Atlas, el equipo que puede darse el lujo de perder todo lo que quiera

Atlas regresó al puesto al que había permanecido años antes de su bicampeonato. (Foto: Refugio Ruiz/Getty Images)
Atlas regresó al puesto al que había permanecido años antes de su bicampeonato. (Foto: Refugio Ruiz/Getty Images)

El desempeño de Atlas este Apertura 2022 no ha sido un reflejo del nivel que los llevó al bicampeonato. “Campeonitis” es el término que se ha acuñado para referirse a aquellos monarcas que no defienden con honor su título y del mal que podrían sufrir los Zorros esta campaña, pero sinceramente, ¿a quién le importa?

A nadie le gusta ver perder a su equipo, deportivamente es decepcionante ver que no levantan dentro de la cancha. Pero la realidad es que Atlas regaló alegrías de sobra a sus aficionados, tantas que, por ahora, se pueden dar el lujo de perder todo lo que quieran.

Los Rojinegros consiguieron no una sino dos gestas históricas: primero romper la “maldición” que tenían, 70 años sin ningún título liguero; después se colocaron en la selecta lista de equipos bicampeones en torneos cortos, únicamente acompañados por Pumas y León.

Los jugadores de Atlas celebrando el segundo título tras vencer a Pachuca en la serie del Clausura 2022. (Foto: Jaime Lopez/Jam Media/Getty Images)
Los jugadores de Atlas celebrando el segundo título tras vencer a Pachuca en la serie del Clausura 2022. (Foto: Jaime Lopez/Jam Media/Getty Images)

Este hito colmó de felicidad a una afición acostumbrada al fracaso; la hinchada del club jalisciense se ha caracterizado por su fidelidad, nadie permanece tanto tiempo a un equipo a pesar del poco éxito, pero los atlistas sí y por ello fueron recompensados.

Hoy, a pesar de que Atlas está en la zona más baja de la clasificación y no hay indicios de una mejoría en el campo o resultados, no existen reproches para nadie. Los jugadores, Diego Cocca y la directiva están arropados por los trofeos.

Tras medio torneo avanzado, los Rojinegros apenas han ganado 2 juegos, empatado 2 y han caído en 5 ocasiones, con estos números sus aspiraciones no giran en torno a liderar la tabla, se enfocan más en alcanzar un boleto de repesca y pelear en la liguilla con otros contendientes como Toluca, Pachuca o Tigres.

Los señalamientos no llegan desde los aficionados de hueso colorado, vienen desde otras esferas, principalmente de la gente de otros equipos. Algunos de ellos han dado el mérito de los títulos a teorías de corrupción o a la misma suerte. Hasta el término “Ratlas” tomó popularidad en redes sociales.

Nadie pensaba que los de a Academia pudieran consumar tal hazaña; ni siquiera el América, que es el más ganador, o el propio Tigres, que se ha proclamado como el “equipo de la década”, han podido alcanzar un bicampeonato, y vaya que han tenido oportunidades para hacerlo.

También, desde que se implementaron los torneos cortos en 1996, Atlas solo había jugado una final antes de las dos que ganó; fue en el Verano 1999 cuando se midieron a Toluca por el campeonato y perdieron la serie de forma dramática. De hecho este enfrentamiento es considerado uno de los mejores en la historia de la Liga MX.

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El club hoy comandado por Diego Cocca no creaba chances para competir en las finales, la de 1999 fue una excepción. Sus retos se centraban en la lucha por no descender como lo hicieron en las temporadas 1970-1971 y 1977-1978. De ahí en adelante estos desafíos eran un fantasma constante.

Aunque no perdieron la categoría desde entonces, los problemas volvieron y en 2011 fueron críticos. En aquel tiempo los conflictos financieros propiciaron el retraso de pagos y orilló a la venta de futbolistas importantes para hacer subsistir a la institución, tal fue el caos que los jugadores protestaron portando el uniforme al revés.

TV Azteca intentó recuperar al club cuando lo compró en 2013, pero no lo logró. Incluso eran señalados por ser la muestra de la multipropiedad, pues el mismo dueño también poseía al extinto Monarcas Morelia. Tras fracasos deportivos, Atlas fue vendido nuevamente en 2019 a Grupo Orlegi, quien sí supo sacarlos del “eterno” bache.

El agradecimiento de los atlistas para Alejandro Irarragorri, presidente de Grupo Orlegi es evidente. (Foto: Hector Vivas/Getty Images)
El agradecimiento de los atlistas para Alejandro Irarragorri, presidente de Grupo Orlegi es evidente. (Foto: Hector Vivas/Getty Images)

Antes de estos triunfos Atlas era considerado un club de poca trascendencia en la Liga MX. Sí, guardaba historias y mantenía a una afición fiel, pero en la cancha nunca fueron un rival “a temer”. La urgencia de un éxito era obvia pero impensable.

Después de tocar la gloria, ¿qué sigue para los Zorros?, no hay certeza. Ya cumplieron hasta con lo que no tenían que cumplir, ellos no se forjaron con la exigencia de una grandeza natural.

Es justo, quizá, “descansar” y vivir la campeonitis como otros clubes lo hicieron; Monterrey en 2003, Toluca en 2010 y Chivas en 2017. Nadie reclamará el que un equipo vuelva al rol histórico que tuvieron por décadas.

La afición de Atlas tuvo que esperar
La afición de Atlas tuvo que esperar "toda una vida" para ver campeón a su equipo. (Foto: Refugio Ruiz/Getty Images)

Aún es prematuro hablar de hasta dónde llegará el tope deportivo de Atlas. Es cierto que gracias a Grupo Orlegi la institución supo crecer al punto de ser bicampeón, pero su trascendencia dentro de la Liga MX es nueva, y tiene el riesgo de ser temporal.

El tiempo dará las respuestas sobre qué tan longevo es su poderío en la competencia mexicana, por el momento están regresando a aquel papel que les correspondía hasta hace unos años, pero con la diferencia de que ahora tienen dos estrellas más en el escudo.

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