Aspirantes sin partido, única vía para cambiar el rumbo, afirma
CIUDAD DE MÉXICO, octubre 29 (EL UNIVERSAL).- Fernando Salvador Sánchez Campos decidió buscar una candidatura independiente a la Jefatura de Gobierno porque los partidos políticos no han cumplido, ya están muy desgastados y se han convertido en protagonistas y antagonistas que sólo ven por sus intereses y no por el de los ciudadanos.
"Es importante levantar la voz y decir aquí habemos toda esta porción de ciudadanos que no estamos de acuerdo en cómo se están haciendo las cosas, ni de un lado, ni del otro", dice.
Afirma que los ciudadanos sin partido o independientes son la única vía para cambiar el rumbo de la Ciudad. "Ya hace falta tener una experiencia en administración, en manejo de dinero y de proyectos que va más allá de la política y eso no lo van a hacer los políticos".
Coincide en que el camino de los aspirantes sin partido es complicado porque deben cumplir con ciertos requisitos en muy poco tiempo, y no hay una sincronía entre lo que solicita la autoridad electoral con los tiempos de los bancos o el SAT.
Explica que su objetivo es que el dinero se vaya a donde se tiene que ir: eliminar la pobreza, repavimentación, iluminación y seguridad. "Esas cosas las debemos cambiar, que las personas puedan salir tranquilos a la calle, que el agua llegue a donde tiene que llegar y hay que cambiar el chip, no podemos estar polarizados unos con otros, todos somos chilangos".
Confiesa que se ha dedicado toda su vida a las empresas, pero ha trabajado en algunos puestos del gobierno federal en áreas de adquisiciones, licitaciones y enajenaciones, y en áreas de manejo de recursos económicos, "entonces conozco qué es lo que hay que hacer, cómo hay que hacerlo y en dónde hay que hacerlo; tengo la gran virtud de que sé cómo crear grupos de trabajo y cómo conseguir la mejor persona para el mejor puesto".
El empresario puntualiza que tiene propuestas para todos los temas y que a la Ciudad le urge un cambio; no un borrón y cuenta nueva, sino rescatar lo que se ha hecho bien, mejorarlo y poner todo lo que no se ha hecho y se debe hacer.