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Arzobispo Romero será beatificado en El Salvador tras décadas de polémica

Por Nelson Rentería CIUDAD BARRIOS, El Salvador, 21 mayo (Reuters) - Oscar Arnulfo Romero, el arzobispo de El Salvador considerado mártir al haber sido asesinado al comienzo de la guerra civil, será beatificado el sábado tras décadas de debates sobre si su mensaje estaba apegado a la doctrina de la Iglesia o respaldaba a la izquierda rebelde de América Latina. Erigido en una figura emblemática por su prédica contra la pobreza y la violencia, será beatificado en San Salvador en una ceremonia multitudinaria que será conducida por el cardenal Angelo Amato, enviado del Papa Francisco. El obispo Vincenzo Paglia, encargado de la causa de Romero en el Vaticano, recordó recientemente las dificultades desde que en 1997 comenzó el proceso de beatificación, debido a las presiones de la izquierda latinoamericana a favor y de la derecha en contra, así como divisiones dentro del mismo clero. "Me encontré con dificultades inesperadas, con objeciones muy ásperas, hasta con exhortaciones a dejar el tema. Todo parecía decirme: es imposible", dijo en marzo Paglia, citado en una entrevista del periódico salvadoreño La Prensa Gráfica. La beatificación de Romero no tendrá que ver con milagros, sino con el hecho de haber sido asesinado mientras oficiaba misa, por lo cual su crimen es considerado por la Iglesia Católica como un acto de odio a la fe. Romero, nacido en una finca cafetalera de Ciudad Barrios, un pequeño poblado en la cima de la cordillera nororiental de El Salvador, pronto abandonó sus calles empedradas y los frecuentes viajes a caballo para inscribirse en el seminario. Ordenado sacerdote en Roma en 1942 tras una formación jesuita, llegó a ser arzobispo apuntalado por las clases pudientes del pequeño país centroamericano, pero a medida que avanzaba la represión de movimientos sociales su actitud se fue volviendo más radical. El asesinato de su amigo, el sacerdote jesuita Rutilio Grande y de dos feligreses en 1977 a manos de un comando de la Guardia Nacional, lo hizo virar hacia un discurso más directo, en momentos en que los movimientos rebeldes comenzaron a unirse para formar en 1980 el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que gobierna actualmente. "Él sintió que Dios le llamaba para que asumiera esta visión horizontal del pobre, o sea metido con él, viviendo con él, no viéndolo con un paternalismo", dijo a Reuters Monseñor Jesús Delgado, biógrafo y antiguo secretario personal de Romero. ROMERO SE RADICALIZA En respuesta a la muerte de su amigo, Romero decidió suspender todas las misas en su diócesis y juntarlas en una sola celebración en la catedral de San Salvador, en donde pronto se hicieron famosas sus homilías dominicales de denuncia y llamados a la paz que lo colocaron como un objetivo de los paramilitares. "Esta semana me llegó un aviso de que estoy yo en la lista de los que van a ser eliminados la próxima semana: pero que quede constancia de que la voz de la justicia nadie la puede matar ya", dijo en una dramática homilía un mes antes de ser asesinado y de continuos pedidos para parar la violencia. La tarde del 24 de marzo de 1980, un francotirador le disparó un certero tiro en el pecho mientras oficiaba misa en la capilla de la Divina Providencia en un hospital para pacientes con cáncer en San Salvador. El hecho causó conmoción entre católicos y no católicos. Ese mismo año comenzó una guerra abierta entre el FMLN y el Ejército y grupos paramilitares respaldados por el gobierno, a su vez apoyado por Estados Unidos, en un sangriento conflicto que dejó cerca de 75.000 muertos y se extendió hasta 1992. Aunque los responsables nunca fueron llevados a la justicia, una comisión de la verdad de Naciones Unidas determinó en 1993 que el coordinador del ataque fue el mayor Roberto D’Aubuisson, fundador de los sanguinarios escuadrones de la muerte y de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), actualmente el principal partido de oposición. Tras décadas de gobiernos de Arena y con la llegada del FMLN al poder en 2009, la figura de Romero comenzó a resurgir en El Salvador así como las gestiones para su beatificación. Llevan su nombre el aeropuerto internacional, una autopista, y su imagen puede hallarse en diversos ámbitos en la capital de El Salvador. Su sotana perforada por el disparo y con rastros de sangre permanece intacta en lo que ahora se llama Centro Histórico Monseñor Romero, donde vivió y fue asesinado. Pero la polémica en torno a si se trataba de una figura de izquierda no ha cesado en un país polarizado entre fuerzas de izquierda y derecha y azotado por la violencia de las pandillas. Hay una "manipulación" de Romero, dijo Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador. "Cuando voy al Arzobispado todos los días paso frente a un mural que tiene tres figuras: el 'Che' Guevara, Monseñor Romero y Farabundo Martí. Muchos lo tomaron como bandera política y eso nos ha traído muchísimas dificultades a la hora de trabajar por su canonización", dijo. Esto hace que gran parte de la población lo vea simplemente como un sacerdote comunista. "Como era cura y alto clérigo de la Iglesia católica, los izquierdistas sabían que movía masas y que los humildes lo seguían. Sólo fue utilizado por ellos para su causa guerrillera", dijo Alejandra Palomo, una empleada de 34 años. (Editado por Anahí Rama.)