Australia registra un récord diario de muertes por COVID-19 y no prevé reabrir sus fronteras internas

FOTO DE ARCHIVO: Test de COVID-19 en Sídney

Por Colin Packham

SÍDNEY, 10 ago (Reuters) - El primer ministro de Australia, Scott Morrison, dijo que es poco probable que el cierre de sus fronteras internas se levante antes de Navidad, mientras el país informaba el lunes de un aumento diario récord de las muertes por COVID-19.

Sin embargo, existen pruebas de que las drásticas medidas de cierre en la ciudad de Melbourne están surtiendo efecto, ya que las nuevas infecciones diarias en el estado de Victoria se han reducido a un mínimo de casi dos semanas.

"Tengo más esperanzas al respecto hoy que en el curso de la semana pasada", dijo Morrison a los medios de comunicación en Canberra, al tiempo que pedía la cooperación de los líderes estatales para permitir que los residentes atrapados regresen a sus hogares.

El sistema político federal de Australia ha llevado a sus ocho estados y territorios a tomar diferentes medidas en respuesta a la crisis, lo que ha dado lugar a varios cierres de fronteras internas.

El estado de Victoria, donde se encuentra Melbourne, la segunda ciudad más grande del país y el epicentro de su segunda ola de coronavirus, comunicó que 19 personas habían muerto a causa del virus en las últimas 24 horas. A pesar de que algunos otros estados aún no han informado de los nuevos casos y muertes diarias, dicha cifra representa ya el mayor aumento de muertes en un solo día en el país.

Sin embargo, las autoridades de Victoria también informaron de 322 nuevos casos de coronavirus en las últimas 24 horas, el menor aumento de un solo día en nuevas infecciones desde el 29 de julio.

Melbourne, donde viven casi 5 millones de personas, echó el cierre desde principios de julio, con la población confinada a sus casas y los negocios cerrados.

Con alrededor de 21.000 casos de COVID-19 y 314 muertes, Australia ha registrado menos infecciones y fallecimientos que muchas otras naciones desarrolladas.

(Información de Colin Packham; editado por Jane Wardell; traducido por Tomás Cobos)