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Asocian la salud cardíaca de los adultos jóvenes con su rendimiento mental futuro

Por Kathryn Doyle NUEVA YORK (Reuters Health) - Los adultos jóvenes con valores saludables de presión sanguínea llegarán a la mediana edad con una mejor capacidad cognitiva que aquellos con valores de presión elevados. "Sabemos que estos factores de riesgo son importantes con los años, pero la novedad es que parecerían ser importantes para la salud cognitiva aun en la transición entre la juventud y la mediana edad", dijo la autora principal, doctora Kristine Yaffe, de la Universidad de California en San Francisco. "Es la primera vez que se demuestra". El equipo de Yaffe estudió a más de 3.000 jóvenes, de entre 18 y 30 años, durante 25 años. Los evaluaron cada dos o cinco años después de un ayuno. Los técnicos les midieron la presión, la glucosa en sangre y el colesterol. A los 25 años, cada participante realizó tres pruebas para evaluar la memoria y el aprendizaje, el envejecimiento cerebral y la velocidad al tomar decisiones. Los autores tuvieron en cuenta el peso, la altura, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la edad, el sexo, la etnia y la educación de los participantes. Hallaron que tener valores de presión elevados en la juventud estaba asociado con una disminución del rendimiento en los tres tests de función mental 25 años después. Lo mismo ocurrió con los valores elevados de glucosa en sangre. A los diabéticos no les fue tan bien en los tests como a los que no tenían diabetes. Pero en las personas sin diabetes, los niveles de glucosa en sangre no parecieron influir en la agudeza mental. Los participantes con colesterol elevado rindieron menos en los tests de aprendizaje y memoria, pero no hubo diferencia en los resultados de envejecimiento cerebral o velocidad de decisión, según publica el equipo en Circulation. Muchos jóvenes tienen marcadores de salud cardíaca "altos normales", es decir, valores de presión, glucosa en sangre o colesterol cercanos al límite superior del rango recomendado, según explicó Yaffe. "Las diferencias (cognitivas) son probablemente muy pequeñas para ser clínicamente significativas, pero la pregunta es si es el comienzo de algo que aparecerá más adelante", indicó. La doctora Jennifer G. Robinson coincidió en que las diferencias en la función mental eran sutiles. "Los participantes no tenían deterioro cognitivo", pero unas décadas después podrían tenerlo. Robinson, que no participó en el estudio, investiga sobre salud cardiovascular y envejecimiento en la Universidad de Iowa. "Los datos de salud pública son extremadamente claros", dijo, y cualquier persona en la calle podría decir que la alimentación saludable y el ejercicio regular, que son saludables para el corazón, son buenos para el cuerpo. Pero aseguró que no todos siguen ese consejo. FUENTE: Circulation, 31 de marzo del 2014.