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Berlín y París quieren relajar las normas que protegen a solicitantes de asilo

Por Tom Körkemeier y Gabriela Baczynska BRUSELAS (Reuters) - Alemania y Francia quieren que la Unión Europea rebaje sus garantías de derechos humanos para permitir la deportación de solicitantes de asilo antes de considerar su caso, según su propuesta conjunta sobre el control de la inmigración, vista el martes por Reuters. Esta opción sólo se activaría en momentos de una "afluencia masiva" de personas al bloque y se conoce en un momento en el que la UE hace cada vez más difícil tanto para los inmigrantes como para los refugiados entrar y ser autorizados a quedarse. Aunque la UE dice que tiene derecho a expulsar a todos los inmigrantes económicos si así lo desea, sus leyes vigentes en materia de derechos humanos y asilo dicen que un país tercero debe cumplir ciertas condiciones si el bloque devuelve allí a alguien que solicita asilo en Europa, y hace que la persona espere una decisión allí. La devolución de los solicitantes de asilo fue un elemento clave de un acuerdo UE-Turquía de hace un año, que París y Berlín celebraron en su documento conjunto como un "punto de inflexión", ya que redujo drásticamente el número de personas -en su mayoría refugiados sirios- que llegaban a Europa. Sin embargo, pocos países vecinos de la UE cumplirían esos criterios, que incluyen seguridad frente a persecución, condiciones de acogida y acceso al menos parcial a atención médica, educación y mercado de trabajo. Alemania y Francia se han propuesto diluirlos, diciendo en el documento que el sistema de asilo de la UE "debe diseñarse de manera flexible y debe ser capaz de hacer frente a cualquier eventualidad". "No se trata de construir una 'Europa fortaleza'. Se trata de combatir la inmigración ilegal, que ya ha costado miles de vidas, y de sustituirla por un sistema regulado de admisiones legales, combinado con condiciones de vida humanas, aseguradas por la UE en terceros países". Ambos dijeron que el acuerdo turco -que ha sido criticado por grupos humanitarios por considerar que recorta derechos humanos y por una aplicación desigual que pone en riesgo la vida de las personas- debería servir como un modelo para el futuro. Dijeron que ampliar las opciones para la deportación -incluyendo a solicitantes de asilo- desalentaría el contrabando de personas a Europa, mientras el bloque ofrece formas legales para refugiados confirmados y paga para mejorar las condiciones de refugiados e inmigrantes en los terceros países que reciben a esas personas. Específicamente, la propuesta también incluye una opción para reconocer a ciertas regiones -más que a estados enteros como ahora- como adecuadas para tales devoluciones, incluso a solicitantes de asilo. Alemania y Francia dijeron que estas nuevas normas seguirían cumpliendo los criterios básicos de la Convención de Ginebra sobre los derechos de los refugiados, así como la Convención Europea de Derechos Humanos, pero rescindirían leyes secundarias de la UE que ofrecen más protección. Las expulsiones masivas seguirían estando prohibidas y los países terceros receptores tendrían que garantizar condiciones de vida dignas para los solicitantes de asilo deportados, así como garantizar que las personas que envía la UE no se vean empujadas hacia lugares donde sus vidas puedan estar en peligro.