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Bangladesh, cuatro años de exitosa lucha antiterrorista

Dacca, 1 jul (EFE).- Tras meses de ataques aislados a activistas, minorías religiosas e intelectuales extranjeros, Bangladesh vivió el 1 de julio de 2016 su peor pesadilla. Ese día, seis yihadistas entraron en un restaurante de éxito en la zona diplomática de Dacca y mataron a 20 civiles, en su mayoría extranjeros, y dos policías.

El asalto al Holey Artisan fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), con cuyas banderas se retrataron los terroristas, aunque el Gobierno responsabilizó desde el primer momento, y hasta hoy, al grupo local Jamaatul Mujahideen Bangladesh (JMB).

La policía determinó después que participaron en el ataque 21 personas, de las cuales 13, incluidos los autores materiales, murieron durante la toma del local y en acciones posteriores, entre ellos el canadiense-bangladesí Tamim Chaudhry, considerado el cerebro del atentado y que murió en una operación policial.

Un tribunal de Dacca absolvió el pasado noviembre a otro de los implicados y condenó a muerte a los siete restantes, entre ellos dos que al abandonar la corte señalaron con el dedo índice al cielo, un gesto habitual entre los militantes del EI, y que portaban un gorro negro con el símbolo del grupo yihadista.

Desde el Batallón de Acción Rápida (RAB), la fuerza de elite de la Policía, calificaron esa exhibición en el tribunal a favor del EI como un mero "truco publicitario".

"No hallamos indicios del Estado Islámico. Este fue un ataque perpetrado por fanáticos locales", afirmó a Efe el teniente coronel Sarwar Bin Kashem, portavoz del RAB.

Más allá del grado de implicación del EI, el Gobierno se vio obligado a admitir tras el ataque que el extremismo islámico suponía un problema creciente para Bangladesh, un país de mayoría musulmana, pero tradicionalmente moderado.

CONTUNDENCIA CONTRA EL YIHADISMO

Cuatro años después, las autoridades bangladesíes aseguran que han aplastado "con éxito" cualquier amenaza yihadista desde el ataque al Holey Artisan.

"Controlamos por completo a los militantes. Los pocos grupos de pequeño tamaño que quedan los estamos identificando y arrestando", aseguró a Efe el ministro de Interior bangladesí, Asaduzzaman Khan.

"La militancia no pudo levantar cabeza porque no recibe el apoyo de la gente. Esto es lo más importante (...) Tenemos el ejemplo de la madre de un militante que nos lo entregó. Este es el motivo por el que tuvimos éxito", remarcó.

Las fuerzas de seguridad "trabajan incansablemente para evitar cualquier incidente", añadió a Efe el portavoz de la jefatura de Policía, Sohel Rana.

Analistas independientes, sin embargo, advierten del peligro de la complacencia, a pesar de los importantes avances en la lucha antiterrorista.

"Parece que se ha producido una drástica disminución de los ataques terroristas locales en Bangladesh por las múltiples medidas preventivas del Gobierno para frustrar cualquier amenaza terrorista", afirmó a Efe el profesor de la Universidad de Oslo especializado en el islam político Mubashar Hasan.

Según Hasan, tras el ataque al restaurante, se abrió una unidad especial de la Policía para combatir el terrorismo y las fuerzas de seguridad han recibido formación en todo el mundo, a lo que se sumó el éxito en lograr un consenso social en esta batalla.

EL PELIGRO DE LA COMPLACENCIA

Pero aunque el nivel de amenaza sea bajo, la preocupación todavía existe, reconoció a Efe Shahab Enam Khan, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Jahangirnagar, próxima a Dacca.

"La respuesta de nuestras fuerzas de seguridad y de los servicios de Inteligencia es muy satisfactoria. Pero el problema de raíz permanece. No se trata de la aplicación de la ley, sino de gobernanza, todavía fallamos en eso", aseguró.

"No se percibe amenaza en la superficie, porque el proceder de los extremistas ha cambiado. Uno de los principales problemas ahora es la radicalización online", remarcó.

El portavoz del RAB, Sarwar, reconoció las amenazas de la radicalización en internet e insistió en que están trabajando en ello.

"Después del ataque al Holey Artisan, pudimos arrestar a muchos militantes, tuvimos éxito en la prevención de muchos ataques y, como resultado, desde 2016 no ha habido mayores incidentes", dijo.

"Pero no diremos que ha dejado de existir por completo. Los militantes a menudo tratan de motivar a la gente, sobre todo a los que están frustrados", explicó Sarwar, al aclarar que los extremistas no proceden siempre de familias pobres y que, como ocurrió en el ataque al restaurante, pueden ser jóvenes de familias con recursos.

"Los hijos de ricos que están frustrados pueden ser motivados por militantes y lo están haciendo vía online. Trabajamos día tras día para prevenirlo", concluyó.

Azad Majumder

(c) Agencia EFE