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¿No te dejo comulgar, pero sí que te pido dinero?

Ángela Conesa esperaba que ese fuera un día feliz. Su hijo hacía la Primera Comunión, y ella iba a estar allí para celebrarlo con él. Pero, unos días antes, su Parroquia le mandó una carta recordándole que no podía comulgar porque era una persona irregular a ojos de la Iglesia:

"Cada día existen entre nosotros más familias y matrimonios rotos, irregulares a ojos de la iglesia, os recuerdo que no se puede recibir la Comunión en algunos casos ("parejas de hecho", divorciados y vueltos a casar civilmente)".

Es decir, la parroquia prohibía a Ángela que comulgara el día de la Primera Comunión de su hijo. Pero justo después de esa prohibición, separado tan sólo por un punto y seguido, la Parroquia pedía dinero. Le pedía dinero. Y ahí no distinguía entre personas normales o irregulares.

"Recibirás un sobre para colaborar con la parroquia. Recuerda que mantener la parroquia (templo, salones, luz, limpieza, personas y actividades) es responsabilidad nuestra. Sé generoso."

 

La carta que la parroquia le mandó a Ángela
La carta que la parroquia le mandó a Ángela

 

Ángela se enfadó tanto que compartió la carta de la Parroquia en su Facebook. Y adjuntó una misiva, manuscrita, en respuesta.

La carta de respuesta de Ángela
La carta de respuesta de Ángela

"Dado que mi persona es "irregular" ante los ojos de la Iglesia, y por ello se me prohíbe tomar la Comunión en un día tan especial para la familia como es la Primera Comunión de mi hijo, doy por hecho que mi dinero también será considerado de igual manera, y, como tal, no será aceptado por la Iglesia".

A través de las redes sociales, Ángela ha recibido miles de apoyos. De hecho, su post se ha compartido más de 130.000 veces -de momento- y subiendo.

Una instutución que no te acepta como persona normal, ¿puede pedirte algo, aunque sea un favor? ¿O es que el dinero es bueno venga de donde venga?

No sé si el caso habrá llegado a oídos del Papa Francisco, muy combativo con este tipo de actitudes, y que incluso ha incluído a personas divorciadas en sus celebraciones de matrimonios. Pero quizá debería llegarle. Porque seguro que empieza a cambiar las cosas.

 

 

 

 

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