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Asbestosis y amianto: relación probada

Causada por la aspiración del polvo de amianto (asbesto), esta afección pulmonar acaba de ser reconocida como ‘enfermedad profesional’. ¿Sabes dónde se encuentra este material y cómo actúa?

(Foto: Getty)

La reciente retirada de pizarras escolares contaminadas con amianto en Cataluña y Navarra y los casos de asbestosis de los trabajadores de Metro han reavivado la polémica sobre este material de carácter cancerígeno que al romperse libera unas fibras cuya inhalación también puede derivar en cáncer de pleura (mesotelioma) y pulmón.

Prohibido en España desde el 2002, el amianto o asbesto (popularizado bajo el nombre de Uralita, la empresa fabricante) es un agente cancerígeno presente en miles de edificios, tuberías y tejados; por sus propiedades aislantes, mecánicas, químicas y de resistencia al calor fue muy empleado en la construcción en España entre las décadas de los sesenta y noventa del siglo pasado.

“Enseguida se empezó a sospechar de su alta peligrosidad”, apunta en declaraciones a RNE Alfredo Menéndez Navarro, catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad de Granada (UGR), ya que el consenso entorno al carácter cancerígeno de este material se remonta al año 1977 cuando la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) estableció de manera rotunda que “no hay un nivel de exposición seguro”.

Así se recoge en el proyecto ’Los riesgos del amianto en España (1960-2002)’, una investigación conjunta de la UGR, eI Instituto de Salud Carlos III, el Consorcio de Investigación Biomédica de Epidemiología y Salud Pública y el Ministerio de Sanidad. Otros documentos menos oficiosos han tratado sobre las enfermedades asociadas al amianto, y las conclusiones son similares.

Invisible pero altamente daniño

El caso es que aunque no se sabe cuántos edificios pueden estar afectados (el año de construcción es el mejor parámetro para comprobarlo), sí se ha confirmado su uso continuado en paredes, tejados, conducciones eléctricas, de agua (ojo a este artículo sobre las tuberías publicado en El Español), de calefacción o de gas. En 2025 expira el límite para su total eliminación, pero las labores de retirada no están siendo fáciles.

El amianto, también conocido como asbestos, es un conjunto de materiales fibrosos, con cualidades ignífugas y muy económico. Una vez inhaladas, las partículas invisibles que desprende al romperse se introducen en los pulmones causando problemas de salud que incluyen desde una enfermedad denominada asbestosis, que consiste en una fibrosis del pulmón, hasta un cáncer en la pleura o en el peritoneo. (Foto: Getty)

A principios de mes Metro Madrid colgaba un cartel de ‘prohibido tocar’ en una de las estaciones más frecuentadas alertando sobre una cubierta contaminada, y otro mensaje en el que se podía leer "¡Se prohíbe terminantemente manipular (taladrar, cortar, retirar) material que pueda contener amianto sin autorización". También informa de que respirar el polvo de amianto es "peligroso para la salud y que hay que seguir las normas de seguridad".

Si está en buenas condiciones de conservación y el riesgo de desprendimiento de fibras es poco probable, es decir, está en buen estado, no comporta en sí mismo un riesgo para la salud. El problema está en el grado de deterioro de la uralita y cuando esta se manipula.

Es decir, el problema está en las microfibras que desprende cuando se deteriora o se manipula sin la protección adecuada, las partículas quedan suspendidas en el aire y al respirarlas (no se pueden eliminar) quedan en el sistema respiratorio y pueden llegar a provocar enfermedades respiratorias que se presenten años o incluso décadas más tarde.

De hecho, pueden pasar más de 20 años hasta que se manifiesta el tumor como recoge este estudio. Por eso suele diagnosticarse (generalmente con radiografías de tórax y tomografía computarizada) en la quinta década de vida, afectando a la cohorte de varones nacidos entre 1945 y 1950, según datos la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

Así lo explican fuentes de la Asociación de Víctimas del Amianto (AVIDA) al Confidencial: "Una hebra de asbesto aumentada mil veces se ve un poquito más grande que un cabello humano. Debido a su tamaño estas fibras pueden permanecer en el aire por mucho tiempo y pueden respirarse".

Otros países de la UE han tenido que hacer frente a este problema. La universidad de Palazzo Nuovo en Turín (Italia) estuvo cerrada debido a la presencias de asbesto en el edificio. Los estudiantes se manifestaron con sus rostros cubiertos por mascarillas en señal de protesta. (Foto: Elena Aquila / Pacific Press / LightRocket a través de Getty Images)

Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud, en 2010 había en el mundo unos 125 millones de personas expuestas al asbesto en el lugar de trabajo.

También según sus datos, la exposición laboral a las fibras de amianto “causa más de 107.000 muertes anuales por cáncer de pulmón relacionado con el asbesto, mesotelioma y asbestosis”.

De momento, según publica ABC, en España hay cinco trabajadores del suburbano con asbestosis que han sido reconocidos por la Seguridad Social como enfermedad profesional. Pero la cifra podría ascender hasta los 900, y eso sin contar a los familiares posiblemente afectados debido a la limpieza de las ropas de trabajo impregnadas del polvo de amianto.

Debido a sus especiales características, el asbesto se ha usado para una gran variedad de productos manufacturados, principalmente en materiales de construcción(tejas para recubrimiento de tejados, baldosas y azulejos, productos de papel y productos de cemento con asbesto), productos de fricción (embrague de automóviles, frenos, componentes de la transmisión), materias textiles termo-resistentes, envases, paquetería y revestimientos. (Foto: Getty)

Síntomas y población más vulnerable

El dolor torácico persistente y la dificultad respiratoria son las principales consecuencias de una exposición prolongada al amianto, pero puede haber otros indicios claros como ronquera, dificultad para tragar, un párpado caído, debilidad y pérdida de la sensibilidad en un brazo o en la mano, o hinchazón del abdomen.

En cuanto a los factores de riesgo, el tabaco y la inhalación son los principales desencadenante. Por tanto, quienes no están expuestos a él de forma ocupacional tienen un riesgo muy bajo de desarrollar enfermedades pulmonares relacionadas con el amianto.

Un trabajador de amianto retira tejado de fibrocemento. Al derribarse y realizar operaciones de corte o lijado en este material pueden soltarse altas concentraciones de fibras de amianto, que son microscópicas y no se ven a simple vista. (Foto: Getty)
Un trabajador de amianto retira tejado de fibrocemento. Al derribarse y realizar operaciones de corte o lijado en este material pueden soltarse altas concentraciones de fibras de amianto, que son microscópicas y no se ven a simple vista. (Foto: Getty)

Por el contrario, si no hay una gestión adecuada del amianto instalado, existen determinados trabajadores que pueden estar expuestos, “especialmente quienes realizan tareas de reparación, mantenimiento, sustitución, demolición, etc. Es decir, electricistas, montadores, fontaneros, albañiles o mecánicos. También los bomberos, ya que puede haber presencia de fibras de amianto en un edificio colapsado o en llamas”, han contado a RTVE expertos en salud laboral.

Por otro lado, un informe elaborado por el servicio de Prevención Laboral de Metro confirmó que los responsables del suburbano sabían de la existencia del amianto en 115 trenes desde hace 15 años. A la vista de las pruebas, la Justicia dió la razón a las familias de los dos fallecidos hasta el momento, pero el caso sigue en los tribunales.

La Fiscalía ha presentado una denuncia por homicidio imprudente a extrabajadores de Metro al considerar que infringieron de forma "grave" las normas de prevención de riesgos laborales "creando una situación de riesgo para los trabajadores, a los que permitieron trabajar con MCA (amianto), altamente peligroso para su vida, careciendo de toda política preventiva", según publica El Mundo.

Esto podría ser solo la punta del iceberg ya que las muertes por amianto en España no cesarán hasta 2040, según concluyó en el informe de la UGR. La batalla será larga.

¿Sabías que el amianto o uralita era un material tóxico? ¿Crees que aún puede hacer restos en tu casa?

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