El Serengueti tal y como lo conocemos está desapareciendo

Impactos tanto naturales como causados por el hombre pueden acabar con este icónico Parque Nacional en las próximas décadas

La imagen de las migraciones en el Serengueti es un icono de África, de su naturaleza y de los esfuerzos por conservarla. Pero también es una imagen que podría desaparecer, al menos tal y como la conocemos. Según un informe reciente, no tendremos que esperar demasiado para que esto ocurra, si no se le pone remedio rápido a la situación.

Y resulta mucho más fácil decirlo que hacerlo. Porque hay tres factores que amenazan a este enclave natural, y ninguno tiene una solución fácil. Se han unido causas naturales con impactos humanos, dando lugar a un problema realmente complejo.

El primero de los factores es un clásico, el cambio climático. Como ya es bastante conocido, no nos detendremos mucho en él. Lo importante en este caso es recordar que el cambio en el clima ha modificado la estación seca – que se ha alargado – y ha hecho que las lluvias caigan con más fuerza.

Esto aumenta la erosión y el lavado del suelo. Lo que se traduce en que las nubes de polvo que levantan las grandes migraciones son mayores, provocando aún más problemas.

El segundo factor es el aumento de la población. O mejor dicho, de las poblaciones. Tanto humanas como de algunos animales, especialmente herbívoros que realizan grandes migraciones. En éste último caso, basta recordar lo que hemos dicho antes. Las nubes de polvo – que eran mayores por estar el suelo más seco – se levantan más y permanecen más tiempo si migran más animales.

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Las poblaciones humanas también han crecido. El número de personas que viven en torno a este Parque Nacional, y que dependen de él para sobrevivir, ha aumentado notablemente. En Tanzania, el país que acoge más superficie de Parque, la población ha pasado de ocho millones en 1961 a casi 50 a día de hoy.

Obviamente, no todos viven en torno al Parque, ni dependen de él. Pero el dato nos sirve para hacernos una idea del impacto que puede suponer más gente sobre un ecosistema tan frágil. Si a esto se suman otros factores, la cosa se complica aún más.

Un detalle, que puede servir como ejemplo: la mayor parte de la cocina en esta zona se realiza al aire libre, empleando leña como combustible. Si el Parque está más seco, el peligro de incendio aumenta. Pero también se reduce la cantidad de madera, con lo que el impacto de recogerla para sobrevivir es mayor.

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Otra cuestión que tampoco es desconocida supone el último impacto. Las infraestructuras lineales – principalmente, carreteras – tienen un efecto negativo en los ecosistemas. Esencialmente porque quitan terreno natural, fragmentan el que queda, y generan – y amplifican – el efecto de borde. Pero claro, más gente viviendo en la zona – y un aumento del nivel de ingresos y de vida en la población – supone un crecimiento de este tipo de infraestructuras.

A pesar de los problemas a los que se enfrentan, los investigadores son relativamente optimistas. Son conscientes de que los peligros que amenazan el Serengueti no son fáciles de solucionar, pero al menos han sido capaces de detectarlos y empezar a cuantificarlos, que es el primer paso para cualquier solución.