Benedicto XVI no es el primer papa en renunciar voluntariamente a su cargo

Es habitual ver a través de las noticias como algunos presidentes de gobierno, ministros, altos cargos públicos e incluso algún que otro monarca, presenta la dimisión y/o renuncia voluntariamente a su cargo.

Lo que ya no es tan normal es ver que lo haga el máximo representante de la Iglesia Católica, ya que la reciente noticia que anunciaba que el papa Benedicto XVI dejaría libre el trono de San Pedro (según han dicho por motivos de salud) ha sorprendido a millones de personas.

Y quizás el motivo de que no estemos acostumbrados a que esto ocurra es porque desde la última vez que pasó han transcurrido, nada más y nada menos, la friolera de 598 años. Fue el 4 de julio de 1415 en el que el papa Gregorio XII renunció obligado por las circunstancias que se dieron en el conocido como ‘Cisma de Occidente’.

No hace demasiado tiempo, en Cuadernos de Historias os contábamos el curioso caso de Celestino V, quien en el siglo XIII fue nombrado Papa y tras un corto periodo de cinco meses decidió presentar la dimisión voluntariamente, para así poder volver a su antigua vida como ermitaño.

Pero quizás, el caso más sorprendente de una renuncia papal es el que se dio en el siglo XI y tuvo como protagonista a Benedicto IX, el papa más joven de la Historia, ya que fue elegido para el cargo a la temprana edad de 14 años (algunas fuentes indican incluso que tenía 11) y ocupó el trono de San Pedro en tres periodos de tiempo diferentes.

En 1032 se colocó al frente de la Iglesia Católica gracias al poder ejercido por su rica e influyente familia. Era un tiempo en el que los papas no eran elegidos en un cónclave papal como los que hoy en día conocemos, sino que se nombraban a dedo y era elegido aquel que pagaba más por ocupar el puesto. En este primer periodo, Benedicto IX fue Papa hasta el año 1044, en el que lo expulsó de Roma el capitán Gerardo di Sasso.

En 1045, Benedicto IX decide volver a la ciudad y es él quien logra arrebatar el puesto a su sucesor Silvestre III. Lo que ocurrió es que, tras un año como papa, decidió hacer negocio y vendió el título de Sumo Pontífice por la nada despreciable cifra de 1500 libras de oro. El comprador fue el Arcipreste Juan de Graciano, quien sería nombrado papa con el nombre de Gregorio VI.

Tras la venta del cargo, Benedicto IX decidió renunciar y casarse. Pero no contento con todo esto, intentó volver a ser papa en un tercer periodo y tras una serie de ataques lo consiguió, siendo volver a ser nombrado de nuevo papa en 1047, pero finalmente fue expulsado un año más tarde, retirándose como monje el resto de sus días.

Fuente: Yahoo! España
Benedicto XVI no es el primer papa en renunciar voluntariamente a su cargo