pena que el Tribunal Superior revise la legislación", valora Abraham Reich, el abogado de los acusados. "El trabajo del Tribunal es tomar decisiones que guíen futuras transacciones inmobiliarias y aclara la incertidumbre de todo vendedor sobre si debe revelar o no si han ocurrido asesinatos o algún otro tipo de mal que pueda causar daños psicológicos".

Fuente: Yahoo! España
Una viuda denuncia a la inmobiliaria que le vendió una casa sin avisarle del asesinato que allí se había cometido