Beidaihe: donde se decide el futuro de China

Desde los tiempos de la dinastía Qing eran famosas las migraciones estivales a Beidaihe, un fascinante pueblo costero situado a 285 Km (2 horas en auto) al este de Pekín, en el Golfo de Bohai. Sus atractivos naturales y su fácil acceso lo han convertido en un popular destino de veraneo —época en que la temperatura de la playa es más cálida y el clima promedio es de 68 °F (20 °C)— visitado anualmente por más de 4 millones de turistas de todo el mundo.

La playa de Beidaihe es poco profunda y se extiende diez kilómetros de este a oeste, desde el Pabellón Yinjiao hasta la desembocadura del río Daihe. Como complejo turístico y aldea costera, está llena de locales donde pueden degustarse aperitivos y deliciosos mariscos. Los puntos de referencia más recurrentes para los amantes de la fotografía son Tiger Rock Park —rodeada de enormes rocas que parecen una manada de tigres— y la Piedra Yingjiao, una roca escarpada de aproximadamente 20 metros (66 pies) con la forma de un águila posada sobre el acantilado, también llamada "nido de palomas" por la cantidad de aves que se posan en sus grietas. Beidaihe es uno de los nueve sitios más famosos en China para contemplar el amanecer, y desde el Pabellón Yingjiao se ven las más espectaculares.

La montaña de Lianfeng, que da al mar, tiene dos picos cubiertos por pinos verdes y cipreses. Al bajar la vista en Wanghaiting (pabellón frente al mar) desde lo alto de la colina, se puede observar el mar en toda su majestuosidad y sentir su energía.

Pero por estos días, mientras los turistas abarrotan esta playa de la costa nororiental para disfrutar la tranquilidad de sus aguas, un grupo de líderes del partido —entre ellos el que espera ser el próximo Jefe de Estado— celebra sus reuniones secretas de verano.

En el inicio, Beidaihe era un simple lugar de retiro para veteranos y funcionarios políticos, pero poco a poco se fue convirtiendo en el escenario donde se discuten a puertas cerradas las estrategias de gobierno y se negocia el futuro del país. Después de que Mao Zedong llevara a los comunistas al poder en 1949, los gobernantes que le sucedieron heredaron el gusto por el ambiente costero de Beidaihe, donde el líder tenía una casa de verano; de hecho, aun existen supermercados y sanatorios o casas de huéspedes donde las empresas estatales "recompensaban" a sus trabajadores modelo.

Aunque los medios de comunicación tienen prohibido divulgar información sobre este "cónclave", se prevé que el centro de los debates de este año será definir la nueva composición del Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista (el máximo órgano del poder del país), cuando se supone que se retiren siete de sus nueve miembros, que el actual vicepresidente Xi Jinping sustituya al presidente Hu Jintao, y que el viceprimer ministro Li Keqiang ascienda al ranking de primer ministro.

Algunos expertos creen que la negociación sobre las posiciones también depende de la suerte de Bo Xilai (secretario del partido en la municipalidad de Chongqing), actualmente bajo investigación por "graves violaciones de disciplina", y su esposa Gu Kailai, quien espera el resultado de su juicio por asesinato de un empresario británico amigo de la familia.

Beidaihe sigue siendo el resort de la intriga política con vista al mar, pero a pocos pasos de donde se aboceta el relevo en la cúpula del partido, cientos de turistas indiferentes siguen tomando el sol en este paraíso costero sin inmutarse por el futuro de China.

Fotografías: Matthew Stinson/Flickr