Con barbijo y sin fútbol: ¿Se van a poder cumplir en las playas los ambiciosos protocolos previstos?

MAR DEL PLATA.- ¿Se van a poder cumplir? ¿Los van a cumplir? Y más importante aún: ¿Quiénes, cómo y con qué medios los harán cumplir? Los protocolos presentados por el Gobierno provincial para actividades vinculadas al turismo, siempre con miras a esta temporada de verano que se inicia con este mes de diciembre, asoman ambiciosos y exigentes, casi al límite de las posibilidades reales de una exitosa aplicación.

Cargados de condiciones y restricciones, proponen una vida sobre la arena con barbijo casi a tiempo completo, atención permanente para garantizar que una lona o sombrilla no se instale casi encima de las propias y, además, cuidar que, por ejemplo, se cumpla la prohibición de juegos grupales si no hay posibilidad de distanciamiento.

¿Entonces se podrá erradicar, al menos por estos meses, el tradicional y friccionado fútbol playero? ¿Dejará lugar al fútbol-tenis u otras variantes, con al menos dos metros de por medio entre un jugador y otro? ¿Podrán la pandemia y los inspectores lo que nunca la ordenanza N°15642, que desde 2003 dispone en el partido de General Pueyrredon la prohibición "de juego con pelota en todas sus formas" en playas y balnearios?

A partir de mañana se comenzará a palpitar esta experiencia inédita de un verano con distanciamiento social. Un camino que, sin dudas, se complicará con el correr de las semanas y tendrá su mayor examen hacia fin de año, cuando se espera el primer gran arribo de turistas para quedarse por aquí de corrido. Esas aglomeraciones, muy propias de estas costas en esos períodos pico, desvelan a los responsables del servicio sanitario ante el riesgo de un escenario que favorezca una nueva ola de contagios de coronavirus.

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Quienes decidan viajar a los destinos de la provincia deberán, como primer e indispensable requisito, tramitar el permiso nacional habilitante de circulación en el sitio web www.argentina.gob.ar/circular/tramite. También se accede al trámite mediante las aplicaciones oficiales Cuidar y Mi Argentina. Combina detalles del viaje a realizar con una declaración jurada sanitaria de cada turista.

El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, confirmó anteayer que trabajan en el desarrollo de la aplicación Cuidar Verano, que estaría lista en los próximos días. Dijo que allí cada turista deberá dejar constancia "en qué días se quiere veranear, en dónde, registrar la reserva con la ubicación y después se chequea con la situación de salud de la persona, si es positivo o contacto estrecho no puede viajar".

Cupos y controles

Serán las autoridades municipales, según dispone la gobernación bonaerense, las responsables de hacer cumplir cupos de ingresos y pautas de convivencia y cuidado que alcanzan a la totalidad de los rubros comerciales y de servicios, pero ubican a las playas como uno de los espacios donde a diario conviven multitudes.

Presentado como "Recomendaciones y criterios para la planificación y gestión Covid-19 de las playas de la costa atlántica bonaerense", el protocolo sobre arena pública reclama distancia mínima de dos metros entre personas, que las comunas se encarguen de garantizar esa misma condición en el uso de sanitarios y su debida desinfección periódica; disponibilidad de elementos para el lavado e higiene de manos ( jabón, alcohol en gel y toallas descartables), cumplimiento de la prohibición de deportes o recreación sin distanciamiento y uso de barbijo casero o tapaboca-nariz "para todas las personas en las playas".

La primera experiencia de estas últimas semanas, con algunos días de playa y muy concurridos, anticipa una situación que se irá complicando. El barbijo desaparece al instante de pisar la playa, a media tarde el espacio libre escasea y la convivencia entonces, según la zona del frente costanero, por momentos es casi codo a codo. Así se vivieron las primeras discusiones sobre la arena por metros más, centímetros menos. Y todavía falta que lleguen los turistas.

"Vamos a ponernos a prueba y vamos a ser exigentes", anticipó días atrás el intendente de General Pueyrredon, Guillermo Montenegro, seguro de que Mar del Plata será el destino más concurrido y donde más habrá que trabajar para educar y ordenar esta nueva dinámica de veraneo.

Si bien el llamado general es a que la comunidad se regule con cumplimiento de las premisas elementales -distancia, barbijo e higiene-, para ese necesario control complementario se espera contar con personal municipal y el aporte que significarán los efectivos policiales del Operativo Sol, que si bien tienen otra misión son siempre un apoyo fundamental para marcar autoridad. Algo de eso ya se vio durante el último verano, cuando los uniformados hicieron su aporte a las requisas para que no se baje a las playas con bebidas alcohólicas.

Las playas públicas, entonces, aparecen como principal desafío. Por el momento escasea cartelería u otros medios que hagan retumbar las medidas de precaución a cumplir. El operativo de guardavidas comenzó aquí hace un mes y ni siquiera en esos puestos hay referencias de cómo moverse por allí en estos tiempos de Covid-19.

Villa Gesell fue pionero en propuestas para establecer cupos, con un plan sanitario integral que contempla seguimiento cercano y ordenamiento del acceso a las playas. Sus autoridades anticiparon que marcarán con claridad donde haya disponibilidad y dónde ya no hay lugar. Esos datos, incluso, se podrían seguir mediante una aplicación digital.

Balnearios privados

En balnearios la historia es distinta. Quienes contraten en paradores privados deberán atenerse a otro protocolo específico. Implica ingreso y movimiento por el lugar siempre con barbijo, salvo que estén bajo la carpa o sombrilla alquilada, dentro de la piscina o en algún espacio gastronómico del lugar, ya sentado a la mesa.

"En el sector hemos trabajado en conjunto para que se pueda aplicar y cumplir el protocolo y los clientes se sientan cómodos dentro de este nuevo escenario que nos toca afrontar a todos", señaló Nicolás Paratto, secretario de la Cámara de Empresarios de Balnearios, Restaurantes y Afines. Los que elijan el servicio privado este año no tendrán duchas disponibles, los vestuarios serán por turnos y desaparecen algunos amenities que enriquecían el rubro, entre ellos los gimnasios junto al mar.

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En las carpas la separación entre una familia y otra se limita a una lona. Salir de esos cinco o seis metros cuadrados de sombra obliga a usar barbijo. Lo mismo en las sombrillas, que deben tener entre sí una distancia mínima de dos metros. "Donde muevo las sillas estoy arriba de mi vecino", contaba una clienta de Playa Grande, que pasaba su último día en arena pública y esperaba la apertura del balneario para ver si la experiencia en pandemia ameritaba la inversión. "Si no hay distancia, me quedo en el parque de casa", sentenció.

Tanto Mar del Plata como Pinamar apuestan a habilitar más espacio público para evitar congestionamientos, incluso para servicios. En ambos distritos se avanza con la instalación en veredas y calles de apéndices al aire libre de restaurantes y bares. Habrá que acostumbrarse a la presencia y sillas allí donde antes se caminaba o se estacionaban automóviles.