El asedio que ha sometido a la prensa venezolana

Maduro augura que Venezuela se hundirá en el caos si la oposición gana el 6 de diciembre (EFE/PRENSA MIRAFLORES)
Maduro augura que Venezuela se hundirá en el caos si la oposición gana el 6 de diciembre (EFE/PRENSA MIRAFLORES)

Trece años después del intento de golpe de Estado contra Hugo Chávez, los medios aún pagan por su apoyo a la oposición. Como un tsunami, la venganza del chavismo ha golpeado al periodismo venezolano. En las ruinas de esa marejada pocas voces independientes quedan para criticar las derivas de Nicolás Maduro. A pocos días de las elecciones parlamentarias, el silencio o la complicidad de la prensa podrían inclinar la balanza a favor del gobierno.

La oposición invisible

"La estrategia de hacer invisible a la oposición ha remplazado la polarización televisiva”, concluye una investigación publicada por la revista Americas Quarterly. El estudio monitoreó la cobertura política de los telediarios más importantes de Venezuela, producidos por Globovisión, Venevisión y Venezolana de Televisión (VTV), que transmiten a todo el país. Mientras las dos primeras pertenecen a propietarios privados, VTV es el canal estatal.

Según los resultados del análisis, las tres televisoras ofrecieron más cobertura a noticias relacionadas con el gobierno que a actividades de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Las historias positivas sobre el desempeño de la administración Maduro superaron los reportajes críticos. Lo contrario ocurrió con los opositores, a quienes los noticieros de televisión vincularon con frecuencia al “sabotaje económico”, haciendo eco al discurso de Miraflores.

La nueva estrategia del gobierno ha sido tratar de hacer invisible a la oposición (EFE/MANAURE QUINTERO)
La nueva estrategia del gobierno ha sido tratar de hacer invisible a la oposición (EFE/MANAURE QUINTERO)

“La diferencia más importante con respecto a campañas previas es el cambio en los medios privados y especialmente en Globovisión”, señala el reporte. Al contrario de la campaña presidencial de 2013, cuando la prensa no estatal privilegió una cobertura positiva del candidato Henrique Capriles, en esta ocasión “se ha vuelto totalmente a favor del gobierno, al dedicar menos atención (y más negativa) a la oposición que a los candidatos y asuntos del partido gobernante.”

El desbalance, de tan evidente, ha despertado la inquietud de organismos internacionales. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, se hizo eco de la alarma de periodistas de El Universal sobre cómo “algunos voceros e instituciones de la sociedad venezolana” han sido excluidos “del registro noticioso, en detrimento del derecho constitucional a la información.”

En una carta a Tibisay Lucena, presidenta del Colegio Nacional Electoral, Almagro llamó la atención sobre “la ausencia de garantías de acceso a los medios de comunicación para aquellas candidaturas que no cuenten con el financiamiento del Estado.” Más tarde la misiva habla claramente de “inequidad de acceso a los medios entre los representantes del oficialismo y la oposición.”

Medios de rodillas

Pero Maduro es inocente. O al menos eso argumenta frente a las críticas sobre el retroceso de la libertad de prensa en Venezuela. Porque medios como Venevisión, Globovisión y El Universal siguen en manos privadas. Otros han desaparecido o recortado sus tiradas, cierto, mas no se trata de un problema venezolano. ¡En el mundo entero la prensa está en crisis!

La crisis económica, la violencia y la corrupción han erosionado la credibilidad del chavismo (AFP/Federico Parra )
La crisis económica, la violencia y la corrupción han erosionado la credibilidad del chavismo (AFP/Federico Parra )

El régimen chavista ha perfeccionado sus métodos para someter al periodismo que se niega a convertirse en un instrumento de propaganda oficial. En primer lugar, ha usado a su antojo la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión (Resorte) para acosar a las voces disidentes. Esa presión ha obligado el repliegue de muchos periodistas. Según el Instituto prensa y sociedad (IPYS), cerca de un tercio de los profesionales de los medios se han negado a reportar noticias de interés público para proteger su seguridad personal. Más de 40 por ciento han recibido mensajes directos de las autoridades para que cambien sus artículos.

Al ataque a las redacciones se suma la presión económica. Miraflores impone multas a los medios desobedientes y obstaculiza la adquisición de papel para las ediciones impresas. Pocos resisten. Al borde del colapso, nebulosos inversionistas aparecen para salvar lo que queda del naufragio.

Semanas después de la compra, la línea editorial comienza a acercarse al discurso del gobierno. Así ocurrió con el periódico El Universal tras su venta en julio de 2014. Una veintena de columnistas fueron despedidos y otros periodistas renunciaron ante el cambio notable de perfil. El Nacional es uno de los pocos no sometidos hasta el momento. Sin embargo, ese diario ha perdido un tercio de su plantilla en el último año.

Maduro ha prometido que respetará el resultado de las elecciones del 6 de diciembre. No obstante, ha advertido que enfrentará el ascenso de la oposición mediante una alianza cívico-militar. Pocos medios venezolanos denunciarán ese hecho como un atentado a la democracia. El gobierno los ha transformado en personajes de relleno de la farsa chavista.