Artista cubano ‘Zaplaflora’ plasma con surrealismo la conexión espiritual con la naturaleza

El arte siempre ha estado presente en la vida de Jesús Torres. Desde muy joven, tenía habilidades para expresar su creatividad, pero haber nacido en Cuba un año después de la insurrección de la revolución le obligó a ocultar su pasión.

Al terminar la secundaria tuvo que elegir una carrera “programada”: ingeniería mecánica. “La pauta era ser médico o ingeniero, estudiar arte era impensable, se asociaba con la homosexualidad, era mal vista”, relató a el Nuevo Herald.

Pero el arte es la esencia de su vida, un aspecto que no podía obviar. En sus inicios artísticos, Torres pintaba ciudades barrocas, a La Habana colonial, pero las circunstancias económicas de Cuba y su propia supervivencia lo hicieron cambiar a un estilo más naturalista que ha mantenido hasta hoy.

Su esplendor como artista surgió en su peor momento económico: había dejado la ingeniería y criaba cerdos para sobrevivir.

Comenzaba la década de los 1990 y el régimen cubano empezó a permitir la venta de artesanía en la Plaza de la Catedral de La Habana y así Torres vio la oportunidad de promocionar su arte: artesanía en metal, en madera y en cerámica.

Las tinajas en barro pintadas a mano eran un éxito, según relata Torres, convirtiéndose en el medio de sustento de su familia. Así nació “Zaplafora”, su nombre artístico que asocia a la expresión creativa de pintar sobre la vegetación y de sus inicios en los que comercializaba sus obras en las plazas.

“Lo que se vendía eran estas tinajitas decoradas a mano, una vez comprobado eso nace Zaplaflora. Me concentré en decorar la cerámica con flores, raíces y hojas”, dijo el artista de 62 años sobre su identidad creativa.

A partir de esa época, Zaplafora pinta raíces, hojas. “Pinto la espesura de la flora, de la selva, ahí tu puedes ver personajes, esa es mi Amazonia. Quiero transmitir la espiritualidad que proporciona la vida floral, la ecología propia de la selva amazónica. Mi obra es muy recreativa”, explicó.

Para Orestes González, artista plástico, profesor de arte y caricaturista de Bayside Market Place, “la obra de Zaplafloira tiene un estilo figurativo y hasta psicodélico. Es un trabajo que despliega imaginación, barroquismo, gran colorido, con un carácter decorativo, sus obras no son políticas ni contestatarias. Muestra el amor y la belleza de la vida, según su imaginación”, explicó.

González conoce a Zaplaflora desde hace 12 años. “Jesús fusiona rostros con la flora, la naturaleza, mezcla la agrupación de flores, que se ven de cerca con los rostros que van surgiendo cuando ves la obra de lejos. Se ve el amor por la figura humana y la relación que tiene con la naturaleza, en donde está presente el color cálido del trópico”, dijo.

Desde que Zaplaflora llegó a Hialeah, proveniente de Cuba, hace más de 25 años, ha evolucionado como artista, con pinturas sobre la naturaleza surrealista, que exhortan a la reflexión, con un punto de vista espiritual.

“En el aeropuerto de Miami entró un pintor, dejé la ingeniería. Aquí encontré acceso a un mundo material para la pintura que no había en Cuba, que me permitió revolucionar mi espíritu. En La Habana no trabajaba en lienzo sino en cartulina, no había acceso a materiales para desarrollar la obra”, dijo.

Concentrado fundamentalmente en la pintura con acrílico y acrílico metálico, Zaplaflora muestra “una comunicación pacífica entre los elementos. Hay una interacción con el cuadro, mucho diálogo, en el que ambos somos muy flexibles”, indicó.

Para el pintor, su obra es muy receptiva y dinámica. Los materiales que utiliza (acrílico) le permiten mover el color, contrastar con la luz.

Pero no es lo único en lo que ocupa su creatividad. También hace caricaturas que aún no ha expuesto pero le encantaría exhibir, como la serie de “los Zapatos en la cabeza”, una sátira sobre los militares cubanos “que se creen más inteligentes”.

Emilio Héctor Rodríguez, artista plástico cubano experto en abstraccionismo, destaca que “la obra de Zaplaflora tiene una técnica muy original y sólida; tiene un estilo único, no hay otro artista con el que uno lo pueda comparar. Además ha sido muy constante en sus pinturas a través de los años”.

Rodríguez conoce al artista naturalista desde hace más de 15 años, coincidiendo en exhibiciones de artes en el sur de la Florida, donde Zaplaflora es “reconocido entre el gremio de artistas cubanos”, subrayó.

Rodríguez resaltó lo “colorida y elaborada” que es la obra de Zaplaflora.

Reconocimiento al realismo mágico

El 2022 ha sido un año de reconocimientos y exposiciones para Zaplaflora, quien actualmente tiene expuesta su obra “Pollination in the Garden of Love / Polinización en el jardín del amor” en la XI Edición de la Bienal de la Florida, en el Centro Cultural y de Arte de la Ciudad de Hollywood, hasta el 5 de febrero de 2023.

“Tuve el placer de seleccionar el trabajo de Zaplaflora para la Bienal de Florida de 2022 por sus coloridos y enigmáticos lienzos que se enmarcan en el Realismo Mágico como una forma de acercarnos a la comprensión de nuestra conexión con la naturaleza y su inherente calidad misteriosa y, en última instancia, existencial”, indicó Ylva Rouse, curadora del Museo de Arte Contemporáneo (MOCA) de Jacksonville y jurado de la Bienal.

Para Rouse el trabajo de Zaplaflora “es una de las formas en que los artistas de hoy intentan expresar la necesidad de redefinir nuestra relación con la naturaleza, estableciendo un paralelo con los componentes internos de la vida”.

En la exhibición de la Bienal indican sobre el artista que “el paisaje natural de Cuba está arraigado en el trabajo utilizando el color de la naturaleza y mezclado con símbolos clásicos. Zaplaflora busca capturar el proceso de polinización en ‘Polinización en el jardín del amor’ ”, una pintura acrílica que invita a la reflexión, pero a la vez es expresiva y sensual. El color vibrante y el patrón ornamentado fueron diseñados para evocar emociones mientras se alienta a los espectadores a descifrar símbolos y patrones”.

“Polinización en el Jardín del Amor” es una pieza meticulosamente detallada donde cada trazo del pincel cuenta una historia.

“El proceso de polinización en ella caracterizada es la expresión artística, sugerente pero delicada de la sensualidad, la fecundación y la concepción de una nueva vida”, explica el artista sobre su obra.

Zaplaflora es el único artista, de los 24 expositores, proveniente de la Ciudad de Hialeah.

Los artistas seleccionados tienen obras que “conectaron y se formaron en torno a conceptos de instalación, retrato, materialidad y realismo mágico”, explicó Meghan Kent, curadora de la Bienal de la Florida.

Este año, el artista también recibió el premio COUP DE COEUR en el Concurso Internacional de Arte Figurativo Art4 con sus pinturas “Amor en la selva” y “Hablando con la semilla”, patrocinado por ArtCertificate en Alicante, España.

Su obra “Conceiving Spring / Concepción de primavera” obtuvo en marzo el premio del Voto Popular en la 20ª Exposición Jurada “Tradición de Primavera”, patrocinada por People & Paintings Gallery en Nueva York.

En España, participó a principios de 2022 en dos exposiciones, Galería 3D MundoArti “Zaplaflora: con sabor ecológico”, con 24 pinturas y en el 4º Concurso de Arte Figurativo de ArtCertificate con tres pinturas.

Zaplafora explica que existe mucha fantasía en su obra, con la que no busca insinuar algo específico al espectador, sino más bien pretende que el público disfrute espontáneamente de su composición, dándole su propia interpretación de lo expuesto sobre el lienzo.

Agradece el reconocimiento social obtenido como artista y sueña con dedicarse enteramente a pintar, todos los días.