Anuncios

Austria intenta frenar la cepa sudafricana tras semanas de pasividad

Viena, 12 feb (EFE).- Austria aplica desde este viernes restricciones a quienes salgan de la turística región alpina de Tirol -donde se localiza el mayor brote de Europa de la cepa sudafricana- mientras arrecian las críticas al Gobierno por no haber actuado antes por intereses políticos y económicos.

El canciller conservador, Sebastian Kurz, anunció el martes que a partir de hoy será necesario presentar un test negativo de coronavirus para cruzar al resto del país desde esa región de 750.000 habitantes, un popular destino para esquiar que limita con Alemania, Italia y Suiza.

Alrededor de un millar de policías y militares vigilarán las restricciones, y quien las incumpla será sancionado con 1.450 euros.

MÁS RESISTENTE A LA VACUNA

En Tirol se han confirmado casi 300 casos de esa cepa, más contagiosa y frente a la que algunas vacunas resultan menos eficaces, con el foco más importante en el distrito de Schwaz, cerca de Innsbruck.

La tendencia en los contagios en Tirol y en toda Austria es a la baja, con unos cien casos por 100.000 personas en una incidencia a siete días, pero se teme que la mutación pueda cambiar la situación.

El Gobierno anunció las restricciones el martes después de que el día anterior se limitara a desaconsejar el desplazamiento a Tirol, al mismo tiempo que escuelas, tiendas, museos y servicios como peluquerías reabrían en el país tras un cierre de seis semanas.

"La variante sudafricana representa un enorme desafío. Los primeros estudios muestran que la vacuna de AstraZeneca es mucho menos eficaz con la mutación sudafricana", advirtió Kurz.

"Y eso es un gran problema, porque el 50 %, o casi el 50 %, de las vacunas que llegarán a Austria hasta el verano son de AstraZeneca", agregó.

Pese a ese dato, el Ejecutivo sólo actuó después de un alud de críticas de la oposición y de los epidemiólogos, además de políticos de Alemania, con un alto cargo de la CSU, el influyente partido conservador en el poder en Baviera, tildando de "irresponsable" al Ejecutivo de Viena.

El Gobierno regional de Tirol, en manos del Partido Popular (ÖVP) de Kurz, también se resistió en principio a las restricciones, pero el lunes decidió fortalecer los controles de las medidas de seguridad y fijó el requisito de una prueba de antígenos antes de usar teleféricos y remontes.

Los populares austríacos han liderado el Gobierno de Tirol ininterrumpidamente desde 1945, y en las elecciones de 2019 tuvieron el 45,8 % de los votos, frente al 37,4 % a nivel nacional.

"DEMASIADO TARDE"

"Las medidas han llegado demasiado tarde y difícilmente serán suficientes, ya que una simple prueba como condición para salir de Tirol no es garantía suficiente para contener la situación", explica a Efe Thomas Czypionka, analista de política sanitaria del Instituto de Estudios Avanzados de Viena.

Este investigador cree que se debería haber aislado la región como "medida preventiva" en cuanto se tuvieron los primeros datos de la presencia, hace semanas, de la cepa sudafricana.

Según la prensa austríaca, este brote fue importado, probablemente, por personas residentes en Tirol que volvieron contagiadas de unas vacaciones navideñas en Sudáfrica.

Czypionka, al igual que otros expertos, considera también una equivocación que entre el anuncio de las medidas y su entrada en vigor pasasen tres días, un plazo en el que todo el que quiso pudo salir de la región sin pruebas.

"Lo que es particularmente especial en este caso es la falta de transparencia de los responsables políticos y el hecho de que no se aplicasen de inmediato medidas de cuarentena", resume.

"ISCHGL 2.0"

Justo hace un año, la estación de esquí tirolesa de Ischgl ya fue uno de los primeros grandes focos de propagación del coronavirus en Europa, causando miles de contagios en decenas de países, desde Alemania a Islandia y Noruega.

En ese turístico destino, conocido como "la Ibiza de los Alpes" por su vida nocturna, los empresarios mantuvieron la actividad pese a conocer casos de covid, anteponiendo el negocio a la salud.

A principios de febrero, la prestigiosa viróloga de la Universidad de Innsbruck Dorothee von Laer pidió aislar Tirol durante un mes para evitar "un segundo Ischgl" con la nueva mutación sudafricana.

De nuevo, el esquí está en el centro de las críticas debido a que durante el confinamiento -entre el 26 de diciembre y el pasado 8 de febrero- se permitió esa actividad en todas las estaciones del país.

Allí se ha documentado que cientos de turistas extranjeros se alojaron en hoteles de forma irregular, con el pretexto de participar en cursos de formación de instructores de esquí o para buscar empleo.

Mientras que los colegios estaban cerrados, se registraron aglomeraciones en algunas estaciones de esquí, lo que despertó indignación entre muchos austríacos.

La oposición socialdemócrata y la liberal han vinculado los intereses del ÖVP de Kurz en la millonaria industria turística del ocio invernal en Tirol para explicar, en parte, la pasividad.

Czypionka matiza que el esquí es "una actividad de ocio casi diaria en algunos estados federales" y que también se da en muchas otras regiones donde no se produjeron brotes.

Por eso, el experto considera que "el verdadero error" fue no asegurar que se aplicaran las condiciones de seguridad adecuadas y castigar de forma ejemplar a los incumplidores.

Luis Lidón

(c) Agencia EFE