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Australia amplia las medidas contra el rebrote de la COVID-19 en Melbourne

Sídney (Australia), 2 ago (EFE).- El gobierno regional del estado australiano de Victoria anunció este domingo nuevas medidas más restrictivas para combatir la propagación de la COVID-19, cuya segunda oleada de contagios tiene el epicentro en Melbourne.

Las restricciones, entre ellas el toque de queda nocturno en Melbourne desde las 8 de la tarde hasta las 5 de la madrugada, entrarán en vigor desde esta medianoche y se declarará el estado de desastre en toda Victoria durante seis semanas (hasta el 13 de septiembre).

El jefe del gobierno regional, Daniel Andrews, indicó hoy en una rueda de prensa que en las últimas 24 horas se ha confirmado la muerte de siete personas y 671 nuevos contagios de la COVID-19 en su territorio.

Muchos de los nuevos casos son contagios locales con una procedencia desconocida, lo que ha urgido a las autoridades a aplicar mayores medidas.

"Si no damos estos pasos, vamos a ver más y más casos", alertó Andrews.

El estado de desastre (además del estado de emergencia ya vigente) concede mayores poderes a la policía y permite arrestar y multar a las personas que se salten el toque de queda.

"Las órdenes actuales han evitado miles de contagios diarios, miles de personas que no han acudido al hospital y muchas tragedias. Pero no están funcionando lo suficientemente rápido por muchas razones", argumentó el político a la hora de anunciar las nuevas restricciones.

Además se limitarán los movimientos de los residentes de Melbourne, la segunda ciudad más poblada del país y con alrededor de 5 millones de habitantes, donde ya rige un segundo confinamiento hasta el 19 de agosto, aunque se espera que sea ampliado, y el uso obligatorio de mascarillas.

Andrews también adelantó que mañana lunes anunciará una nueva batería de restricciones para las actividades laborales.

Los casos en Victoria suponen alrededor del 60 % del total de 18.000 casos de la COVID-19 detectados en todo el país desde el inicio de la pandemia, incluidos más de 200 fallecidos.

En el vecino estado de Nueva Gales del Sur, que mantiene cerrada la frontera interna con Victoria, también se confirmaron este domingo 12 nuevos casos y preocupa la expansión de la COVID-19 a su territorio.

El país oceánico, que gestionó con acierto la primera ola de contagios, afronta desde principios de julio un incremento de casos vinculados a infectados importados y a una serie de fallos en los hoteles habilitados para que los viajeros procedentes del extranjero guarden una cuarentena obligatoria por dos semanas.

(c) Agencia EFE