Así se vivió en México la llegada del hombre a la Luna
¿Cómo se vivió la llegada del hombre a la luna desde México?, ¿qué ambiente privaba en el país?, ¿cómo se sentía la gente, la sociedad, hace 50 años que ahora se cumplen?
Aquella noche el momento fue visto por medio de la televisión (que era privada y casi en el apogeo de su monopolio: el único medio público era el benemérito Canal Once del IPN). Fue un éxito innegable que elevó a la cima a Telesistema Mexicano -como se denominaba Televisa- a sus técnicos y a sus reporteros.
LA VIDA EN MÉXICO EN 1969
La forma de vida en México en julio de 1969 se aprecia sobre todo en la de su capital, el entonces Distrito Federal. ¿Por qué? porque fue una ciudad que lamía su herida de muerte recibida en el movimiento estudiantil de 1968. Era una urbe que aún no contaba con el Metro. Parecía que el gobierno, que se apresuraba en concluir las obras, quisiera con eso congraciarse con el pueblo resentido.
Eso nos lleva a Gustavo Díaz Ordaz. Hombre duro, parecía haberse sobrepuesto a aquella crisis, aunque se preparaba a asumir ante el país -en su informe de unas semanas después- la responsabilidad de los hechos en todos los aspectos.
Lo que salva a ese régimen es la estabilidad económica: clase media no empobrecida como sería después por décadas, desigualdad baja, considerable poder adquisitivo del salario, inflación baja, crecimiento… ¡superior al 7 por ciento!
(Recordemos que López Obrador –de forma insólita- elogió en su toma de posesión al arquitecto de ese modelo, el desarrollo estabilizador, al titular de Hacienda Antonio Ortiz Mena.)
TODO MÉXICO, SECUESTRADO POR EL MONOPOLIO
Un México expectante se plantó frente a la televisión, agradeciendo sin reparos al monopolio que trajera hasta sus pantallas el espectacular hecho; un ¡bendita televisión!, vamos.
Sin embargo, si en el Distrito Federal la visión fue defectuosa, imagínese usted las que pasamos los pobres que estábamos en puntos distantes o muy distantes del centro del país.
La imagen se recibió en vivo, en blanco y negro. La empresa había demostrado su capacidad de buenos controles remotos, pero no desde la luna. Una de las grandes complicaciones es que además de obtener la señal vía la NASA, ella misma la recibía no directamente de la luna sino de Australia, donde se convertía la señal proveniente –vea usted- del lente de una cámara, único elemento descubierto del equipo protegido del frío, situado en la escalera del módulo lunar, que acababa de hollar selene: ¡uf!
El equipo del Canal 2 mexicano se componía como reportero de Miguel Alemán Velasco (con los años gobernador de Veracruz), del locutor Ken Smith (famoso como la voz de la emisora de radio Stereorey), de un ingeniero y productor pionero de la televisión nacional, Roberto Kenny, de técnicos en la Florida y aquí, y de Jacobo Zabludovsky.
Ninguna mujer fue designada en los puestos principales.
Jacobo Zabludovsky, con su característica amenidad, se robó a la audiencia: fue el beneficiario directo de la transmisión; si los bonos de su emisora subieron, los suyos se fueron a las nubes. Las palabras con las que narró lo que todos entre que veíamos y adivinábamos de una no clara escena fueron:
“Hace casi perpendicularmente el descenso final de estos 22 metros… 30 segundos, 28, 26, 24, está a unos cuantos metros de la superficie de la luna; ellos pueden ver ya la superficie y han escogido el sitio exacto viendo con gran atención desde su ventanilla. 7 segundos, 6 segundos, 5, 4, 3, 2, 1… Señoras y señores: el hombre ha llegado a la luna”.
Y a continuación: “escenas en vivo desde la luna captadas aquí en la tierra, desde la superficie de la luna. Siendo en México las 8:56 minutos de la noche del 20 de julio de 1969, el primer ser humano ha puesto su pie sobre la superficie lunar”, dijo.
AHORA AL CONTRARIO
Pensemos ahora cómo se vio nuestro país desde las alturas de la nave. Lástima que ojos mexicanos no hayan podido ver ese espectáculo celestial, lo cual sucedería hasta años después cuando el científico guerrerense Rodolfo Neri Vela sobrevoló aquellos espacios.
FIN DE FIESTA
Como tantas veces y después de tragedias humanas, la NASA –una vez ganadora- iría abandonando increíblemente la carrera espacial.
hectorosoriolugo2013@yahoo.com.mx