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Dos artistas belgas ligados a la vanguardia estrenan en Broadway su versión de West Side Story

Anne Teresa de Keersmaeker es una de las grandes figuras de la danza contemporánea. Pasó por el FIBA hace muchos años: en 1999 cuando trajo Drumming. Ivo van Hove es un de los grandes renovadores de la escena actual. También pasó por el FIBA: en 2015 cuando trajo Opening Night. Los dos son belgas y tienen casi la misma edad. Nunca habían trabajado juntos salvo alguna vez en sus inicios. El primer trabajo en conjunto se estrenó el jueves en la quinta esencia de la gran maquinaria de Broadway y es con una obra musical icónica como West Side Story (en castellano, Amor sin barreras). Dirigida por Van Hole y con coreografía de Keersmaekery esta nueva versión promete romper varias barreras. "Tengo que salir de mi zona de confort para trabajar con ella y ella tiene que salir de su zona de confort para trabajar conmigo", confesó él. Cuando a Van Hove lo contactaron en 2016 para hacer su versión de este clásico tardó tres semanas en contestar. Eran tiempo de tensión con la llegada al poder de Donald Trump a la Casa Blanca.

En el musical basado en Romeo y Julieta, de William Shakespeare, los protagonistas son Tony, un muchacho judío, y María, un chica italiana católica. Fue ambientando en el Upper West Side, barrio neoyorquino de constante lucha de pandillas por el dominio territorial. En la obra, esa tensión se da entre los Sharks, inmigrantes puertorriqueños, y los Jets, estadounidenses blancos. Según la perspectiva de Von Hove los Sharks son latinos de todos los orígenes mientras que los Jets ya no son solamente blancos. "Subrayé los asuntos sociales y políticos que estaban escondidos en el texto. La obra contiene todos los temas de los que he querido hablar: la relación entre pobreza y agresividad, los abusos policiales, el racismo entre grupos sociales o la lucha por sobrevivir a través de la violencia", ha dicho el director belga. Keersmaeker comentó a otro medio norteamericano: "El mundo ha cambiado, América ha cambiado también, al igual que Nueva York. Las nociones de identidad, comunidad así como la relación entre hombres y mujeres también ha cambiado, y todo ello hay que tomarlo en cuenta, así como el nuevo rol del hispano en la América de hoy que es muy distinto al de hace 50 años". María ahora es una mujer con opinión. O entre dos líderes de una de las bandas hay un vínculo homoerótico. Los tiempos son otros.

Hay otras barrera que esta versión decidió revisar. A 63 años del estreno original la puesta que se presenta en el Broadway Theatre durará una hora menos que la conocida. Una pantalla panorámica reproducirá diversas escenas, la canción "I Feel Pretty" fue eliminada del montaje y si bien la música original compuesta por Leonard Bernstein y Stephen Sondheim será la misma por primera vez en este musical que ha tenido infinidad de versiones y admiradores en todo el mundo (Astor Piazzolla tuvo la intención de hacer una versión tanguera y Jorge Luis Borges confesó haber visto la película varias veces) Van Hove ha decidido prescindir de la mítica coreografía de Jerome Robbins (el bailarín formado en ABT que también montó Gypsy y El violinista del tejado). "Siempre estuvo prohibido aplicar cambios, por lo que durante más de 60 años se ha seguido usando la puesta en escena original. Nadie se atrevía a pedir permiso. Yo sí me atreví porque tenía una visión muy clara. Nunca habría hecho una recreación de la versión antigua", señaló Van Hove en un artículo publicado en el diario El País, de España.

Para el estreno de 1957 Jerome Robbins había estado buscando bailarines durante un año. La montó en 8 semanas. Fue, según consta en el libro "Historia del teatro musical en Broadway", de Pablo Gorlero; el primer musical "concebido, dirigido y coreografiado" por una misma persona. En el elenco la única cara reconocida era la de Chita Rivera (que apenas tenía 24 años). Para esta nueva versión Keersmaeker, creadora apasionada por llevar a la danza a la abstracción, se propuso que de la música de Bernstein sugiriera un nuevo vocabulario físico que tomara elementos de la danza moderna, de las búsquedas posmodernas y del baile callejero. Primero exploró la pieza con los bailarines de su propia compañía y; una vez hecho esa primera apropiación, lo trasladó al elenco. Para dar con esos bailarines buscó personas que examinan la vida a través del baile. "Bailar -dijo- es una forma de pensar".

Con una inversión que supera los 15 millones de dólares, Van Hove y Keersmaeker audicionaron a más de 1,500 personas durante 2018 y 2019 en Nueva York, Los Ángeles y Miami para armar al elenco de 50 personas (para 33 de ellos será su debut en Broadway). Los dos meses de ensayo que originalmente se habían planificado debieron extenderse por casi un mes. Durante el montaje hubo varios inconvenientes hubo muchos. En las últimas semanas hubo protestas exigiendo el despido del actor Amar Ramasar, integrante New York City Ballet y líder de la pandilla callejera de los Sharks, por haber enviado fotografías explícitas de una bailarina. Pero las protestas no fueron una barrera para la producción. "¿Hay alguna duda de que es la producción más esperada de la nueva temporada?", se preguntó New York Post.

Tony y María son los protagonistas de West Side Story que, en esta puesta, llevan la firma deIvo van Hove y Anne Teresa de Keersmaeker. Él se convirtió en una figura consagrada con una seguidilla de títulos que abarcó una ópera inspirada en la película Secreto en la montaña, que estrenó en el Teatro Real, su debut en Broadway de la mano de una obra de Arthur Miller y su posterior montaje de Lazarus, el celebrado musical de David Bowie (fue el genial músico quien lo eligió y con quien trabajó en el montaje durante sus últimos seis meses de vida). Trabajador compulsivo su paleta es tan amplia que va desde una versión de La caída de los dioses, en el Festival de Avignón; hasta Eva al desnudo, en el West End, con Gillian Anderson; pasando por Electra y Orestes, en la Comédie Française. Este año hará El zoo de cristal con Isabelle Huppert, y, claro West Side Story. Para Van Hove el teatro es un grupo de desconocidos que se encierran en la oscuridad para reflexionar sobre lo peor de la condición humana. "¿Por qué tanta gente viaja a Madrid para ver el Guernica, siendo el cuadro más terrible del mundo, en el que solo se distingue destrucción y barbarie? Porque sabemos que, como humanos, somos capaces de eso. Ir a ver ese cuadro permite quitarnos de encima ese instinto. Con el teatro sucede lo mismo", afirmó en un reportaje a El País, de España.

Ella, Anne Teresa de Keersmaeker, llegó por primera vez a Nueva York en 1981, cuando tenía 20 años, para estudiar en la New York School of the Arts. Allí montó su primera obra, Violin Phase, que luego se convertiría en Fase, Four Movements to the Music of Steve Reich. En la gran ciudad tomó contacto con la escena de Broadway. Tras entrar en contacto con la American Post-modern Dance, fundó su propia compañía, Rosas, con la que presentó en 1983 el ya mítico espectáculo Rosas danst Rosas. A lo largo de su extensa trayectoria ha trabajado sobre música polifónica flamenca, o de Brian Eno o de John Coltrane en la búsqueda de un propio vocabulario muy próximo a su propio cuerpo y alejado de las fórmulas del ballet clásico que forman parte de su formación. En 2015 ganó el León de Oro de la Bienal de danza de Venecia. Aprovechando su presencia en Nueva York acaba de presentar un experiencia basada las suites de violonchelo de Bach. "El arroz hervido simple me parece mucho más sabroso que el arroz cubierto con una gran cantidad de salsas -dijo al cronista de The New York Time- Me resulta difícil soportar la basura a mi edad".Si todo indica que uno de los mojones de esta temporada en la escena de Broadway será esta versión de West Side Story, como si formara parte de una pensada estrategia Hollywood se encargará de cerrar el año con otro mojón de esta misma historia. En diciembre Steven Spielberg estrenará su propia versión de este clásico basado un clásico shakesperiano. Ya e

n 1961 Jerome Robbins y Robert Wise hicieron otra recordada versión cinematográfica que se alzó con 10 Oscar, incluido el de mejor película. Uno de ellos fue para la actriz Rita Moreno, quien Spielberg la volvió a llamar para su película ocupando otro rol creado especialmente para ella. En la nueva película Rachel Zegler será María (el mismo que en los sesenta encaró Natalie Wood); y el Ansel Elgort será Tony (el mismo que ya interpretó Richard Beymer). Otro Tony, Kushner, ganador del Pulitzer por Ängeles en América; fue el encargado de redactar esta nueva versión del musical escrito Arthur Laurents y Stephen Sondheim (él único vivo del grupo creativo original que siguió los pasos del montaje de Broadway).

Todo parece indicar que durante el 2020 West Side Story seguirá rompiendo barreras.