Ascetas hindúes dirigen el baño sagrado de millones de indios

En la imagen, los sadhus "Naga", o ascetas, se bañan durante el primer "Shahi Snan" (Gran Baño) en "Kumbh Mela" ("festival de la vasija") en Prayagraj, anteriormenet conocido como Allahabad, India, 15 de enero de 2019. REUTERS/Danish Siddiqui

Por Alasdair Pal

PRAYAGRAJ, India (Reuters) - Millones de peregrinos comenzaron a bañarse el martes en India en el primer día oficial del Kumbh Mela, el festival religioso más grande del mundo, y en el que la política está jugando un papel importante antes de las elecciones generales de este año.

Durante el festival de ocho semanas en Prayagraj en el estado norteño de Uttar Pradesh, se espera que hasta 150 millones de personas, incluyendo un millón de visitantes extranjeros, se bañen en la confluencia del Ganges, el Yamuna y un tercer río mítico, el Saraswati.

Los hindúes devotos creen que bañarse en las aguas del Ganges absuelve de los pecados y que durante la Kumbh Mela (o "festival de la vasija") trae la salvación del ciclo de la vida y la muerte.

Un aspecto destacado es la aparición de los sadhus "Naga", o ascetas, que veneran a Shiva y se bañan el primer día del festival.

Muchos sadhus pertenecen a órdenes monásticas llamadas "akharas" y algunos viven en cuevas remotas, de las que solo salen para el Kumbh Mela, que generalmente se celebra una vez cada tres años en cuatro ciudades de la India.

Poco antes del amanecer del martes, los primeros ascetas desnudos y cubiertos de ceniza, los panchayati, se lanzaron al agua mientras se oían gritos de "har har Mahadev", o "todos son Mahadev", otro nombre para Shiva.

"Es algo de fuera de este mundo", dijo Varun K Seth, un sadhu vestido de color azafrán. "Cuando te metes en el agua, sientes que estás vivo".

Los miembros de la orden monástica más grande en el festival, Juna Akhara, corrieron hacia el agua con tridentes y lanzas mientras la policía contenía al multitudinario público.

"El río nos da la inmortalidad", dijo un sadhu desnudo de Juna Akhara mientras volvía a aplicar una capa de ceniza en su cuerpo después de bañarse.

SABOR POLÍTICO

Aunque el festival es conocido sobre todo por los solitarios sadhus, la imagen del primer ministro Narendra Modi ha estado muy presente.

Cárteles gigantes con la imagen de Modi, el líder nacionalista hindú del gobernante Bharatiya Janata Party, que se enfrenta a unas duras elecciones generales en mayo, adornaban el lugar sagrado.

El BJP perdió el poder en tres estados en los comicios celebrados en diciembre, y querrá evitar un resultado similar durante las elecciones generales en Uttar Pradesh, un estado de 220 millones de personas donde un buen resultado a menudo puede decidir la votación del país.

"Modi es un buen hombre", dijo Seth, quien asistió al festival, mientras señalaba una figurita del primer ministro. "Él está cuidando de nosotros".

El primer ministro de Modi en Uttar Pradesh, Yogi Adityanath, un polémico sacerdote hindú cuya imagen se puede ver en carteles por toda la ciudad, ha promovido políticas que han seducido a la base hindú del partido y han alarmado a los musulmanes.

Este año transformó una Ardh, una especie de Kumbh Mela a medio gas, en una versión completa del festival. También reemplazó los nombres musulmanes de varias ciudades con nombres hindúes, incluida Prayagraj, que hasta octubre se llamaba Allahabad.

Por primera vez en el Kumbh Mela, un ashram (monasterio) transgénero conocido como Kinnar Akhara y liderado por la activista Lakshmi Narayan Tripathi, de Mumbai, se unió al primer día de baño.

India legalizó el sexo homosexual en septiembre, pero la comunidad LGBT aún se enfrenta a prejuicios en un país profundamente religioso.

Los miembros del Kinnar Akhara fueron escoltados por la policía hasta el lugar de baño, donde Tripathi se sumergió en las aguas totalmente vestida ante los vítores de sus seguidores.

El festival tiene sus raíces en una tradición hindú que dice que el dios Vishnu o Visnú arrebató a los demonios una vasija de oro que contenía el néctar de la inmortalidad.

En una lucha de 12 días por la posesión del recipiente, cuatro gotas cayeron a la tierra, en las ciudades de Prayagraj, Haridwar, Ujjain y Nasik, que ahora comparten el festival.

(Información de Alasdair Pal; traducido por Tomás Cobos en la redacción de Madrid)