¡Bienvenidos al viaje en tren más corto del mundo!

Por 50 centavos (o solo 25 si tienes un pase del Metro) puedes subir a uno de los dos coches con nombres bíblicos para dar "el viaje en tren más corto del mundo". La historia de esta pareja de funiculares se remonta al año 1901, cuando Bunker Hill era uno de los barrios más trendy en Los Ángeles y los coches Olivet y Sinaí transportaban a famosos ciudadanos cuesta arriba y abajo entre las calles Hill y Olive.

Angels Flight abrió sus puertas junto al nuevo siglo y rápidamente se convirtió en un landmark de la ciudad. El coronel James Ward Eddy fue el visionario que convenció al Ayuntamiento de que le otorgara una licencia por 30 años para construir y operar el que originalmente se llamó Los Angeles Incline Railway, un viaje en funicular que duraría un minuto por el costo de un centavo —el arco que da la bienvenida a los pasajeros en la entrada de Hill Street, llamado Angels Flight, se convirtió en el nombre oficial del ferrocarril en 1912. A diferencia de la mayoría de los funiculares más modernos, este no tenía frenos de vía, pero sí tenía un cable independiente en caso de rotura del cable principal. El ferrocarril funcionó durante 68 años con un buen historial de seguridad —solo se registra una víctima en el otoño de 1943, cuando un marinero trataba atravesar la pista.

Como parte de un proyecto de renovación urbana de Bunker Hill en 1959, el destino de Angels Flight iba en camino a la ruina, pero los pasajeros leales y más entusiastas frustraron los planes de demolición… al menos temporalmente. Durante los siguientes diez años, el barrio cambió dramáticamente, sus edificios de apartamentos fueron destruidos y los residentes desplazados; el número cada vez menor de viajeros y turistas, y la falta de financiación contribuyeron a lo inevitable: ni siquiera su título de Monumento Histórico Cultural pudo salvar a Angels Flight que interrumpió sus servicios en 1969.

Veinte años más tarde, la Agencia de Reurbanización Comunitaria aprobó los planes para el desarrollo de California Plaza, donde se reincorporaría el Angels Flight renovado. Aunque tomó otros seis años, papeleos y trabas burocráticas, la restauración y reconstrucción se inició en 1995 y el 24 de febrero de 1996 la pareja de coches negro y naranja subía y bajaba 298 pies inclinados a 33 grados, trasladados ahora media cuadra al sur de su sitio original.

En el 2001 se interrumpió nuevamente su actividad luego de que un vagón se soltara y se estrellara contra otro en la parte inferior de la colina empinada, ocasionando la muerte de un señor de 83 años e hiriendo a otras siete personas. Según los investigadores federales el accidente fue provocado por defectos en el sistema mecánico y los frenos, combinado con una escasa supervisión. Después de casi una década sin funcionar, el centenario ferrocarril restauró su servicio en el 2010 con nueva tecnología (como puertas eléctricas), señales y medidas de seguridad adicionales.

Angels Flight fue y sigue siendo una experiencia esencial para disfrutar desde otra perspectiva los encantos de la ciudad de oropel. Los coches conectan en un minuto el downtown de Los Ángeles con el área residencial de Bunker Hill todos los días del año, de 6:45 AM a 10 PM… y si bien pueden parecer vagones arcaicos o sobrevivientes de la historia del tránsito, Olivet y Sinaí han sabido incorporarse al ritmo de la vida moderna: puedes seguirles los pasos a través de su cuenta de Twitter @AngelsFlight.

Fotografías: johnwilliamsphd, jshyun y indigenous1.