Así es como López Obrador destrabó la renegociación del TLCAN

Foto: Agencia EL UNIVERSAL/Juan Carlos Reyes García
Foto: Agencia EL UNIVERSAL/Juan Carlos Reyes García

Hace un año entró a revisión el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ante el rechazo que expresó el Presidente Donald Trump, quien en el proceso de negociación amenazó con terminarlo si no convenía a los intereses de los Estados Unidos.

Hace unos días se llegó a un acuerdo, con la notoria ausencia de Canadá, integrante del TLCAN, ylo cual supuso un trabajo de negociación entre las delegaciones de México y Estados Unidos que por meses se mantuvo estancada hasta que, según los especialistas, se despejó la incertidumbre al ser electo como presidente Andrés Manuel López Obrador, quien envió señales que permitieron
destrabarlo todo.

Entre las señales que envió López Obrador, dicen los que saben, está la buena relación que estableció de inmediato con Donald Trump, con quien conversó por dos horas, al día siguiente de haber ganado la elección de 1 de julio.

También influyó que AMLO manifestó una posición más flexible en algunos temas que mantenían estancada la renegociación., así como el envío al equipo de México en calidad de observador de Jesús Seade Kuri, representante del presidente electo, lo que permitió “hacer un frente común como
nación”.

Al reiniciarse las negociaciones López Obrador envío otras señales que facilitaron la última etapa, como fue la disposición de su representante para explorar opciones distintas al TLCAN.

“Seade Kuri, por ejemplo, dijo a mediados de julio que no sería “grave” para México establecer acuerdos por separado con sus socios.” (BBC News Mundo, México, 28 de agosto 2018)

LEER | Tatiana Clouthier, la pieza clave en el triunfo de AMLO que ahora no quiere estar cerca de él

El representante de López Obrador aceptó que de facto el TLCAN incluyera la “cláusula sunset y ante esta posición Estados Unidos se flexibilizó, al aceptar la propuesta de que el nuevo tratado tenga una duración de 16 años, con opción a renovarse otros 16 y revisarlo cada 6 años.

Esta modalidad fue aceptada por las partes y los inversionistas se manifestaron a favor por considerar que da certidumbre a los negocios.

Otros de los acuerdos que habían generado controversia es el relacionado con la industria automotriz, en el futuro “se requerirá que para poder ser exportado sin aranceles, 75% de un vehículo tiene que ser producido con partes hechas en los países que sean parte del tratado. Además entre 40% y 45% del auto debe ser hecho por trabajadores que ganen al menos US$16 por hora.” La intención de este punto es que las empresas de Estados Unidos no se trasladen a México por el
atractivo de los bajos salarios.

En ese sentido, se incluyó un anexo donde las partes se comprometen a adoptar normas y prácticas laborales conforme a lo establecido por la Organización Internacional del Trabajo.

Durante su campaña López Obrador se manifestó contrario a la Reforma Energética llevada a cabo por el presidente Peña Nieto, porque permite la participación del capital privado en estas industrias. En las negociaciones se aceptó que México se comportaría como lo establece su Constitución, que permite la participación de capital privado.

LEER | El día en que la realidad le ganó a López Obrador

El representante del presidente electo, Jesús Seade Kuri, manifestó que “Se logró dejar de manifiesto que México es un país soberano y que en el tema energético sólo nos corresponde a los mexicanos decidir qué debemos hacer para el manejo, la administración de los recursos naturales”.

Por su parte López Obrador manifestó que “Es algo importante, este paso da estabilidad económica y financiera”. (BBC News Mundo, México)

El secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray reconoció y elogió la participación de Seade Kuri en la última etapa de la negociación lo que permitió destrabarla. “No sólo fue un observador” sino un observador muy constructivo con ideas muy concretas que hoy son parte del acuerdo con Estados Unidos”.

Fue Seade quien presentó la propuesta de que el nuevo Tratado sea revisado cada seis años y se extienda durante 16, con posibilidades de renovarse, con lo eliminó la cláusula sunset del tratado, en la que insistía el gobierno de Donald Trump. (La Jornada, 29 de agosto de 2018)

Aunque faltan tres meses para que legalmente López Obrador inicie los seis años en los que gobernará México, en los hechos ya se siente su influencia en los asuntos del Estado. El próximo 1 de septiembre comenzarán sus actividades los Senadores y Diputados, integrantes del Congreso de la Unión. En ambas Cámaras son mayoría los legisladores de Morena, el partido fundado por el presidente electo, lo que implica que esta parte de su poder entrará en actividad, lo que le dará la oportunidad para ir ajustando el marco legal para proceder a realizar los cambios que propuso durante su campaña.

Por sus hechos, es posible inferir que López Obrador estará interesado en construir una relación aceptable con el gobierno de Donald Trump. Su discurso indica su deseo de vincularse de manera activa con los países de Centro y Sudamérica, tendencia que ya inició al recibir en Chiapas al presidente de Guatemala. Significa que en los hechos ya actúa como si fuera presidente
Constitucional y lo puede hacer ante la despedida anticipada de Peña Nieto.