Dos mujeres buscan el dominio político en Texas


El estado de Texas ha estado dominado políticamente por el Partido Republicano desde hace ya varios años. Y aunque existen destacados políticos demócratas en puestos legislativos y enclaves, sobre todo en las grandes ciudades, donde el Partido Demócrata gobierna a nivel local y tiene fuerte presencia, a nivel estatal los principales puestos han sido ocupados por republicanos al menos desde finales de la década de 1990.

Dos mujeres se proponen cambiar esa circunstancia una vez que Rick Perry, el actual gobernador y quien lleva en el cargo desde 2000, anunció que no buscará un mandato más. Así, las senadoras estatales Wendy Davis y Leticia Van de Putte son candidatas a gobernadora y vicegobernadora, respectivamente, por el Partido Demócrata. Enfrente tienen al procurador estatal Greg Abbott, el aspirante republicano a gobernador, y el actual vicegobernador Dewhurst, que busca la reelección.

Aunque existen otros potenciales candidatos republicanos, Abbott y Dewhurst son los rivales a vencer, respaldados por el aparato republicano y una importante masa de electores.

Davis y Van de Putte son las punteras entre los demócratas y de confirmarse sus candidaturas en la elección primaria serán, de acuerdo a la agencia AP, apenas la quinta dupla femenina en ser nominada a los puestos de gobernador y vicegobernador en al menos 20 años en todo el país. Ninguna de las anteriores cuatro duplas femeninas ganó la elección.

Con todo, ambos puestos no se eligen simultáneamente, como en el caso del presidente y vicepresidente, sino que cada uno se somete a una elección separada. Así que Texas podría tener un gobernador de un partido y un vicegobernador de otro.

Pero Davis y Van de Putte confían en que ambas podrán desplazar a los republicanos, su condición de mujeres, el hecho de que Van de Putte es latina y el mensaje progresista de ambas contrastan con lo que se espera será una pareja de candidatos republicanos conservadores, varones, y anglos. La diversidad podría ser un factor de peso en la elección, que tendrá lugar el 4 de noviembre de 2014.

Las encuestas, pese a todo, no corren actualmente muy a favor de Davis y Van de Putte. En el caso específico de la elección de gobernador, en diversas encuestas realizadas durante 2013 Abbott supera a Davis por márgenes que van entre 15% y 5% de los votos, si bien la cantidad de indecisos en esas encuestas varía considerablemente en un rango que va del 8% al 50% de los encuestados. En esas cifras, al menos hasta el momento, no se ve un panorama sencillo para Davis, si bien es cierto que una vez que comiencen las campañas formales el interés de la ciudadanía comenzará a crecer.

Davis cobró relevancia nacional por su ‘filibuster’ de 11 horas para tratar de bloquear en el Senado de Texas (al que llegó en 2008) una ley restrictiva en materia de aborto en Texas. Van de Putte es una veterana senadora estatal desde 1999. Ambas tienen simpatía y arrastre en sus respectivos grupos y comunidades.

La gran incógnita es si serán capaces de movilizar a las minorías, sobre todo a los hispanos, los afroamericanos y, desde luego, a las mujeres –que históricamente se han inclinado por los demócratas– en cantidades suficientes, al tiempo que consiguen una proporción importante de los votantes anglos para cerrar la diferencia.

La capacidad de recaudación de fondos también será un factor crítico. En 2010, Rick Perry ganó la reelección tras recaudar $39 millones, 50% más que su rival demócrata, el exalcalde de Houston Bill White. En esa época, el vicegobernador Dewhurst recaudó más de $9 millones en su campaña de reelección, 10 veces más que su rival demócrata Linda Chávez-Thompson.

Pero para muchos en Texas la dupla Davis/Van de Putte es una esperanza real de cambio. Tendrán de aquí al 4 de noviembre para certificarlo, si bien Abbott, Dewhurst y los republicanos parten como punteros y su maquinaria se antoja, nuevamente, formidable.