Beber durante las fiestas puede dañar el corazón

Los profesionales de la salud llevan décadas advirtiendo sobre los riesgos cardiacos que conllevan las fiestas navideñas (Nadia Hafid/The New York Times).
Los profesionales de la salud llevan décadas advirtiendo sobre los riesgos cardiacos que conllevan las fiestas navideñas (Nadia Hafid/The New York Times).

Aprendí a amar el caos de diciembre: mis intentos frenéticos por envolver regalos y tachar cosas de mi lista de pendientes, todo entre festejos laborales y salidas por tragos con amistades antes de que todo el mundo se vaya de vacaciones; sin embargo, los médicos aseguran que esta confusión inundada de alcohol también hace que las fiestas sean un momento álgido para los problemas cardiovasculares: la cantidad de personas que mueren a causa de un infarto es mayor entre Navidad y Año Nuevo que en cualquier otro periodo del año.

“Bebemos y comemos mucho más, y nos ejercitamos y relajamos mucho menos que en cualquier otra época del año”, afirmó Nicholas Ruthmann, cardiólogo de la Clínica Cleveland.

Los profesionales de la medicina llevan décadas advirtiendo sobre los riesgos cardiacos de las fiestas navideñas. En la década de 1970, los médicos nombraron el particular efecto de las borracheras de las festividades: síndrome del corazón festivo, pues se dieron cuenta de que pacientes sanos llegaban a urgencias con fibrilación auricular o ritmo cardiaco irregular tras haber bebido durante las fiestas.

“Sucede en jóvenes, en personas de edad avanzada, en cualquiera”, aseguró Kristen Brown, investigadora cardiovascular del Centro Médico de la Universidad de Nebraska, quien ha estudiado este padecimiento.

En realidad, el síndrome del corazón festivo no es más que otra expresión para referirse a la fibrilación auricular inducida por el alcohol, o FA, que es un ritmo cardiaco rápido y caótico. La FA es una de las afecciones cardiacas más frecuentes, según Gregory Marcus, profesor de medicina en el departamento de cardiología de la Universidad de California, campus San Francisco, quien ha estudiado la relación entre el alcohol y la fibrilación auricular.

Muchas personas con fibrilación auricular no presentan síntomas, según Hugh Calkins, profesor de Cardiología de Johns Hopkins Medicine. Los que sí tienen síntomas pueden presentar palpitaciones agitadas o fuertes, dolor torácico o dificultad para respirar; algunos sufren fatiga extrema e incluso se desmayan. En algunas personas, la fibrilación auricular aparece en episodios breves, pero en otras puede ser permanente.

Sobre todo, es importante estar atento a los síntomas porque la FA puede aumentar el riesgo de sufrir una apoplejía; también se ha relacionado con la demencia y la insuficiencia cardiaca, añadió Calkins.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, el índice de mortalidad por fibrilación auricular lleva más de dos décadas en aumento, un incremento que los médicos le atribuyen en parte al envejecimiento de la población estadounidense.

El riesgo aumenta con la edad; a los 80 años, la probabilidad de padecer la enfermedad es del 10 por ciento, de acuerdo con Calkins. También mencionó otros factores de riesgo: hay más probabilidades de padecer fibrilación auricular si eres alto (un estudio reveló que las personas de más de 1,70 metros de estatura corrían un riesgo mayor), obeso o si tienes antecedentes familiares de FA de aparición temprana.

Los médicos suelen diagnosticar la fibrilación auricular mediante un electrocardiograma.

“Algo que suele suceder”, dijo Calkins, es que un paciente cumple 50 años, va a una colonoscopia para detectar cáncer, termina haciéndose un electrocardiograma, “y resulta que presenta fibrilación auricular”, pero a medida que los relojes inteligentes con monitores cardiacos se han vuelto más populares, la gente nota cambios en su ritmo cardiaco, comentó, y busca a los cardiólogos.

“Nunca en la historia de nuestra especialidad había habido tantos pacientes haciendo fila para consulta”, afirmó.

Según Marcus, los médicos siguen tratando de entender con exactitud cómo afecta el alcohol al corazón. Una teoría se centra en que el alcohol provoca alteraciones en el sistema nervioso, que suele regular el ritmo cardiaco. El exceso de alcohol también puede alterar las señales eléctricas del corazón, que coordinan la contracción de las células cardiacas.

En los últimos 10 años, los científicos han reafirmado la relación entre el alcohol y la fibrilación auricular. Un estudio demostró que una sola copa al día puede aumentar un 16 por ciento el riesgo de padecer fibrilación auricular. Aun así, el aumento de probabilidades puede no ser drástico para la persona promedio.

“Si en un día determinado la probabilidad de que mañana presentes fibrilación auricular es de una entre mil, entonces si esta noche bebes una cerveza o una copa de vino, la probabilidad quizá sea de tres entre mil”, aseveró Calkins.

Limitar la cantidad de alcohol que consumes puede ayudar a proteger el corazón, pero si decides beber, te presentamos algunas maneras de mantenerte cardiosaludable:

Hidrátate. Si bebes durante las fiestas, asegúrate de beber un vaso lleno de agua entre cada bebida, aconsejó Ruthmann. La deshidratación aumenta el riesgo de padecer síndrome del corazón festivo, señaló Brown por lo que es crucial que te mantengas hidratado.

No dejes de tomar tus medicamentos. En el ajetreo de viajar a ver a la familia y a los amigos, muchas personas dejan de tomarse el medicamento para el corazón o la presión arterial con la idea de que pueden pasar unos días sin este, comentó Ruthmann, pero es importante seguir tomando los medicamentos según se recetaron.

Busca tiempo para mantenerte en buena forma. El ejercicio moderado puede ayudar a amortiguar la fibrilación auricular. Si tienes una rutina de ejercicios que no puedes seguir durante las vacaciones, date tiempo para hacer un entrenamiento modificado, aunque solo sea dar una caminata alrededor de la cuadra.

Controla el estrés. El estrés puede desempeñar un papel devastador en el aumento del riesgo de sucesos cardiacos, concluyó Ruthmann. Si te sientes estresado, tómate un tiempo para respirar o trata de hacer un ejercicio de atención plena.

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