A un año de la era Monti, Italia sigue siendo vulnerable

Un año después de haber asumido el poder en Italia, el tecnócrata Mario Monti logró alejar a Italia del precipicio en que se hallaba por la deuda e introdujo reformas inimaginables, aunque el país resulta asfixiado por la austeridad y las elecciones del 2013 podrían cuestionar su política, en detrimento de los europeos (AFP | Olivier Morin)

Un año después de haber asumido el poder en Italia, el tecnócrata Mario Monti logró alejar a Italia del precipicio en que se hallaba por la deuda e introdujo reformas inimaginables, aunque el país resulta asfixiado por la austeridad y las elecciones del 2013 podrían cuestionar su política, en detrimento de los europeos Tras su llegada al poder el 16 de noviembre, en plena tormenta financiera, para remplazar al magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi, acusado de haber minado la credibilidad de Italia, Monti, un austero profesor universitario que había sido comisario europeo para la competencia, consiguió imponer una calma relativa. Durante todo el año, el profesor Monti trabajó en todos los frentes para impedir que Italia siguiera el camino de Grecia y convencer a los italianos de que los sacrificios exigidos eran justos para salvar al país de la crisis. Como primer ministro cultivó las relaciones con el resto de Europa y combatió la división entre los países virtuosos del Norte y los despilfarradores del Sur. Bajo su batuta, Italia completó prácticamente su programa de emisión de títulos para el 2012 con tasas de interés en fuerte caída desde agosto, un señal de confianza de los mercados hacia su política. El temido 'spread', la diferencia entre las tasas de interés de Italia y la ejemplar Alemania, pasó a segunda fila. Todos esos resultados fueron obtenidos tras haber intervenido de manera urgente sobre las finanzas públicas y por la "credibilidad personal" que goza, sostiene el profesor Gianluca Spina, presidente de la prestigiosa escuela de economía italiana, el Politécnico de Milán. "Esos son sus mayores méritos", subrayó. El llamado gobierno "técnico", sin filiación política, designado para cumplir las exigencias de la Unión Europea, resulta en cambio decepcionante, según el experto. Si bien la reforma de las jubilaciones en principio es "muy buena", convirtiéndose en un ejemplo para el resto de Europa, la reforma del mercado laboral es un fracaso, sostiene Spina. El problema más preocupante de Italia para ese atento observador es el exceso de rigor y la escasez de crecimiento, por lo que se corre el riesgo de favorecer un "círculo vicioso". "Hay que seguir las políticas de austeridad, pero no sólo ello, de lo contrario se termina por morir sanos", recalcó. Bajo el efecto de los férreos programas aplicados en los últimos meses (cerca de 80.000 millones de euros en recortes desde el 2011), Italia entró en recesión desde finales del 2011 y el PIB cae. Este año deberá registrar una contracción de 2,3% y de 0,5% el año próximo. El desempleo, que alcanza casi el 11%, sigue creciendo y la deuda pública también sigue aumentando y alcanzó la cifra récord de 2 billones de euros en septiembre, lo que equivale al 126,4% del PIB del 2012. Monti prometió una reactivación de la economía para el 2013, una previsión que numerosos expertos consideran bastante optimista. Frente a la incertidumbre que reina por las elecciones legislativas y con el mandato de Monti que expira, los mercados y los dirigentes europeos temen un freno de la política de recortes. Consultado el directo interesado, no excluye ni admite si quiere seguir en el cargo. Algunos esperan que asuma el próximo gabinete de Finanzas o inclusive la presidencia de la República. "Italia de todos modos deberá cumplir sus compromisos de austeridad", subrayó Giada Giani, analista de Banco Citi. "La crisis enseñó a la clase política que reducir la deuda es una prioridad", advirtió por su parte el economista Matteo Cominetta, quien reconoce que el problema ahora para los partidos políticos es cómo lograr ese objetivo. Pero el peligro mayor, según el observador, es el vacío de poder que podría surgir si no aparece un vencedor claro de las urnas: "Italia suscita aún mucha atracción en los mercados como para darse el lujo de no contar por meses con un gobierno, ojalá confiable", advirtió. Un año después de haber asumido el poder en Italia, el tecnócrata Mario Monti logró alejar a Italia del precipicio en que se hallaba por la deuda e introdujo reformas inimaginables, aunque el país resulta asfixiado por la austeridad y las elecciones del 2013 podrían cuestionar su política, en detrimento de los europeos