Asustada por Cataluña, la UE respalda a Madrid pero con cautela

Por Alastair Macdonald y Robin Emmott BRUSELAS (Reuters) - Los socios de España en la Unión Europea temen que la crisis por el proceso independentista en Cataluña gane fuerza al tiempo que su apoyo público a Mariano Rajoy genera algo de inquietud ante la posibilidad de que la dura ofensiva del político conservador resulte contraproducente. Pocos dirigentes extranjeros hablarían claro de una disputa interna en la que el Gobierno y los tribunales en Madrid dicen que las autoridades regionales catalanas están infringiendo la Constitución con su plan de votar sobre la secesión de Cataluña en un referéndum el 1 de octubre. La postura oficial de la Unión Europea es que la democracia española funciona y que los españoles deberían resolver sus asuntos según la legislación nacional. Pero el agravamiento del enfrentamiento, con la policía arrestando a cargos electos catalanes esta semana, inquieta a altos cargos y políticos en el extranjero ante el temor de que pueda dañar a Europa en varios frentes. La canciller alemana, Angela Merkel, a través de un portavoz, se hizo eco de esa línea cuando Reuters le preguntó si había tenido contacto reciente sobre este asunto con Rajoy, conservador como ella. Resaltando que era un "asunto interno español", el portavoz también recordó que Merkel había dicho en años recientes a Rajoy que Berlín tenía "un gran interés en el mantenimiento de la estabilidad en España". Menos constreñidos por el protocolo diplomático, otros europeos están empezando a hablar: "Rajoy ha echado leña al fuego, alimentando el debate independentista. Ha cometido un gran error", dijo Ska Keller, colíder de los Verdes en el Parlamento europeo, a Reuters, pidiendo a quienes puedan influir en Rajoy que intercedan para calmar las cosas. Aunque públicamente rechazan tomar partido respecto a si es deseable una escisión de Cataluña, pocos líderes europeos le darían la bienvenida. Al igual que con el referéndum de 2014 en Escocia, que a diferencia del de Cataluña se llevó a cabo con el consentimiento del Gobierno central en Londres, hay países que temen que aliente a sus propios separatistas, como los flamencos belgas y los lombardos italianos. Existe una gran reticencia a abrir la caja de Pandora de la desintegración territorial e incertidumbre económica en un momento en que se ha puesto en marcha el proceso de salida de Gran Bretaña. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se molestó cuando los catalanes interpretaron sus declaraciones realizadas la semana pasada sobre una posible readmisión a la Unión Europea como señal de que era partidario de su proceso separatista. Juncker señaló que solo había reiterado la llamada "doctrina de Prodi", de hace 13 años, que estipula que un Estado que se independiza tendría que abandonar la Unión Europea y sólo sería readmitido si el proceso de independencia cumpliera con la Constitución del estado que abandona. Juncker también dijo que las ricas "tradiciones regionales" no deberían convertirse en "elementos de separatismo y fragmentación de Europa". PROBLEMAS CRECIENTES Altos cargos da Comisión rechazan las sugerencias de que se están tomando a la ligera las quejas de que la Carta Magna española viola los derechos de autodeterminación de Cataluña, mientras que la UE ahora amenaza con suspender a Polonia por los planes de su gobierno de cambiar la Constitución. La Comisión se siente limitada por la legislación europea y no toma partido en España. Pero el Parlamento Europeo, encabezado por el Partido Popular Europeo (PPE), el bloque de centroderecha al que pertenecen Rajoy, Merkel y Juncker, se muestra menos reticente a apoyar a Madrid. Antonio Tajani, presidente conservador italiano, dijo sin rodeos a un diario catalán la semana pasada que ignorar la Constitución española debía socavar el fundamento jurídico de toda la Unión Europea: "Esas son las reglas", dijo. "Esta no es una línea dura, es una línea democrática y legal", dijo el secretario general del PPE, Antonio López-Isturiz, señalando que los catalanes votaron a favor de la Constitución en 1978. También el grupo de centroizquierda del Parlamento de la UE respalda la opinión de que la Constitución española debe ser respetada en primer lugar. Sin embargo, ese enfoque legal está causando inquietud. "Hay preocupaciones cada vez mayores en Europa sobre la forma en que Rajoy está manejando esto", dijo Steven Blockmans, del Centro de Estudios Políticos Europeos. "Están tratando de mantenerlo a bordo, pero con sus tácticas está alimentando el debate sobre la independencia". Blockmans sugirió que España mire cómo su nativa Bélgica había modificado su constitución para devolver el poder a los ciudadanos. El líder de la poderosa región de habla flamenca de Bélgica emitió el jueves una llamada para la "mediación internacional" en la crisis catalana. Andrew Duff, ex parlamentario liberal británico y ahora miembro del European Policy Center, dijo que los líderes de la UE deberían comprometerse de forma tranquila con Rajoy "para tratar de suavizar el sentido de que existe una crisis". "Rajoy no ha jugado muy astutamente", dijo Duff. "Desde el punto de vista de Bruselas, este tipo de crisis constitucional interna clama por una sofisticación política de un nivel muy alto, que no hemos visto todavía, ni de los catalanes ni de Madrid, y pone a la Comisión en una posición muy difícil". Un alto cargo de la UE dijo que probablemente Juncker continuará ejerciendo su derecho a permanecer en silencio sobre el tema por ahora: "Es como en esos programas policiales", dijo. "Todo lo que digas puede usarse contra tí, es mejor no decir nada".