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Cuál es la retorcida lógica tras la violencia salvaje de Estado Islámico

Imagen de archivo del periodista independiente estadounidense James Foley en una sala del aeropuerto de Sirte, Libia, el 29 de septiembre de 2011
Imagen de archivo del periodista independiente estadounidense James Foley en una sala del aeropuerto de Sirte, Libia, el 29 de septiembre de 2011

El grupo Estado Islámico publicó el martes por la noche el video de la decapitación del periodista americano James Foley, secuestrado en 2012 en Siria, cerca de la frontera turca.

Google eliminó el video original de Youtube al rato de ser colgado. Pero fue en vano. Enseguida otros usuarios presuntamente vinculados a Estado Islámico lo colgaron en sus cuentas.

No voy a colocar el video aquí; solo copiaré una descripción. La grabación empieza con imágenes del presidente Obama cuando anunció los ataques contra Estado Islámico. Este es el relato que hace la agencia AP de lo que sucede luego:

Corta entonces a un hombre rapado en un mono naranja arrodillado en el desierto, junto a un militante de negro con un cuchillo en su garganta. El nombre de Foley aparece en inglés y árabe en la pantalla, y lleva un micrófono de corbata al empezar a hablar. La escena está grabada en al menos dos cámaras y se ha editado de un modo profesional.

Después de que hable el cautivo, se ve cómo el hombre enmascarado empieza aparentemente a cortarle el cuello; el video se funde a negro antes de que la decapitación se complete. El siguiente plano parece mostrar al cautivo muerto en el suelo, su cabeza en el cuerpo. El vídeo parece haber sido rodado en una zona árida; no hay vegetación y el horizonte está a lo lejos donde la arena se encuentra con el cielo azul. La calidad del sonido es nítida.

Al final el video muestra a otro periodista, Steven Sotloff, secuestrado en 2013 y que, avisan, podría ser la siguiente víctima. Según el Comité de Protección de Periodistas, hay unos 20 periodistas desaparecidos en Siria, cuyas nacionalidades no han sido reveladas.

La cadena NBC dice aquí que Estado Islámico podría tener unos 30 o 40 extranjeros secuestrados, entre periodistas y cooperantes. Según NBC, Estado Islámico habría comprado o capturado de otros grupos a tantos extranjeros como fuera posible. El analista de la Brookings Charles Lister coincide: "Tienen una inmensa y peligrosa capacidad de presión".

El asesinato de Foley es el primero de Estado Islámico destinado directamente al público occidental. Pero hace meses que su crueldad contra musulmanes circula por Internet. En junio publicó fotos de la ejecución a sangre fría de cientos de soldados chiíes iraquíes. En las zonas de Siria que controla también ha usado ejecuciones salvajes.

Aquí lo llaman “la estrategia de la masacre”. 

La pregunta obvia es el por qué de esta barbarie. Debe servir para entender mejor algunas de las intenciones de Estado Islámico, más si la región y el mundo pueden verse sometidos a este chantaje de nuevo y sin cesar a partir de ahora. Hacer sus decisiones humanas es quitarles su halo místico de monstruos.

Estado Islámico no es Al Qaeda. “[El hoy líder de Al Qaeda] Zawahiri pidió a Zarqawi [fundador del predecesor de Estado Islámico] que dejara de decapitar a gente porque el espectáculo era terrible para las relaciones públicas. A los herederos de Zarqawi no puede importarles menos”, dice el experto en yihadismo Will McCants.

Así responde un seguidor de Estado Islámico a una mujer libia que condena las acciones de Estado Islámico: "Ojalá tengas el mismo final".

Al contrario que Al Qaeda, Estado Islámico tiene como objetivo clave controlar territorio. Para evitar el error de su predecesor Zarqawi en 2006, su crueldad o falta de control no deben hacer que la población se les vuelva en su contra. Deben ofrecer algo mejor de lo que hay.

Tanto en Siria como en Irak, Estado Islámico ha procurado mejorar el caos [en Siria] o las afrentas [en Irak] anterior a su llegada o al menos igualar los servicios básicos -sanidad, comida, electricidad- que podría ofrecer cualquier Estado.

"Estado Islámico es el grupo terrorista más peligroso del mundo porque combina la capacidad de combate de Al Qaeda con la capacidad administrativa de Hezbolá [la banda libanesa]”, dice David Kilcullen, asesor durante años en Irak del general David Petraeus. Estas son algunas de las cosas que hace en las áreas que controla, según fuentes del gobierno de Estados Unidos a Foreign Policy: 

En algunas áreas bajo su control, Estado Islámico abre hospitales, construye carreteras, lanza servicios de bus, rehabilita colegios (al menos para niños) y establece programas de pequeñas empresas para exprimir las economías locales. En Mosul llegó a montar un “día de diversión” y regaló balones de fútbol y “organizó concursos de memorización y recitación del Corán”.

Esa parece ser la manera de divertirse de Estado Islámico. La estrategia sería por tanto alimentar el caos en los países musulmanes, debilitar la capacidad de los Estados de cubrir las necesidades básicas de la población y aparecer como salvadores. Y acabar por establecer un califato.

La violencia cruel sería una herramienta necesaria en esta fase de su lucha hacia un Islam puro, calcado al del profeta Mahoma en los orígenes de la religión.

*

Hay un célebre manual yihadista de 2004 y de 113 páginas que describe este camino. Tiene el magnífico título de La gestión del salvajismo y es del saudí Abu Bakr Naji. El New Yorker da aquí algunos rasgos. El New York Times dice que Bagdadi, el líder de Estado Islámico, "parece basarse en un famoso texto yihadista [el de Naji] que ha inspirado durante tiempo a Al Qaeda”. En este currículum de 2008 del yihadista perfecto, La gestión del salvajismo es lectura obligatoria para “anticipar futuras yihads”.

Imagen tomada de un video de propaganda divulgado el 5 de julio de 2014 por la agencia al-Furqan Media muestra al líder del grupo yihadista del Estado Islámico (EI), califa Abu Bakr al Bagdadi, dirigiéndose a fieles musulmanes en una mezquita de la norteña ciudad iraquí de Mosul
Imagen tomada de un video de propaganda divulgado el 5 de julio de 2014 por la agencia al-Furqan Media muestra al líder del grupo yihadista del Estado Islámico (EI), califa Abu Bakr al Bagdadi, dirigiéndose a fieles musulmanes en una mezquita de la norteña ciudad iraquí de Mosul

El experto en yihadismo Brian Fishman llama al texto de Naji, “un Che Guevara recalentado para yihadistas”, pero su lectura es fascinante. Y no es un tostón. Aquí hay una traducción al inglés en pdf. Una aclaración: el “salvajismo” o la “barbarie” es una etapa previa a la victoria del califato, no es el destino deseado de los yihadistas.

El capítulo que hoy me interesa más es “El uso de la violencia”. Naji empieza con una advertencia:

Aquellos que estudian una yihad teórica, en el sentido de que solo la estudian como algo escrito en un papel, nunca entenderán bien este apartado. Alguien que haya estado en una yihad sabe que no es nada más que violencia, crudeza, terrorismo, asustar (a otros) y masacrar -hablo de yihad y combatir, no de Islam y no deberían confundirse.

Imagino que para aclarar el punto de no confundir yihad e Islam necesitaremos a un teólogo. Para Naji, hay algo en la yihad que no puede aparecer: la delicadeza.

Es mejor que si tienes intención de pasar a la acción yihadista y eres delicado te quedes en casa. Tanto si usamos la rudeza como la delicadeza, nuestros enemigos no tendrán compasión si nos capturan. Por tanto nos obliga a hacerles reflexionar mil veces antes de atacarnos.

Aquí podría empezar a encajar alguna de las tácticas de Estado Islámico: la mejor defensa es un buen ataque. No tienen las armas ni la capacidad -de momento- para derrotar a ejércitos nacionales, y mucho menos a Estados Unidos. Hacer huir al enemigo o evitar que inicie el combate por miedo es un primer paso para sobrevivir y afianzar el califato: las decapitaciones serían un método desgraciado, terrible y útil.

Un soldado del Estado Islámico, arrodillado junto al cuerpo de un soldado sirio en la ciudad de Raqa, en una foto de archivo
Un soldado del Estado Islámico, arrodillado junto al cuerpo de un soldado sirio en la ciudad de Raqa, en una foto de archivo

Naji habla a continuación de cómo la era moderna ha perdido "la firmeza de las montañas" y la aceptación de la violencia extrema como herramienta. Da ejemplos históricos. Dice que en el pasado no se comportaban así porque fueran malos, sino porque era necesario: “Eran los más compasivos de la creación”, dice. También que quemar vivo a alguien es “odioso”. Pero siempre hay un motivo: “Hay que distinguir entre tiempos de ternura y de severidad”. Hoy, claro, estamos una época de severidad.

Para acabar, Naji describe una de las medidas clave de la yihad: “La política de pagar el precio”:

Cualquier acto preventivo debe ser enfrentado con una reacción que haga “pagar el precio” por el crimen para que queden disuadidos de hacerlo de nuevo y reflexionen mil veces antes de atacarnos otra vez y se limite a defenderse.

Hay bastantes insinuaciones de lo que espera que haga el enemigo: que reflexione muy bien. A Obama y a la comunidad internacional se les ha criticado porque hayan dejado un espacio en Siria que ha permitido que florezca el yihadismo. Aquí por ejemplo lo dice el periodista de la BBC, Paul Danahar:

Puede ser que ese temor o cautela fuera de algún modo consecuencia de esta locura -presunta o no- yihadista. Habrían por tanto conseguido su objetivo de tener un espacio para crecer. Naji escribe que debe hacerse pagar el precio incluso si es años después y que mejor si es en otro lugar: si atacan en Irak, hay que responder en Marruecos, Egipto o Yemen, por ejemplo. Aún no han llegado a poder hacer eso. De momento. Pero Estado Islámico persiste desde hace una década. Les sobra el tiempo.

*

Las tácticas de asustar al enemigo con violencia salvaje para ganar sin combatir y para lograr reclutas no son específicas de Estado Islámico ni del yihadismo. Pero su aplicación aquí es evidente y su eficacia está probada.

Según una ONG siria, en julio Estado Islámico habría reclutado más de 6 mil militantes en Siria (en una organización que parece tener unos 15 mil). De esos 6 mil, mil serían extranjeros. La organización tiene seguidores que traducen su propaganda en Twitter al alemán, ruso e indonesio, además de inglés. Twitter intenta limitar la expansión, pero es una tarea infinita: cada segundo se publican 5.700 tuits. Este boletín sería un ejemplo de propaganda en Londres:

¿Qué significa todo esto? Estado Islámico está aquí para quedarse. Los bombardeos de Obama son un parche: la Casa Blanca quiere “detener” el avance de Estado Islámico, no “hacerle retroceder” o “derrotarle”. El próximo presidente de Estados Unidos tendrá que afrontar esta batalla. Mientras, serán tiempos severos.

Publicado originalmente en World Wide Web.