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El asesinato de un joven de 14 años o cómo la represión se ha ido de las manos en Venezuela

Kluivert Roa muere de un disparo de un agente de Policía, pero Maduro no se pone de acuerdo con su Ministra en cómo se produjo.

Un hombre asiste a un joven herido durante una protesta contra el gobierno de Nicolás Maduro en San Cristóbal, Venezuela, el martes 24 de febrero de 2015. El joven de 14 años identificado como Kluiverth Roa, según el concejal de esa localidad José Vicente García, recibió un disparo en la cabeza durante enfrentamientos entre los manifestantes y la policía, que intentaba dispersarlos. Murió camino al hospital. (Foto AP)

Venezuela vuelve a llorar la pérdida de una vida inocente, la muerte de un joven de 14 años, estudiante de secundaria, que tenía toda la vida por delante y que desgraciadamente nunca podrá cumplir sus sueños por culpa de un balazo en su cabeza, disparado por un agente de policía, durante una manifestación en la región de Táchira.

Puede parecer un asesinato más, que terminará quedando impune o no, pero desde luego lo que refleja es la caótica situación en Venezuela; un país que ahora mismo tiene una importante carestía de productos básicos de primera necesidad, donde los precios, por culpa de la inflación, están al alza y la situación política es absolutamente inestable, con varios miembros de la oposición en la cárcel. En definitiva es un país que marcha a la deriva, muy perjudicado por la caída en el precio del petróleo, el bien con el que se sostiene gran parte de la economía del país.

Se llamaba Kluivert Roa, se manifestaba contra el Gobierno y durante los enfrentamientos entre Policía y manifestantes, muy cerca de la Universidad Católica de Táchira, murió a manos de un agente. Poco más se sabe y tampoco ayudan demasiado las informaciones dadas por Nicolás Maduro y la Ministra del Interior, Carmen Meléndez.

Pese a la falta de detalles, las que sí hablan con dureza de lo que pasó son las imágenes, captadas por los fotógrafos y que ya dan la vuelta al mundo. El joven en el suelo, envuelto en un charco de sangre mientras que intenta ser reanimado, sin éxito, por algunas personas.

Como decíamos, las explicaciones de los dos cargos públicos tampoco clarifican qué fue exactamente lo que pasó. Al contrario, incluso hay contradicciones entre ambos.

“Toda la información preliminar con testigos, planimetría de la Policía Científica, dice que fue un hecho de violencia que se suscitó en el momento en que un grupo de muchachos con capuchas estaban en actividades de protesta y generación de violencia. Es la versión preliminar", ha explicado el mandatario venezolano.

El jefe de Estado ha añadido que los hechos se han producido después de que un grupo de policías fuesen "rodeados, golpeados y atacados con piedras". "Uno de los policías accionó la escopeta de perdigones, y asesinó a este muchacho. Condeno este asesinato", ha apostillado Maduro.

Sin embargo, la versión de Meléndez no coincide exactamente con la del presidente, ya que aseguró que la escopeta no era de perdigones, sino que llevaba pelotas de goma.

"Fue detenido un oficial de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) presuntamente implicado en el hecho y quien declaró haber efectuado un disparo al estudiante con una escopeta con municiones de goma (...) fue pasado inmediatamente a la orden del Ministerio Público (MP) para establecer las responsabilidades", indicó en una conexión telefónica con la emisora estatal VTV.

Primeras contradicciones de un Gobierno que le ha perdido el pulso a la calle en los últimos meses y que está respondiendo con censura y represión. No se puede olvidar que esta misma semana el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, fue arrestado por la supuesta preparación de “un golpe de Estado”.

No es el único. El exalcalde de Chacao, Leopoldo López, lleva más de un año en prisión por “terrorismo, homicidio e incendio de edificios públicos” después de liderar las protestas antigubernamentales de febrero de 2014. La exdiputada María Corina Machado también ha sufrido una dura represión. Son las caras más visibles, pero la depuración alcanza a más personas.

Nadie duda, y así lo reflejan los datos económicos, que en la última década Venezuela ha conseguido un enorme crecimiento y que cientos y cientos de personas han logrado salir de la pobreza extrema, pero la violencia sigue haciendo estragos en una país que parece que ya está cansado de estar callado.