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Atacan iglesia en la Sierra Tarahumara

CIUDAD JUÁREZ, Chih., junio 7 (EL UNIVERSAL). - La mañana de ayer martes se registró una balacera afuera de una iglesia en la región de Santa Anita, municipio de Guachochi, donde además fue abandonado un cuerpo decapitado.

Sacerdotes de la Sierra Tarahumara consideraron que en la región existe una tranquilidad simulada, ya que los integrantes del crimen organizado no respetan los espacios sagrados ni a la comunidad en general, además de que se presentó a 14 días de que se cumpla un año del asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, en la comunidad de Cerocahui.

"Lamento profundamente esa manera tan descarada como se pasea la injusticia y la impunidad por cualquier territorio del estado. Ya no se respeta al pueblo, esa comunidad está muy alarmada porque ya no se respetan ni siquiera los espacios sagrados, se está violentando y faltando al respeto a esos espacios", subrayó el sacerdote jesuita Javier Ávila.

De acuerdo con lo que explicó a EL UNIVERSAL, personas de la misma comunidad de Guachochi le han informado que "la plaza está muy caliente", sin especificar cuáles serían los cárteles delictivos que pelean en la zona. "La gente en días pasados, en otro lugar ahí cercano, iba a ir a bautizos y hay gente armada que les impidió a los rarámuris que fueran a bautizar, no los dejaron moverse. Es una tranquilidad, una justicia y una paz simulada, falsas", añadió.

En redes sociales, habitantes del municipio de Guachochi denunciaron que la maldad de las personas que trabajan para el crimen organizado en la región ya no respetan ni a los ciudadanos ni los lugares sagrados.

No fue ataque contra la Iglesia católica. La gobernadora María Eugenia Campos Galván comentó que el ataque registrado en Guachochi no fue en contra de la Iglesia católica, por lo cual la Fiscalía General del Estado (FGE) ya se encuentra investigando el hecho.

"Estamos en investigación, no fue un mensaje a la comunidad católica, no fue un mensaje al templo, fue de otro tipo", dijo.

Los primeros reportes indicaron que la balacera se registró cerca de la iglesia de la región, provocando que la fachada de la parroquia quedara llena de orificios por los disparos, así como también dos viviendas que estaban deshabitadas.

Además, se dejó un cuerpo decapitado que hasta ayer permanecía sin identificar; sin embargo, se informó que tiene aproximadamente 35 años de edad, es de complexión delgada, de 1.70 metros de estatura y tez morena. También se habían asegurado más de 700 casquillos percutidos de diversos calibres y una camioneta tipo pick up, marca Chevrolet, totalmente calcinada.

Gilberto Loya, titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), explicó que el reporte de un enfrentamiento se recibió la tarde del pasado lunes, por lo cual se desplegaron elementos de la corporación hasta la zona donde ocurrió el hecho.

"Al llegar al lugar los compañeros localizaron a una persona sin vida frente a una iglesia, también ahí mismo se localizaron casquillos percutidos de diversos calibres y daños por disparos ocasionados a la iglesia", refirió.

Por lo anterior, los agentes de la SSPE aseguraron el área y resguardaron la escena para la FGE, a fin de que realice las labores de peritaje correspondientes.

Hasta la tarde de este martes se desconocía el móvil del enfrentamiento y los grupos delictivos que participaron.

Actualmente se mantiene en la zona un operativo integrado por efectivos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), el Ejército, la Guardia Nacional (GNI y Seguridad Pública municipal.

Personal de Unidad de Servicios Periciales se hizo cargo del procesamiento de la escena, así como del traslado del cuerpo.