Cuánto miedo tiene que darnos Estado Islámico

En dos meses, el grupo Estado Islámico se ha hecho famoso. Primero, conquistó Mosul, la segunda ciudad iraquí. Luego, declaró el califato en el terreno que controla entre Irak y Siria, nombró “califa Ibrahim” a su líder Abu Bakr al Bagdadi y se cambió el nombre de Estado Islámico de Irak y Siria a solo Estado Islámico. Por último, emitió el video de la decapitación del periodista estadounidense James Foley.

Las ciudades en manos del estado Islámico en Siria e Irak
Las ciudades en manos del estado Islámico en Siria e Irak

Durante estos meses y los anteriores, Estado Islámico ha matado a cientos de personas, ha causado la huida de miles de refugiados y ha hecho que Estados Unidos vuelva a bombardear Irak y amenace con hacerlo en Siria. Y lo sigue haciendo:

Pero ha sido el video de Foley y la amenaza de Estado Islámico de matar a otros rehenes americanos lo que ha disparado la atención y la retórica del gobierno de Estados Unidos. Antes de analizar el miedo que provoca Estado Islámico, debe pensarse qué asusta y qué no debería permitirse: ¿Un ataque en Occidente? ¿Un Estado Islámico que amenace aliados de Occidente en Oriente Medio: Turquía, Jordania, Arabia Saudí, Israel? ¿Un grupo que “solo” controle territorio sirio e iraquí?

Cada uno de estos miedos requiere una respuesta distinta. Si solo se teme que Estado Islámico atente un día en Occidente, la respuesta puede ser menos urgente y letal que si se pretende su destrucción inmediata y definitiva. Mientras Estado Islámico esté ocupado en defender sus posiciones, tendrá poco tiempo en pensar en nuevos horizontes. Tenerle ocupado en Irak no requiere, de momento, soldados americanos. Pero quizá sí ataques aéreos para ayudar a las fuerzas locales.

Esta limitación hace que de momento sea improbable que Obama vaya más allá de bombardear bases y posiciones de Estado Islámico en Irak y, quizá pronto, en Siria. Estos son sus motivos.

Estado Islámico puede llegar a ser una amenaza enorme. O no. El temor a Estado Islámico tiene cuatro pilares básicos: dinero, miembros extranjeros, armas y control de territorio. Sus puntos débiles son sobre todo dos: uno, gobernar es difícil, y gobernar y planear atentados a la vez lo es más, y dos, los “ciudadanos” que viven bajo una interpretación estricta de la ley islámica pueden cansarse y preferir un gobierno más laxo.

Empezaré por los puntos fuertes.

1. Estado Islámico es rico. Las fuentes de ingresos de Estado Islámico son básicamente la extorsión (o recaudación de impuestos) de las zonas que controla, el contrabando y la venta de petróleo. Estado Islámico controla 13 pozos y las 2 refinerías, y puede vender barriles de petróleo a entre 25 y 60 dólares. En el mercado cuestan más de 100.

Según un cálculo aproximado, Estado Islámico lograría 2 millones de dólares al día. Nadie sabe con certeza si llegan a esa cifra, pero para comparar, Al Qaeda necesitó un millón de dólares para montar el 9/11. El presupuesto anual de Al Qaeda antes de 2001, según la CIA, era de unos 30 millones de dólares.

Gane 2 millones diarios o no, Estado Islámico tiene bastante más dinero del que tenía Osama bin Laden. Estado Islámico tiene otra ventaja: sus ingresos son independientes. A Al Qaeda el dinero le llegaba sobre todo de donativos de árabes ricos. Estados Unidos podía sancionar o bloquear cuentas o transferencias. Pero Estado Islámico se autofinancia localmente y con más facilidad. Es por tanto más difícil de bloquear.

2. Tiene miles de yihadistas extranjeros. El martes se supo que había muerto en Siria el primer americano miembro de Estado Islámico: Douglas McArthur McCain. Estados Unidos supone que hay otros 100 o 200 americanos en Irak y Siria. Junto a británicos y franceses pasan ampliamente el millar de extranjeros. Pero la mayoría de extranjeros no son occidentales. Estos dos por ejemplo son chechenos:

El dinero y miembros con pasaportes occidentales facilitan posibles atentados en Occidente -sin duda, el gran temor de los gobiernos. Pero, ¿quiere Estado Islámico atentar en París o Washington? Nadie lo sabe. La decapitación de Foley y la amenaza del video hacen imaginar que Estados Unidos es un objetivo. Pero la muerte de McCain en el frente hace pensar que Estado Islámico no reserva a sus miembros extranjeros para misiones en sus países de origen.

Se supone también que los servicios de inteligencia europeos y americanos estarán más pendientes de cuáles de sus ciudadanos han viajado a Turquía para entrar en Siria en los últimos meses.

3. Más y más armas. Los videos y fotos de asaltos a bases militares en Irak y Siria y de miembros de Estado Islámico con nuevas armas son constantes. Esto es un presunto botín del 24 de agosto en Tabqa, Siria.

Esta es el arma americana que usaban para atacar: a los 30 segundos dispara, parece, un niño:

El peligro de este armamento es sobre todo para sus enemigos directos por tierra: el ejército iraquí, las milicias kurdas y chiíes y los rebeldes sirios. En la mayoría de casos este tipo de armas son un objetivo fácil para los bombardeos americanos. La ventaja que dan las armas a Estado Islámico es afianzarse en su territorio.

4. Todo esto terreno es mío. Estado Islámico controla territorio donde viven cientos de miles de personas. Esto les obliga a gobernarlo. Aunque la ley ya esté escrita -la sharia- y no vayan a perder elecciones -porque no las van a convocar-, gobernar exige tiempo y recursos que no podrán dedicar a otros frentes. Pero, de cara a posibles avances enemigos, para Estado Islámico será más fácil asentarse y defenderse en un terreno urbano que en campo abierto.

Estados Unidos confía en que el nuevo primer ministro de Irak forme un gobierno más inclusivo y que los suníes que están ahora bajo control de Estado Islámico se subleven para sacarse de encima a los yihadistas y volver a formar un Irak unido. Es lo mismo que pasó en 2006 y 2007 -se le llamó “El despertar”-, cuando Estados Unidos estaba en el país. No será fácil.

Al otro lado de la frontera, en el lado iraquí, no está el ejército nacional, sino milicias chiíes. Un periodista del Guardian habló con uno de los milicianos: “Cuando retire mis fuerzas los suníes regresarán y volverá a ser una incubadora para Estado Islámico. Cuando libere un área de Estado Islámico, ¿por qué debería devolverla a los suníes? O la arraso o coloco a chiíes a vivir allí”. Estos tipos son los que tienen que liberar Irak de Estado Islámico y formar un gobierno unido.

Esta nueva batalla sectaria puede tener consecuencias. Un político chií dijo al Guardian: “Piensa en de aquí a 20 años: todo esto es formación para milicias, crean un cuerpo mutante dedicado a matar gente, que reúnen armas. ¿Dónde irán cuando esta batalla se acabe? Tomarán sus guerras e irán a Arabia Saudí o Yemen [a luchar contra suníes]. Igual que los yihadistas suníes emigraron, lo mismo harán las milicias chiíes”.

¿Occidente está sobreactuando? De momento, claramente no. La amenaza es seria, pero no sabemos aún cuánto ni cómo es de directa. Hay dudas concretas sobre el alcance del grupo. Hay quien cree que Estado Islámico es el último juguete para tenernos entretenidos y hay quien dice que son los más peligrosos de la historia.

No sabemos aún muchas cosas. Sin empezar una nueva guerra de Irak -de momento es posible-, se puede hacer algo. Obama ya ha pedido un plan para Siria. Irá a más. El presidente de EEUU toma decisiones en paseos por el jardín de la Casa Blanca. El martes dio uno.

Publicado originalmente en World Wide Web.