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Ataque a Cristina Kirchner: dictan prisión preventiva a Nicolás Gabriel Carrizo, el jefe de los vendedores de copos de algodón

Nicolás Gabriel Carrizo permanecerá detenido
Nicolás Gabriel Carrizo permanecerá detenido

La jueza federal María Eugenia Capuchetti dictó esta noche la prisión preventiva de Nicolás Gabriel Carrizo, el jefe de vendedores de copos de algodón y de Agustina Díaz, una chica de 21 años, como partícipes secundarios de la tentativa de homicidio calificado de Cristina Kirchner, ocurrida el 1 de septiembre pasado en la puerta de su casa de Recoleta.

De este modo, ambos acusados seguirán presos. La jueza Capuchetti valoró especialmente los mensajes que Carrizo compartió desde su teléfono celular con su hermanastra Andrea y los intercambios de Whastspp que Díaz realizó con Brenda Uliarte, su amiga y ex compañera de colegio.

En sus comunicaciones, Carrizo dijo que Fernando Sabag Montiel se había anticipado al atentado una semana y que él mismo le iba a proveer de una pistola calibre 22 para cometerlo. Y Brenda Uliarte le dijo a Agustina Díaz que Sabag Montiel era el autor del atentado por indicación suya y su amiga le recomendó que borrara su celular para no dejar evidencias. La jueza embargó los bienes de ambos por 100 millones de pesos.

Capuchetti consideró probado a esta altura de la investigación que Sabag Montiel, Uliarte, Carrizo y Díaz tenían como plan común dar muerte a la vicepresidenta. Lo que ocurrió el 1 de septiembre fue la concreción de un plan acordado, diseñado y estudiado por Brenda Uliarte, Fernando Sabag Montiel, Nicolás Gabriel Carrizo y Agustina Mariel Díaz, dijo la magistrada.

Momento en que gatillan el arma contra  Cristina Kirchner
Momento en que gatillan el arma contra Cristina Kirchner

Los preparativos

Por los celulares, probó que todo comenzó el 22 de abril de 2022 cuando Brenda Uliarte adquirió el arma utilizada y el 4 de julio ya le anticipó a su amiga Agustina Mariel Díaz: “Voy con el fierro y le pego un tiro a Cristina… me dan los ovarios para hacerlo” a lo que Díaz le contestó: “Por eso te amo”. La conversación continúa y Brenda dijo “la vieja tiene seguridad”, por lo que su amiga respondió “Y si”. Uliarte, de todos modos, le contó: “No es joda, boluda. Estoy armando un grupo. Para ir con antorchas, bombas, fierro, todo. Voy a ser la libertadora de la Argentina. Estuve practicando tiro, sé usar un fierro”. Y Agustina contestó: “Te amo”.

De esos mensajes se desprende que ya ambas “empezaron a planificar” cómo eludir a la custodia para concretar el plan de matar a Cristina Kirchner, dijo la jueza. Uliarte ya estaba decidida a hacerlo. Los días anteriores al 1 de septiembre, Uliarte le dijo a Carrizo: “Hace falta que alguien vaya con un fierro y le pegue un corchazo a Cristina” y su jefe le contestó “Si, no?”. Uliarte ratificó: “Sí, rehace falta”, decile a Nando que invente una bedida (sic)”. Y Brenda respondió: “Si, le digo a ver que onda”.

Carrizo, antes del 1 de septiembre ya sabía del plan, había conversado con Brenda del asunto y le contaba que quería asesinar a Cristina . Por otra parte, a los pocos minutos del atentado, Uliarte le escribió a Carrizo y le dijo:

Uliarte: “Gaby. Por favor lo que pasó no lo difundan hagámosnos los pelotudos. Vos no sabes nada”

Carrizo: “Okay fue. Que vas hacer boluda”

Uliarte: “Porque sin o vamos a caer todo en la volteada”

Carrizo: “Te van a investigar a vos”

Uliarte: “Yo voy a intentar sacarlo”

Carrizo: “Estamos todos juntos. A la mierda esa Cristina”

Uliarte: “No lo creo. La próxima voy y gatillo yo,Nando fallo. Yo sí sé disparar bien, no me tiembla la mano”

Y, luego de unos mensajes, continúó:

Carrizo: “Lo que hizo Nando. Lo aplaudo. Estuvo a un segundo de ser héroe nacional”

Uliarte: “Sí, yo también, me parece el San Martín moderno, él quiso liberar a un país de la esclavitud. Lpm cómo le pudo fallar el tiro…”

Carrizo: “Querés hacerlo?”

Uliarte: “Te juro que sí. Y no me va a fallar el tiro. Pero hay que pensarla bien. Pasa que Nando no tiene mucha práctica, le tembló el pulso”.

Esta conversación “reafirma a las claras”, dijo la jueza, que Carrizo ya sabía lo que iba a terminar ocurriendo. “Estamos todos juntos. A la mierda esa cristina”, le dice a los pocos minutos.

Otros mensajes entre Carrizo y sus contactos “Andrea”, “Jony White JAJA” y “Symme”. aportan mas indicios en su contra. A Andrea, su hermanastra, le dice a las 3 o 4 horas de haber ocurrido el intento de homicidio que el arma era suya y que aparecían sus huellas.

Además, reconoció la planificación del hecho, al señalar que estaba previsto para la semana siguiente y se mostró sorprendido cuando dijo que falló el arma, sin poder comprender el por qué, ya que sabía que “andaba bien”. Incluso, reconoció haber entregado una pistola calibre .22 corto para cometer el atentado, que no fue usada ni encontrada. .

“Las circunstancias relatadas no hacen más que desvirtuar el carácter de broma que le asignó a sus dichos, al momento de efectuar su descargo; lo que a esta altura no es más que un mero intento por mejorar su situación procesal”, dijo Capuchetti.

A “Symme”, le dijo que refirió que iba a ser él quien termine con ese “trabajo”, lo que para la jueza “muestra su deseo de proseguir con el plan primigenio, que no había podido ser concretado”.

“De las conversaciones extractadas y de su análisis en conjunto con las restantes pruebas reunidas, aquel participó en la planificación del intento de homicidio”, dijo la magistrada. Y entendió que “aportó para concretar ese hecho un arma de fuego calibre .22 corto, que no fue finalmente la utilizada por su consorte Sabag Montiel, quien utilizó una pistola marca Bersa calibre .32″.

Brenda Uliarte y Fernando Sabag Montiel
Brenda Uliarte y Fernando Sabag Montiel

Díaz conocía el plan

Con respecto a Agustina Díaz, la jueza dijo que formó parte dela planificación, aconsejó a Uliarte para que se deshaga de la evidencia y sobre los peligros que podían aparecer. Días antes del ataque, Agustina Díaz había recibido una fotografía por Whatsapp de parte de Uliarte, en la que le mostraba el arma que luego fue usada para el atentado y le dijo lo que iba a hacer. “Díaz conocía el plan criminal que se estaba gestando y no era una mera fabulación de Uliarte, como mencionó en su descargo”, escribió Capuchetti..

Uliarte le envió a Díaz el 27 de agosto, cuatro días antes del atentado ,un mensaje en el que le dijo: “Voy a matar a Cristina… Me repudrí que hablen y no hagan nada. Yo si voy a hacer. Se me metió el espíritu de San Martín en el cuerpo… Que hija de puta se metió adentro antes de que le meta el tiro”, como así también “Mandé a matar a la vice Cristina. No salió porque se metió para adentro. Una bronca te juro la tenía ahí… Mandé un tipo para que la mate a Cristi”.

Tras el atentado, Díaz fue de las primeras personas a la que Uliarte llamó por teléfono: ““Che, pero que onda que falló el tiro?. ¿No practicó antes o le falló la adrenalina del momento?”, le dice su amiga.

“Agustina Díaz estaba al tanto del plan criminal y, por estos últimos mensajes, luego de ocurrido el hecho, se sorprendió de que no haya podido ser ejecutado de acuerdo al designio previo”, escribió Capuchetti. Al día siguiente le dijo a Brenda lo que debía hacer para no ser descubierta. “Yo tengo un cagaso de que te agarren y te periten el celu… Tenés que deshacerte del celular. Y cambiar el número. Borrar tu cuenta, todo”. Y Brenda borró.

El 4 de julio de 2022, cuando ambas hablaban de matar a Cristina Kirchner, Uliarte le dijo a Díaz que ella sí estaba dispuesta a matarla, pero el tema era ver cómo hacerlo, ya que la vicepresidenta tenía custodia.

La jueza entendió que Agustina Díaz y Nicolás Gabriel Carrizo fueron partícpes secundarios de la tentativa de homicidio porque conformaron junto a Sabag Montiel y Uliarte “el acuerdo premeditado para darle muerte a Cristina Elisabet Fernández de Kirchner”.

“Todos los imputados confluyeron en el propósito de causarle la muerte a la Vicepresidenta de la Nación, intercambiando opiniones acerca del modo en que debía ser llevado a cabo el hecho”, estimó Capuchetti

“La planificación y organización de un injusto, por sí sola, no alcanza para tener por configurada la coautoría, sobre todo si estos imputados no intervinieron en la ejecución del hecho” dijo la jueza por los que los consideró partícipes secundarios. “Planificar no es lo mismo que ejecutar”, por lo que los consideró cómplices. Ni Carrizo ni Díaz estuvieron en la escena del crimen esa noche, aseguró.